LIBIA: ONU elogia entrega de sospechosos de Lockerbie

El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, dijo hoy que espera el retorno de Libia a la comunidad internacional, luego de haber entregado para su enjuicimiento a los dos sospechosos del derribo de un avión de pasajeros en 1988.

Abdel Basset al-Megrahi y Lamen Khalifa Fhimah son sospechosos del atentado contra el vuelo 103 de la empresa PanAm en Lockerbie, Escocia, que causó la muerte de 270 personas, de las cuales 189 eran estadounidenses.

Annan se manifestó "aliviado y gratificado" por la decisión del gobierno de Libia de entregar a los sospechosos a fin de que un tribunal escocés los juzgue en Zeist, una antigua base militar de Holanda.

"Confío en que a partir de este juicio se reanuden las relaciones normales entre Libia y el resto de la comunidad internacional", expresó.

Luego del anuncio de Annan, el Consejo de Seguridad de la ONU declaró que de ese modo Libia cumplió las condiciones impuestas para suspender las sanciones internacionales que sufría desde 1992.

"Por lo tanto, quedan suspendidas esas medidas", anunció el presidente del Consejo, Alain Dejammet, de Francia.

"Damos la bienvenida a esta noticia, a pesar de que debería haberse producido hace tiempo", declaró el portavoz de la Casa Blanca, Joe Lockhart.

El canciller de Gran Bretaña, Robin Cook, dijo que la entrega de los sospechosos es un hecho "histórico" y señaló que eso justifica la decisión tomada el año pasado por Londres de trasladar el juicio a Holanda, un territorio neutral.

Las sanciones, incluida la prohibición de vuelos al exterior, impuesta hace siete años, y las negociaciones mantenidas durante meses por funcionarios de la ONU, contribuyeron a que Trípoli aceptara el sometimiento a juicio de los sospechosos fuera de su país de origen.

"A ningún país le gusta ser tratado como un paria", advirtió Annan.

El secretario general deberá presentar en un plazo de 90 días un informe al Consejo de Seguridad en el que determinará si Libia está comprometida en actividades terroristas. Si el informe es favorable a Libia, la ONU levantará sus sanciones definitivamente.

El asesor legal de la ONU, Hans Corell, acompañó a los sospechosos Al-Megrahi y Fhimah en el viaje en el avión italiano que los condujo a Holanda. La entrega constituyó una importante victoria diplomática para la ONU.

Annan agradeció también al presidente de Sudáfrica, Nelson Mandela, y al príncipe Abdullah, de Arabia Saudita, por haber prestado su colaboración como mediadores ante el gobernante de Libia, coronel Muammar Gadafi, para que éste aceptara la propuesta de juzgar a los sospechosos en Holanda.

Washington y Londres insistieron durante muchos años en que sólo aceptarían que se juzgara a los acusados en Estados Unidos o en Gran Bretaña.

La presión ejercida el año pasado por varios países de Africa llevó a Washington y a Londres a aceptar que el juicio se realizara en Holanda, con la condición de que se hicieran arreglos legales especiales para que hubiera un panel de jueces escoceses en el tribunal.

El propio Gadafi promovió ese acuerdo. El año pasado, el embajador de Libia, Abuzed Omar Dorda, dijo que el acuerdo era como "miel con una dosis de veneno", y se quejó de que Al- Megrahi y Fhimah tenían pocas posibilidades de ser sometidos a un juicio justo.

El equipo de Corell se dedicó entonces a buscar garantías para los acusados,

Annan aseguró que el jucio será supervisado por observadores internacionales -entre los cuales puede haber funcionarios de la ONU- y que el foro mundial "vigilará las garantías de los sospechosos si éstos resultan condenados a prisión".

Pero se negó a garantizar formalmente a Gadafi que el juicio se limitaría a los dos acusados. Sin embargo, fuentes del gobierno estadounidense y Daniel Cohen, líder de un grupo de familiares de víctimas del atentado contra el avión de PanAm, , dijeron que la ONU había hecho esa promesa a Gadafi en privado.

Parte de las garantías que recibió Trípoli procedieron del apoyo prestado por varias naciones de Africa y Asia para que se levantaran las sanciones.

Annan visitó Libia en diciembre y luego anunció su decisión de pedir la mediación de Sudáfrica y Arabia Saudita para lograr que Libia aprobara el proyecto del juicio en Holanda.

El gobierno de Libia anunció hace dos semanas que entregaría a los sospechosos este lunes, 5 de abril, dijo Annan. Después del anuncio, la ONU inició los preparativos para el traslado de los acusados a Holanda, e Italia facilitó un avión.

La suspensión de las sanciones significaría el fin de la prohibición de vuelos desde y hacia Libia, impusta en 1992, y del embargo de la venta de maquinaria para la industria petrolera libia, vigente desde 1993.

Pero aún hay obstáculos en el camino de Libia hacia la normalización de sus relaciones con Estados Unidos y Gran Bretaña, que mantuvieron una postura muy rígida, a pesar de que las sanciones de la ONU comenzaban a suavizarse.

Británicos y estadounidenses podrían verse tentados a determinar si funcionarios del gobierno de Libia estuvieron involucrados en el atentado al avión de PanAm, en caso de que los acusados sean declarados culpables.

Pero Annan parece estar más deseoso que nadie de aceptar que Libia ya no apoya al terrorismo.

Libia podría ser obligada a pagar indemnizaciones a los familiares de las víctimas, si Al-Megrahi y Fhimah resultan culpables. Annan declaró que espera que Trípoli cumpla con esa obligación, en caso de que le sea impuesta. (FIN/IPS/tra- en/fah/ceb-ff/ip/99

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