En una votación con algunas sorpresas, el Senado de Chile aprobó el nuevo acuerdo sobre Campos de Hielo Sur con Argentina, abriendo así el camino para la solución definitiva de los diferendos limítrofes entre los dos países.
La aprobación se logró por 34 votos a favor y 12 en contra, en una sesión secreta del Senado en su sede de Valparaíso, 120 kilómetros al oeste Santiago, que culminó en la medianoche de este miércoles.
El ex dictador y senador vitalicio Augusto Pinochet, detenido en Londres desde octubre, había hecho trascender oficiosamente su rechazo al tratado que los presidentes Carlos Menem de Argentina y Edardo Frei de Chile firmaron el 16 de diciembre último en Buenos Aires.
No obstante la influencia del veterano ex gobernante en los círculos uniformados y en la oposición derechista, el acuerdo contó con el respaldo de tres parlamentarios opositores y de uno de los cuatro senadores designados por las Fuerzas Armadas.
El general retirado Fernando Cordero, ex director de la policía de Carabineros, fue quien contribuyó a ratificar el tratado, que rechazaron los senadores designados del Ejército, general Julio Canessa, y de la Armada, almirante Jorge Martínez.
El general Ramón Vega, exponente de la Fuerza Aérea, no estuvo en la votación, en la cual se consignó también el respaldo al tratado del senador designado Marcos Aburto, un jurista conservador que representa a la Corte Suprema en la cámara alta.
Los respaldos opositores correspondieron al Partido Renovación Nacional, en tanto la Unión Demócrata Independiente, el partido más identificado con Pinochet, votó en contra, al igual que los senadores independientes que se sitúan en su entorno.
Campos de Hielo Sur -Hielos Continentales para los argentinos- es un inmenso glaciar de 2.374 kilómetros cuadrados, ubicado unos 2.000 kilómetros al sur de Santiago, de gran importancia como la mayor reserva continental de agua dulce en el área austral.
Este territorio representa el único diferendo territorial pendiente entre Argentina y Chile, que en 1991, a través de los presidentes Menem y Patricio Aylwin, acordaron mecanismos para la solución inmediata de 22 de los 24 conflictos existentes entonces.
El vigésimo tercer contencioso, sobre el territorio de Laguna del Desierto, fue sometido a un tribunal arbitral latinoamericano, que en 1993 falló en favor de Argentina.
Aylwin, quien gobernó Chile desde 1990 a 1994, suscribió con Menem un tratado para la partición de Campos de Hielo basado en un complejo trazado poligonal. El convenio no encontró respaldo en los Parlamentos de ninguno de los dos países.
Luego de largas, complejas y a veces tensas negociaciones, los dos gobiernos desecharon a fines de 1998 el tratado original y suscribieron el nuevo acuerdo, ratificado en primera instancia por la Cámara de Diputados de Argentina.
Ahora, tras la ratificación del Senado chileno, resta esperar el pronunciamiento de los senadores argentinos y de la Cámara de Diputados de Chile. En esta última, una amplia mayoría oficialista garantiza su ratificación.
La aprobación por parte de los parlamentos no significará sin embargo el fin inmediato del diferendo, sino la puesta en marcha de un mecanismo procesal en que el límite definitivo será trazado por una comisión mixta o binacional.
El tratado fija la delimitación en una línea de 100 kilómetros, que de acuerdo a la cancillería chilena equivale a 40 por ciento del trazado, quedando por definir la frontera en una extensión equivalente a 60 por ciento.
Los opositores al acuerdo, encabezados en este caso por el independiente de derecha Antonio Horvath, sostuvieron que la línea que deberá acordar la comisión mixta es mayor y que corresponde a unos 200 kilómetros.
Los progresos de Argentina y Chile en la integración y solución de sus diferendos territoriales era inimaginable hace dos décadas. En 1978 los dos países estuvieron al borde de una guerra, impedida a última hora por la mediación del papa Juan Pablo II. (FIN/IPS/ggr/dg/ip/98
