La euforia en los mercados y la tendencia del cambio libre a no superar la cotización de 1,50 reales por dólar avaló hoy esperanzas de que la devaluación en Brasil no degenere en desastres como los ocurridos en Asia, México y Rusia.
El índice en la Bolsa de Sao Paulo llegó a subir más de 28 por ciento durante la jornada de este viernes y los títulos de la deuda externa brasileña registraron también una fuerte recuperación de más de 10 por ciento en Estados Unidos.
Las tasas de interés negociadas a futuro también se redujeron tras conocerse que el Banco Central anulaba sus medidas del miércoles y no intervendría en el mercado cambiario este viernes, dejando flotar libremente el real.
Una devaluación más amplia que la pretendida por el gobierno era inevitable, según economistas y operadores del mercado. Brasil perdió cerca de 3.000 millones de dólares en los dos últimos días, tras anunciar la ampliación de la banda cambiaria a 1,20/1,32 reales por dólar.
Con esa medida, alterando una política de estrecho control de cambios vigente desde 1995, el Banco Central intentó contener en nueve por ciento la devaluación, ante la presión del recrudecimiento de la fuga de capitales.
Las reservas brasileñas se redujeron a cerca de 30.000 millones de dólares, estiman expertos del mercado. En julio, antes de la moratoria rusa, superaban 70.000 millones de dólares.
Dejar el cambio libre fue una decisión adecuada, según Jaime Valdivia, director de estudios del banco estadounidense Morgan Stanley en América Latina. Eso protege las reservas cambiarias y, pasado el nerviosismo inicial, la moneda brasileña podrá recuperar parte del valor perdido, evaluó.
Una cotización de 1,50 reales por dólar es un resultado "excelente", que permite recuperar las exportaciones y reanudar el crecimiento económico, segn Dany Rappaport, economista-jefe del Banco Santander en Brasil, que espera el mantenimiento del cambio libre.
El comunicado del Banco Central, sin embargo, señaló que la libre flotación se adoptó para "este viernes", anunciando nuevas medidas para el lunes.
El Banco Central decidió dejar que el mercado defina un nivel para el tipo de cambio y evaluar las reacciones durante el fin de semana, para decidir las nuevas reglas el lunes, según el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio, Celso Lafer.
Los economistas esperan un aumento de la inflación como consecuencia de la devaluación, por ahora limitada a 24 por ciento en relación con el tipo de cambio del martes.
El gran aumento de las deudas asumidas en dólares deberá provocar dificultades a empresas y también a algunos gobiernos estaduales, que ya venían manifestando dificultades para cumplir sus compromisos.
El vuelco en la política cambiaria podrá también exigir nuevas negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y los gobiernos con los que Brasil acordó en noviembre una ayuda de 41.500 millones de dólares.
El ministro de Hacienda, Pedro Malán, y el presidente del Banco Central, Francisco Lopes, viajarán este sábado a Washington para explicar las medidas al FMI y al gobierno de Estados Unidos, en procura de apoyo internacional y de mantener de pie el programa de ayuda.
En medio de las turbulencias, el gobierno brasileño obtuvo este viernes un ingreso de unos 77 millones de dólares por la concesión de dos áreas de telefonía.
El hecho confirma la decisión oficial de seguir el programa de privatizaciones, que debe concentrarse este año en la venta de empresas generadoras de electricidad y podría alcanzar 20.000 millones de dólares.
El consorcio Bonari, encabezado por la empresa estadounidense Sprint, explotará el servicio de telecomunicaciones de larga distancia en Brasil, compitiendo con la Empresa Brasileña de Telecomunicaciones, privatizada en julio pasado.
El consorcio Canbrás, constitudo por grupos de Argentina, Brasil, Canadá y Estados Unidos, disputará con otra compañía privatizada el mercado de telefonía fija en 16 estados del este, nordeste y norte de Brasil. (FIN/IPS/mo/mj/if/98
