Es el principio del siglo XX y Buenos Aires bulle. Inmigrantes europeos, temerosos de fracasar en la obtención de un trozo de Tierra Prometida (y cultivable), llegan a la capital argentina transformando el pequeño puerto en un cosmopolita y perfecto puesto de avanzada.
Argentina figura entre los 10 países más ricos del mundo, con su dicotomía social en dos niveles vividamente captada por la nueva versión en inglés de "Los siete Locos", escrita por Roberto Arlt en 1929.
El sentimiento de angustia que se abate sobre los pobres en la ciudad es reprimido sólo por la vitalidad de su imaginación, la cual hace supurar extravagantes ideas de insurrección social.
Los personajes de la novela habitan en una escuálida pensión, mientras el otro lado contiene "muros de jardines (…) arcos de hojas, ramos entrelazados y absides de vegetación (…), las solitarias arcadas de Arenales y Talcahuano (dos calles centricas de Buenos Aires) magnífico espectáculo arquitectónico negado para siempre a los pobres y desgraciados".
Realidad e imaginación se amalgaman, pero en su mayor parte la novela explora la angustia de la gente y la sociedad que integran, así como la lucha para conseguir alivio de una realidad abrumadora.
El retrato de Arlt de almas atormentadas como la de Remo Erdosain y otros personajes que pueblan el paisaje urbano junto con rufianes, prostitutas, asesinos, ladrones, traidores en flujo incesante, está balanceado con la tenaz determinación de trascender la desgracia alimentando la capacidad imaginativa.
En su tarea de desenredar los absurdos y la angustia de Remo Erdosain, cuya ninez desgraciada genera un profundo resentimiento que en la adultez empeora por dolorosos encuentros y relaciones, el autor captura la esencia de la sociedad argentina y también el alma urbana del país en un periodo de formación.
Los Siete Locos apareció hace 70 anos y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha patrocinado su reedición traducida al inglés por Nick Caistor.
La publicación es una iniciativa de envergadura mundial, sobre todo porque vuelve a poner en primer plano a un pionero olvidado de la novelística latinoamericana que ahora podrá ser apreciado por un público lector mucho más amplio.
Arlt nació en Buenos Aires en 1900 y trabajó a veces como inventor y otras como periodista en el desaparecido diario "El Mundo", en el que escribió una columna titulada "Aguafuertes Porteñas". Cuando falleció repentinamente en 1942, había escrito cuatro novelas y varias obras de teatro.
En "Los Siete Locos", que siempre consideró su mejor trabajo, hay descripciones y emociones que tienen un claro contenido autobiográfico, porque la vida de Arlt transcurrió en las calles que describió tan conmovedoramente.
"El mundo está lleno de riff-raff (…) de infelices desgraciados, pero ¿qué se puede hacer? Como podemos presentar de nuevo las verdades sagradas a esa gente desprovista de fe?", escribió.
Al principio, esos interrogantes planteados por el farmacéutico Ergueta, un fanático religioso casado con la Invalida, tuvieron poco efecto en Remo Erdosain.
Sus necesidades eran más mundanas y compulsivamente urgentes. Erdosain había robado 600 pesos y siete centavos de la Compañía Azucarera donde trabaja, y debía reponer el dinero. "Lo que la gente necesita es dinero, no verdades sagradas", le espetó a Ergueta.
En su desesperación, Erdosain cae en los brazos del Astrólogo, que alimenta la disparatada idea de crear una sociedad secreta para purificar Argentina. Moda y Utopía, nada menos.
"La sociedad será financiada por una cadena de burdeles que garantizaran ingresos suficientes para el creciente número de empresas que asumirá la entidad", explicó el Astrólogo. Sobre esa dudosa base moral se apoyaba la nueva sociedad en construcción.
Erdosain no era un recluta entusiasta. Estaba cansado de vivir en la parte baja, arrendando casas de inquilinato, con un matrimonio sin amor. Incluso sus sueños de seducción por mujeres millonarias se ven triturados por la realidad urbana. La desesperación resulta empeorada por la autocompasión.
Un capitán del ejército le roba la esposa a Erdosain bajo sus narices. El marido tiene un revolver en el bolsillo pero confiesa: "sufría tanto que el poco coraje que me había quedado permaneció oculto dentro de mi".
Sin embargo, las circunstancias y su propio malestar lo empujan a asesinar al primo de su esposa. Erdosain justifica el crimen diciendo que es una manera de llegar a la autoexaltación.
"Yo, que no soy nadie, voy a poner en marcha esa maquinaria amenazadora de expertos, secretarias, periodistas, abogados, fiscales acusadores, carceleros y camiones celulares. Nadie querría verme como un pobre diablo sino como un ser antisocial, el enemigo del cual la sociedad debe ser protegida", dijo.
El deseo de superar la amarga realidad encuentra su expresión en la sociedad secreta que el Astrólogo quiere construir.
Ante la promesa de un trabajo como Jefe de Industria, Erdosain comienza inmediatamente a despreciar las debilidades de la sociedad, se forma una imagen de sí mismo en una gran oficina, detrás de un escritorio, ladrando ordenes.
El esceptisismo de Arlt sobre las ideas utópicas imperantes en los años 20 queda claro, como así también sus dudas sobre la real perpectiva de un mínimo cambio.
¿Qué nuevo orden creará la sociedad secreta? ¿Es al mismo tiempo inclusiva y exclusiva, capaz de tomar abordo cualquier tipo de ideal? "Seremos bolcheviques, católicos, fascistas, ateos o militaristas, según el nivel de iniciacion", proclamó el Astrólogo.
Se trata de una novela inundada de choques de personajes y elementos, de ideas filosóficas y políticas. Cada una tiene serias resonancias.
Ideas insanas son piadosamente expresadas, asi como historias extravagantes contadas de manera inexpresiva. Una tripulación heterogénea planea la revolución: el Astrólogo, el Matón Melancólico que quiere ser el Gran Patriarca de los burdeles, un siniestro Mayor, son los constructores de la nueva Argentina.
"La persona que pueda encontrar la mentira que necesitan las masas será Rey del Mundo", proclamó el Astrólogo. "Cada uno reza por ansiedad".
La declaracion precede a un discurso del Mayor con su uniforme reluciente, que suena misteriosamente como el vaticinio intelectual al golpe militar que, un año después de la aparición de "Los Siete Locos", colocó a Argentina en un precipicio político hasta 1983.
Fue una muestra de clarividencia del autor. Un año después que el libro fuera publicado, los militares derrocarán al gobierno de Hipólito Irigoyen, tras lo cual emergería una sucesión de líderes, aspirantes a Reyes del Mundo, no todos en su sano juicio pero siempre medrando en la ansiedad de las masas. (FIN/IPS/tra- en/fn/kb/ego/99
