Argentina y Brasil actuaron concertadamente en la crisis paraguaya. Los dos gobiernos discutieron cada paso para superar el conflicto, incluso la renuncia y el asilo del ex presidente Raúl Cubas, dijo el canciller brasileño Luiz Felipe Lampreia.
La cancillería brasileña aceptó rapidamente el pedido de asilo y envió en pocas horas en la noche del lunes un avión para transportar a Cubas a Camboriú, una playa del sur de Brasil, donde el ex presidente posee una casa hace tres años.
El asilo político "es una vieja tradición brasileña y latinoamericana que hay que preservar, un refugio de libertad para personas que se sienten amenazadas", justificó el martes el canciller, quien añadió que la decisión se basó en la Constitución brasileña y en convenciones interamericanas.
También en Brasil vive asilado el ex dictador paraguayo, Alfredo Stroessner, derrocado por un golpe de Estado en 1989, quien reside en Brasilia.
El general retirado Lino Oviedo, acusado de estar por detrás del asesinato del vicepresidente Luis María Argaña, también habría podido asilarse en Brasil. Argentina hizo consultas al respecto, pero terminó por acogerlo, informó Lampreia.
Además del esfuerzo por evitar una evolución sangrienta de la crisis, con más muertos entre los paraguayos, la actuación brasileña se debió a la importancia que tiene el país vecino para Brasil, admitió el canciller.
"La estabilidad del Paraguay nos interesa mucho", afirmó, recordando que casi 30 por ciento de la energía eléctrica consumida en Brasil proviene de la central hidroeléctrica de Itaipú, compartida por los dos países, y que hay 300.000 brasileños viviendo en territorio paraguayo.
Lampreia dijo confiar que la situación se calmará a partir de ahora en Paraguay, una expectativa fortalecida por la actitud de serenidad y respeto a la democracia por parte de las Fuerzas Armadas.
Tanto Cubas como Stroessner tienen asegurada una permanencia en Brasil por tiempo indefinido. El asilo se concede por un plazo fijo de dos años, pero es renovable.
Cubas llegó a Camboriú en las primeras horas del martes, con su esposa y dos hijas, en el avión de la Fuerza Aérea Brasileña enviado a Asunción con un alto diplomático. Su casa es protegida por un grupo de policías.
El ex presidente paraguayo decidió refugiarse en la residencia del embajador brasileño en Asunción, Bernardo Pericás, y solicitar asilo en la tarde del lunes, por temor a la prisión, pedida por el procurador general Aníbal Cabrera.
La acusación en su contra es la omisión que habría permitido el tiroteo contra manifestaciones en Asunción el viernes pasado, cuando murieron cuatro personas, cifra que luego se elevó a cinco por el fallecimiento de uno de los heridos. (FIN/IPS/mo/ag/ip/99