CANADA: Tragedia atrae atención sobre problemas indígenas

Los problemas sociales y económicos de los indígenas inuit del noreste de Canadá (antes llamados esquimales), finalmente recibieron atención política, tras una avalancha que mató a nueve personas el 1 de este mes.

La avalancha destruyó el gimnasio de una escuela construida por el gobierno, donde celebraban el año nuevo 100 pobladores de la pequeña comunidad de Kangiqsaulujjuaq. Allí y en otras comunidades subárticas se piensa que los daños podrían haberse evitado de haberse tomado las precauciones adecuadas.

Asesores gubernamentales dijeron a los líderes de la comunidad en 1995 que el riesgo de que la escuela fuera dañada por una avalancha era mínimo, aunque pequeños desprendimientos de nieve ya la habían alcanzado. Se recomendó que el gobierno levantara vallas para contener la nieve, pero no se hizo ninguna.

Kangiqsaulujjuaq se halla en la base de una montaña sin árboles.

El desastre aumentó el sufrimiento de esta comunidad de 600 habitantes, desgarrada por la inestabilidad social, el abuso de drogas y la muerte prematura. La tasa de diabetes entre los inuit es de las más altas del mundo, y las condiciones de hacinamiento han extendido la tuberculosis y otras enfermedadeo.

Los líderes inuit solicitaron ayuda financiera y asesoramiento de las regiones del sur para hacer frente a la tragedia.

Kangiqsaulujjuaq fue construida en 1966 por las autoridades provinciales de Quebec, como parte de un programa para inducir a los inuit a abandonar el nomadismo y vivir en poblados de tipo occidental. En 1975, los indígenas renunciaron a la mayoría de los derechos sobre su tierra, en un acuerdo con el gobierno de Quebec.

Se culpa al déficit de viviendas de los crecientes problemas sociales y sanitarios en los pueblos, incluyendo el aumento de la tuberculosis.

"En algunas casas viven 14 e incluso 18 personas", señaló Pita Ataami, supervisor del Acuerdo de la Bahía de James y el Norte de Quebec en Nunavik (el nombre tradicional de la tierra de los inuit), en cuyo marco se instaló a los indígenas en localidades construidas por las autoridades.

"¿Pueden imaginarse estar en una casa de tres dormitorios con 14 personas? ¿Qué podemos hacer? Ya tuvimos casos de personas con problemas respiratorios y tuberculosis por el hacinamiento en algunas de las viviendas", agregó Ataami.

Afirmó también que se necesitan con urgencia por lo menos 425 viviendas en las 14 comunidades de Nunavik. Los habitantes de menos de 20 años representan 55 por ciento de la población de la región, que crece rápidamente, pero no hay planes de construcción para enfrentar el problema.

"Ayer recibí una llamada de una mujer con dos hijos que lloraba y decía que estaba cansada de ir y venir de un lugar a otro debido a la escasez de alojamientos. Quiere tener su propia casa", dijo Michael Gordon, alcalde de Kuujjuaq, la comunidad más cercana a Kangiqsaulujjuaq.

Las cosas han empeorado para los inuit, porque el gobierno central de Canadá y el de la provincia de Quebec están trabados en una disputa jurisdiccional sobre el control de la construcción de viviendas en las comunidades indígenas.

"Es como si intentaran eludir la responsabilidad. Cada uno dice que el otro es responsable", comentó Ataami.

Nunavik es un vasto territorio escasamente poblado, donde viven aproximadamente 5.000 personas. Casi todos los empleos son proporcionados por el gobierno, el ingreso anual promedio es de 7.500 dólares y nada es barato.

El pan cuesta unos 1,75 dólares la hogaza, y el precio de una docena de huevos es de 1,60 dólares. Construir una casa pequeña de tres dormitorios tiene un costo de por lo menos 100.000 dólares, porque todos los materiales de construcción deben transportarse en avión o barco.

Sin embargo, algo bueno puede resultar de la avalancha. Periodistas de toda América del Norte llegaron a informar sobre la tragedia y divulgan los problemas de los inuit.

Por otra parte, importantes líderes políticos del país se trasladaron a Kangiksaulujjuaq para asistir al funeral de las víctimas y tuvieron ocasión de reunirse con líderes indígenas. El clima de la zona es tan severo que los entierros debieron posponerse dos veces por los fuertes vientos. (FIN/IPS/mb/kb/at/mp- ff/pr/98

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe