PUERTO RICO: Protesta contra sonda de la NASA que emplea plutonio

Dio comienzo en Puerto Rico un nuevo episodio de las protestas contra cualquier intento estadounidense de construir instalaciones nucleares que podrían poner en peligro las vidas de sus habitantes.

Un centenar de manifestantes formó piquetes la semana pasada frente a la entrada del famoso radiotelescopio de Arecibo, que es el más grande del mundo, para protestar contra la sonda espacial Cassini, que emplea energía nuclear y transporta, para ello, 32 kilogramos de dióxido de plutonio.

Cassini, lanzada por la Administración Nacional de la Aeronáutica y el Espacio (NASA, por su sigla en inglés) de Estados Unidos, fue lanzada en octubre de 1997, pese a las protestas de científicos y ambientalistas que objetaron el uso de energía nuclear por razones de seguridad.

Tras realizar una trayectoria que contorneó el planeta Venus, está previsto que la sonda vuelva a dirigirse hacia la Tierra para realizar en torno a ella, a mediados de agosto, una maniobra que la hará ganar velocidad en la siguiente etapa de su itinerario, que la llevará alrededor de Saturno.

Cassini pasará a 810 kilómetros de la Tierra, a una velocidad de 16 kilómetros por segundo.

Científicos independientes y grupos religiosos, ambientalistas y pacifistas de diversos países consideran que esa maniobra implica un riesgo inaceptable, y demandan que la NASA fije un itinerario distinto para la sonda.

Si Cassini reingresa accidentalmente a la atmósfera terrestre y estala, el material radiactivo que transporta podría esparcirse sobre miles de kilómetros cuadrados del planeta.

John Gofman, profesor emérito de Medicina en la Universidad de California, estimó que las consecuencias de ese accidente incluirían la muerte de un millón de personas por cáncer.

Ernest Sternglass, profesor emérito de Física Radiológica en la Universidad de Pittsburg, consideró que los muertos podrían ser entre 30 y 40 millones.

La NASA ha declarado que la probabilidad de que ocurra un accidente de ese tipo es menos de una en un millón. Los críticos consideran, sin embargo, que el riesgo es mayor, y que la mera posibilidad de que ocurran daños de enorme magnitud debería ser suficiente para cambiar los planes.

El radiotelescopio de Arecibo no pertenece a la NASA, pero la Comisión Contra los Experimentos Ambientales, que organizó la protesta en Puerto Rico, eligió ese lugar porque se trata de la estructura que la gente más asocia con la exploración del espacio.

Otro motivo es que el radiotelescopio, manejado por la Universidad de Cornell y la Fundación Nacional de la Ciencia de Estados Unidos, fue empleado el año pasado en apoyo de una serie de controvertidos experimentos de la NASA sobre los cielos de Puerto Rico.

Esos experimentos, conocidos como "Coqui Dos", provocaron una vigilia de protesta que duró 52 días.

Las operaciones de "Coqui Dos" consistieron en el lanzamiento de cohetes desde una plataforma situada cerca de la población de Vega Baja.

Los proyectiles, del tamaño de un edificio de cuatro pisos, fueron programados para que liberaran diversas sustancias químicas en varios estratos de la atmósfera, a fin de comprobar su efecto sobre las telecomunicaciones.

Los opositores a esos experimentos alegaron que ponían en grave peligro el ambiente y la salud de todos los portorriqueños, y que violaban tanto las leyes locales y federales como tratados internacionales sobre medio ambiente.

Las protestas contra la sonda Cassini fueron apoyadas por el opositor Frente Socialista Portorriqueño y por diversas organizaciones no gubernamentales, entre ellas el Proyecto Caribeño por Justicia y Paz, Pax Christi, y grupos religiosos y ambientalistas.

"El empleo de energía nuclear por parte de la NASA nos amenaza a todos, incluyendo a la hermosa Puerto Rico", afirmó Karl Grossman, profesor de la universidad estatal de Nueva York.

Grossman, productor de dos videos documentales sobre el uso de energía nuclear en el espacio exterior, sostuvo que la NASA decidió utilizarla en Cassini, descartando otras alternativas, porque deseaba recoger experiencia para desarrollar planes militares del gobierno estadounidense.

El profesor apoyó su denuncia en un documento de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, titulado: "Nuevas Visiones del Mundo. Poder Aéreo y Espacial para el siglo XXI", que se refiere al despliegue de armas nucleares con gran poder destructivo en el espacio exterior.

"Vamos a combatir en el espacio", declaró en 1996 Joseph Ashy, jefe del Comando Espacial estadounidense, a la revista Aviation Week. Esto violaría el Tratado del Espacio Exterior que Estados Unidos firmó en 1967.

"La gente que encontré en Puerto Rico comprende perfectamente la situación, y la vincula con otros temas, incluyendo los contaminantes experimentos de Coqui Dos", declaró Grossman.

"La carrera armamentista en el espacio exterior y los planes gubernamentales estadounidenses de controlar la Tierra desde lo alto son cosas que la gente de Puerto Rico entiende muy bien, porque ha estado bajo control militar de Washington durante más de un siglo", añadió.

La intervención militar estadounidense en la guerra de independencia de Puerto Rico contra España, en 1898, transformó a la isla en una colonia de Estados Unidos, que la reconoció como Estado Libre Asociado en 1961.

"Los proyectos militares en el espacio amenazan a toda la humanidad", sentenció Juan Antonio Agostini, presidente de la sección local de la organización pacifista internacional Pax Christi.

"Los gobiernos, y especialmente el de Estados Unidos, deben actuar para poner fin a la militarización del espacio. De lo contrario, los cielos encima nuestro se convertirán en infiernos", agregó.

"Esta es sólo la primera de una serie de protestas", señaló Evaristo Otero, portavoz de la Comisión Contra los Experimentos Ambientales. Esa organización planea la realización de una jornada internacional contra Cassini el 12 de junio. (FIN/IPS/tra- en/cr/cb/ego/mp/en ip/99)

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