CHINA: La alimentación como búsqueda de equilibrio

China, preocupada por la alimentación de su enorme población en el largo plazo, se ocupa otra vez del sector agrícola después de dedicar 20 años a reformas económicas de mercado con énfasis en la modernización industrial.

Alimentar a una población de más de 1.200 millones de personas siempre obligó a China a buscar un delicado equilibrio entre el crecimiento demográfico y la producción agrícola.

El país sobrevivió a hambrunas, inundaciones y sequías. Pero el sector agrícola, casi olvidado durante los dos decenios de reformas económicas, empezó a mostrar debilidades a pesar del anuncio oficial de "cosechas muy abundantes".

"Cosecha muy abundante" es una expresión conocida para los chinos. Evoca, para muchos, a los miles de personas que murieron de hambre cuando el gobierno quiso demostrar en los años 60 que podía obtener una "cosecha muy abundante" y privó a los agricultores de la provincia de Henan de su producción.

Los expertos dijeron que el panorama cambió mucho en las últimas décadas, pero, agregaron, se requiere vigilar la seguridad alimentaria de China.

"No veo problemas alimentarios en China", dijo Ajmal Qureshi, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) en China, Corea del Norte y Mongolia.

"El pueblo chino se alimenta mucho mejor y mejoró su calidad de vida en la zona rural. En la FAO somos muy optimistas acerca de la capacidad de China para alimentar a su población, basada en los logros del pasado y en el aumento de inversiones en el sector agrícola", declaró Qureshi.

China creó en 1998 un fondo especial de 4.210 millones de dólares para incrementar la producción de cereales de consumo básico y construir reservorios de agua.

Estas acciones se proponen aumentar la demanda interna y "contrarrestar los efectos adversos de la crisis financiera de Asia y el impacto devastador de las inundaciones del verano pasado".

Dos tercios de los cereales de China proceden de 50,66 millones de hectáreas irrigadas, 53 por ciento de las tierras arables.

"China debe duplicar la tasa de irrigación, que en la actualidad es de entre 30 y 40 por ciento, y agregar unos 20 millones de hectáreas a sus tierras irrigadas", dijo el vice ministro de Recursos Hídricos, Zhang Chunyuan.

El gobierno constató una disminución del agua disponible para la agricultura.

La disponibilidad anual de agua por persona en China es de 2.400 metros cúbicos, menos de un cuarto del promedio mundial.

El agua para la agricultura, hace 20 años, era el 88 por ciento del consumo total del país. Pero esta proporción disminuyó a 72 por ciento y los expertos dijeron que la explosión demográfica y la rápida urbanización harán que la disponibilidad descienda a 52 por ciento para mediados del siglo XXI.

Los expertos de todo el mundo esperan obtener una idea más clara de la situación agrícola y alimentaria del país a partir de los resultados del primer Censo Agrícola Nacional, cuyos resultados finales se conocerán este año.

El estudio, anunciado como el más amplio y complejo que se haya hecho en el mundo sobre agricultura, brindará un panorama concreto a partir del cual delinear políticas de desarrollo agrícola para el próximo milenio.

Qureshi dijo que "esa información es esencial para hacer proyecciones de futuro y decidir que dirección debería tomar la política agrícola de China", ya que el informe entrará en detalles como la maquinaria agrícola y las tierras arables.

Los primeros resultados del censo indican que hay 561 millones de personas económicamente activas en la zona rural y que 424 millones entre ellas son agricultores. Las estadísticas anteriores registraban un total de 453 millones de trabajadores en la zona rural.

El área cultivada de China resultó mayor de lo previsto, a pesar de la constante disminución de tierras arables debido al desarrollo industrial y a la construcción de carreteras, aeropuertos y viviendas. Esta es otra información clave provista por el censo.

El informe marca un hito en la historia de China ya que, hasta los años 80, la principal fuente para las estadísticas eran los datos básicos de tipo de cultivos y tierras utilizadas, cantidades de ganado y de implementos agrícolas, que brindaban cada año las comunas populares y las granjas estatales.

China tiene en la actualidad 130 millones de hectáreas de tierras cultivadas, lo que equivale a 0,1 hectárea por persona, un tercio del promedio mundial. Desde 1991, diversos proyectos no agrícolas ocuparon alrededor de 2,02 millones de hectáreas, la mitad de las cuales eran tierras cultivadas.

Las tierras fértiles de China sufrieron grandes pérdidas durante los 20 años de reformas económicas, ya que en buena parte de las mismas se instalaron industrias.

La situación se empeoró por las inundaciones del año pasado, agravadas por la destrucción de los bosques y cambios en la tierra.

"La producción agrícola de 1998 estuvo al nivel de la del año anterior, lo cual es de destacar si tenemos en cuenta los miles de millones de dólares de pérdidas que se calculan por la destrucción de infraestructura y propiedades, y también por la devastación de las inundaciones", dijo Qureshi.

La FAO ayudó al gobierno de China a calcular el daño agrícola causado por las inundaciones del río Yangtze y a rehabilitar el área circundante, que fue devastada.

El gobierno adoptó políticas más estrictas de protección de la agricultura, para lo cual sancionó una ley en materia de manejo de tierras fiscales que entrará en vigor en 1999, y protegerá más de 80 por ciento de las tierras cultivables.

La construcción de proyectos no agrícolas en esas tierras requerirán permiso del gubernamental Consejo del Estado, según la nueva ley.

Beijing pidió también a las administraciones provinciales que no aprueben nuevos proyectos de manejo de tierras. El gobierno central delimitará hasta el 2004 áreas piloto de manejo de la tierra en todo el país para incrementar la extensión de tierras arables.

"Somos muy optimistas respecto de la seguridad alimentaria de China. Y si hay seguridad alimentaria aquí, 20 por ciento de la población mundial está segura", dijo Qureshi.

La FAO trata de ayudar a otros países de Africa y Asia a aprender de las experiencias de China, a la que toma como modelo.

"China está en el camino correcto. Su política es muy pragmática y muy imaginativa, y el proceso de reformas iniciado en 1978 continúa. Lo que están haciendo es muy prudente y creo que es un buen ejemplo para el resto del mundo", concluyó Qureshi. (FIN/IPS/pa/js/ceb/mj/dv/99

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