Cientos de miembros del rebelde Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) se trasladarán del estado de Chiapas a diversos puntos de México para promover una consulta nacional, mientras sus armas, usadas apenas 12 días hace cinco años, acumulan óxido.
Más de 3.000 de miembros y seguidores del EZLN, grupo que dice no buscar el poder y que se considera "suicida" por hacer todo lo necesario para desaparecer como organización guerrillera, se reunieron el miércoles en la selva chiapaneca.
Cubriendo sus rostros con pañuelos y pasamontañas, los indígenas desarmados se dividirán en grupos e iniciarán este viernes a bordo de camiones el traslado a varios estados para promover la consulta, que se realizará el día 21 con apoyo de varias organizaciones políticas y algunas no gubernamentales.
Los mexicanos que deseen podrán contestar en esta votación un cuestionario sobre los derechos de los pueblos indígenas mexicanos.
Los resultados de la consulta son previsibles, pues se trata de preguntas sin mayores opciones como "¿estás de acuerdo en que se respeten los derechos de los pueblos indígenas?"
Las preguntas han sido formuladas sin metodología alguna, procuran siempre una sola repuesta, no cumplen "con las mínimas condiciones estadísticas y sólo son un golpe de propaganda", señaló el columnista del diario Reforma, Enrique Canales.
El secretario (ministro) de Gobernación (Interior), Francisco Labastida, dijo que se trata de un proceso "absurdo y amañado", y sostuvo que las preguntas se parecen a "¿usted quiere ser rico o pobre? ¿feliz o infeliz?".
La consulta procura refrendar las posiciones del EZLN respecto de un proyecto de ley sobre derechos y cultura indígena, preparado en 1996 por una comisión del Congreso legislativo mexicano y aceptado por el grupo armado.
El gobierno no acepta el proyecto, pues lo considera peligroso para la unidad del país al otorgar a las comundiades étnicas grados de autonomía a los que considera excesivos.
La discrepancia sobre el contenido del proyecto, que recoge el único acuerdo firmado por el EZLN y el gobierno del Ernesto Zedillo en febrero de 1996, mantiene paralizadas las negociaciones de paz en Chiapas desde mediados de ese año.
No obstante la falta de diálogo y que miles de militares rodean la zonas donde operan los guerrilleros, una ley especial garantiza la inexistencia de enfrentamientos entre insurgentes y soldados e incluso permite que los indígenas viajen fuera de la zona de conflicto, siempre que vayan desarmados.
Desde la segunda semana de enero de 1994, cuando el gobierno de Carlos Salinas (1988-1994) ordenó detener la ofensiva contra el EZLN, el grupo interrumpió sus ataques, convocó a reuniones, consultas nacionales e internacionales, realizó una marcha a la capital y recibió en la selva visitas de personalidades.
Una consulta similar a la que se efectuará el 21 se realizó en 1995. En ella, alrededor de un millón de personas aconsejaron al EZLN transformarse en fuerza política y apoyaron las demandas del grupo por tierra, vivienda, trabajo, salud, educación, cultura, democracia, paz, combate a la corrupción y defensa del ambiente.
Emilio Rabasa, coordinador para el Diálogo y la Negociación en Chiapas del gobierno, indicó que no se tomarán en cuenta los resultados de la consulta, pues no tiene validez.
El portavoz acusa al EZLN de aplazar la solución del conflicto a la espera de los resultados de las elecciones presidenciales del 2000.
Según el líder de la guerrilla, conocido como subcomandante Marcos, la nueva consulta "va a ser un paso muy importante para que el conflicto se solucione rápidamente y de la mejor manera".
"Los zapatistas no queremos más guerra ni más destrucción, ni que se alargue más esta situación de que no empieza el diálogo". "No queremos el poder, no queremos un puesto en el gobierno, no queremos dinero. Lo que queremos es que se respeten los derechos indígenas. Queremos vivir en paz", expresó.
Los guerrilleros acusan al gobierno de Zedillo de hablar de paz mientras ordena a los militares rodearlos y hostigarlos y perseguir a sus seguidores en una guerra de baja intensidad.
Desde que se suspendió el diálogo en Chiapas y a pesar de la masiva presencia militar, decenas de indígenas que viven en las zonas de conflicto han muertos en enfrentamientos por discrepancias políticas, religiosas y conflictos de tierras. (FIN/IPS/dc/mj/ip/99
