HONG KONG: Peor crisis económica en décadas

La multitud humana presente a altas horas de la noche en la zona comercial de Causeway Bay oculta a primera vista la realidad de que Hong Kong está pasando por su peor crisis económica en décadas.

Pero si se observa con mayor detenimiento, surgen indicios reveladores de problemas económicos.

"Oferta por liquidación", anunciaba un enorme cartel de la tienda por departamentos Daimaru, al menos la tercera supertienda japonesa en cerrar desde que comenzó la crisis asiática en julio de 1997. Otros comercios exhiben grandes anuncios con descuentos de hasta 70 por ciento.

El año que pasó no ha sido fácil para el sector minorista, uno de los más poderosos de la economía de Hong Kong y útil como indicador de confianza entre los consumidores locales y los turistas. Hasta octubre las ventas descendieron 20 por ciento.

Aunque se espera que gran cantidad de gente salga de compras durante la preparación para el año nuevo lunar en febrero, pocas buenas nuevas se esperan para el año del conejo en el calendario chino.

A pesar de sus pujantes distritos caracterizados por las luces de neón, la economía de Hong Kong está en problemas, y sus ciudadanos se quejan.

La tasa de desempleo aumentó a 5,5 por ciento en el trimestre que finalizó en noviembre, el mayor para el territorio en los últimos 17 años.

Ese 5,5 por ciento equivale a 191.000 personas sin trabajo, una cifra alta para una fuerza laboral de 3,4 millones de personas en una economía basada en los servicios que durante décadas importó mano de obra y por tanto no está acostumbrada a la falta de empleo.

Varios analistas esperan que el desempleo suba a 7,5 por ciento en el primer semestre de este año, porque las compañías siguen despidiendo personal, sobre todo en los sectores de la construcción, la manufactura y los restaurantes.

El producto interno bruto se redujo 6,4 por ciento entre octubre y diciembre de 1998, en parte debido a la recesión asiática, según cálculos de la empresa consultora Asian Eye Economics, con sede en Singapur.

Las exportaciones también descendieron y el ingreso de turistas bajó 5,5 por ciento hasta diciembre.

El turismo decayó desde que China recuperó la soberanía de Hong Kong en julio de 1997, debido a la combinación de la pérdida del atractivo colonial del territorio y a la crisis asiática. Se calcula que el sector se contraerá más de 20 por ciento este año.

El gobierno respondió a los problemas económicos con un programa de gasto público, y los funcionarios recordaron a la gente que Hong Kong ya pasó por tiempos peores en el pasado.

"La actual crisis económica, aunque resultó más profunda de lo prevista, no es la primera que padecemos", aseguró Anson Chan, principal secretario de la administración de Hong Kong.

"Luego de vivir en el territorio durante más de 50 años, lo he visto pasar por recesiones, caídas del mercado, disturbios, cierres de bancos e inestabilidad política", agregó.

Aunque sus declaraciones reflejen la verdad, la crisis aviva tensiones que hacía tiempo no se notaban en esta sociedad opulenta, entre trabajadores y patrones, entre el gobierno y el sector privado. También surgieron expresiones públicas de disconformidad.

Los problemas dieron fuerza a los debates sobre temas como el papel del sistema de bienestar social y la gran comunidad de inmigrantes del resto de China y del exterior.

Parece que Hong Kong se encamina "al socialismo con respecto a la seguridad social", sostuvo Eden Woon, director de la Cámara General de Comercio.

Algunos culpan a los migrantes del resto de China por el incremento del gasto público en la seguridad social del territorio.

Funcionarios pretenden cambiar el régimen actual que permite a los migrantes recibir los beneficios de la seguridad social luego de una residencia de un año. En cambio, proponen ampliar el lapso requerido a cinco años.

La tensión social también se manifiesta en las críticas de políticos y activistas por la democracia contra las grandes compañías y las empresas de bienes raíces que exigen el cumplimiento de los clientes que no pueden pagar sus viviendas.

Las críticas no cayeron bien entre las grandes compañías, preocupadas que el gobierno, bajo presión del público, tome decisiones consideradas socialmente populares, pero que socavarían la reputación de Hong Kong como economía de libre mercado.

A fines de diciembre, el magnate Li Ka-shing dijo que dudaba en invertir en Hong Kong debido al "ambiente político" imperante, en referencia a las críticas de los políticos contra su firma de bienes raíces, Cheung Kong Ltd.

Los precios de las viviendas cayeron drásticamente en el último año, hasta en 40 por ciento en algunos casos, y muchas personas tienen dificultades para pagar las hipotecas.

Mientras, el gobierno reforzó el gasto en la infraestructura y en otros proyectos que ayudaría a cumplir la meta de creación de 60.000 empleos para fin de año.

Pero los expertos aseguran que el desempleo se agravará antes de que mejore, según lo que ocurra con la crisis en los próximos meses. (FIN/IPS/tra-en/js/aq/if/99

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