ESPAñA: La paz en el País Vasco sobre el filo de la navaja

El lento proceso de paz en el País Vasco transita sobre el filo de una navaja, pleno de incertidumbres, tras la detención en Francia de su mando militar y de su último grupo operativo en España.

El proceso de pacificación se inició el 16 de septiembre, cuando la organización ilegal Euskadi ta Askatasuna (ETA, Patria Vasca y Libertad) anunció una tregua unilateral, incondicional y por tiempo indefinido.

Al mismo tiempo se constituyó la coalición Eusko Herritarrok (EH), apoyada por ETA y que agrupó a los independentistas radicales, comprendiendo a sectores minoritarios contrarios a la violencia.

EH obtuvo el 17 por ciento de los votos en las elecciones del 25 de octubre en las que se renovó el Parlamento Autónomo vasco y desde entonces sus diputados participan en las actividades de esa cámara.

Los nacionalistas moderados, incluyendo el mayoritario y gobernante Partido Nacionalista Vasco (PNV), celebraron la tregua y esa participación como un triunfo y un paso decisivo hacia la paz permanente.

Por otro lado, el Gobierno del centroderechista Partido Popular (PP) recibió la tregua con cautela y manifestó su deseo de negociar directamente con ETA, para lo cual designó a tres de los más estrechos colaboradores del presidente José María Aznar.

Además, señaló que esa negociación no sería de carácter político, sino para establecer las condiciones del abandono definitivo de las armas por ETA, incluyendo el probable estudio de medidas de gracia para facilitar la reinserción de los prófugos, exiliados y presos de esa organización.

EH no sólo se integró al Parlamento sino que dio con su voto la mayoría necesaria para que el PNV lograse la presidencia de esa cámara y del Gobierno autónomo. Pero ETA no nombró a sus representantes para dialogar con el Gobierno, sin dar explicaciones.

Fuentes próximas al independentismo radical exponen dos versiones para explicar esa actitud.

Según una de ellas, la dirección de ETA estaría esperando que se celebren las elecciones municipales y para el Parlamento Europeo el 13 de junio, con la convicción de que EH volvería a ganar votos, al amparo del proceso de paz.

Según la otra versión, existe dentro de ETA una división. De un lado estarían los que quieren negociar el abandono de la violencia, encabezados por su líder político, Mikel Antxa, y apoyados desde la legalidad por Arnaldo Otegui, ex etarra, parlamentario y líder de EH.

Del otro lado estaría el mando militar, liderado por José Javier Arizkurren, Kantauri, detenido este martes junto a otros cinco miembros de su equipo en París.

A la detención de Kantauri siguió, un día después en la ciudad vasca de San Sebastián, la de nueve integrantes del último grupo de acción o comando que le quedaba a ETA en España. El último, según información de la policía española.

Si la información que habla de dos tendencias es correcta, las detenciones de esta semana allanarían el camino hacia la paz, al quitar de escena al "núcleo duro" del grupo separatista. Así lo parece entender el nacionalista moderado y presidente del Parlamento Vasco Juan María Atutxa.

Según el parlamentario y ex ministro del interior vasco, el proceso de paz "está blindado", obedece a una larga reflexión de la dirección etarra y las detenciones "por importantes que sean, son un avatar" que no influirá negativamente.

Otra es la opinión de la coalición Izquierda Unida (IU, basada en el Partido Comunista) y de la dirección del PNV.

Según el diputado del PNV José Juan González de Txabarri, "no vale sólo la acción policial" y que "hay mucha policía y poca política, mucho palo y poca zanahoria, mucha firmeza y poca inteligencia política".

Txabarri señaló el miércoles en el Congreso de Diputados, en Madrid, que la acción policial puede perturbar la paz.

El vicepresidente del gobierno, Francisco Alvarez Cascos, replicó que en el País Vasco "desapareció la violencia que mata en el acto, pero sigue existiendo la violencia por asfixia vital, amenazando con matar a plazo a muchas personas".

Aludía así a los documentos encontrados a los detenidos en París y San Sebastián, con listas de personas e informes de seguimientos efectuados, entre ellos a parlamentarios del PP, jueces y periodistas.

El proceso iniciado el 16 de septiembre transita por el filo de la navaja, con la incógnita de si las detenciones fortalecerán al sector etarra favorable a la negociación y al abandono definitivo de la violencia, o si, por el contrario, impulsarán a los sectores duros a reiniciar la comisión de atentados. (FIN/IPS/td/dg/ip/99)

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