Los países miembros del Mercosur buscan lograr en Brasil una tregua para sus diferencias, con el objetivo central de fortalecer al bloque y procurar luego una zona de libre comercio con la Comunidad Andina (CA).
El acuerdo con la CA no será el centro de la cumbre del Mercosur, el jueves 10 en Río de Janeiro, pero de las soluciones que surjan puede estar el punto de partida para ello, dijo a IPS un vocero de la cancillería uruguaya.
Brasil propondrá a sus socios (Argentina, Paraguay y Uruguay) una tregua en las diferencias para forcelecer el mercado común regional y avanzar sobre el comercio internacional.
El ministro de Industria de Brasil, José Botafogo Goncalvez, dijo que se deberán crear polos industriales capaces de competir con otros mercados y el régimen automotor es una de las disputas que deberán quedar atrás.
"Necesitamos crear plataformas regionales, empezando por el sector automotor", afirmó el ministro brasileño.
El Mercosur y la CA (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) buscan desde hace casi tres años soluciones para esa zona de libre comercio, que le permitirá a los dos pactos sudamericanos constituirse en un poderoso bloque económico y político.
En noviembre en Montevideo, durante la última reunión de ambos bloques, el Mercosur aceptó conceder el caracter de sensible al sector automotor, tal como planteaba la CA.
La unión CA-Mercosur abrirá el camino para negociaciar el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), proceso que se inició en diciembre de 1994, cuando los presidentes de 34 naciones decidieron constituir un espacio de libre comercio, eliminando en forma gradual las barreras al comercio y la inversión.
El plan acordado por los mandatarios abarca cuatro grandes capítulos que los países menores deberán negociar con los poderosos: educación, preservación y fortalecimiento de la democracia y los derechos humanos, integración económica y libre comercio, y erradicación de la pobreza y la discriminación.
El Mercosur es la cuarta potencia comercial del mundo, con un producto interno bruto (PIB) que representa el 80 por ciento de toda América del Sur.
Chile y Bolivia están asociados al Mercosur, por lo que participan de la reunión de Río de Janeiro, que se inició con negociaciones que comenzaron el sábado 5.
Las diversas trabas surgidas para llegar a una zona de libre comercio entre la CA y el Mercosur el 1 de enero del año 2000, parecieron destrabarse durante la ultima reunión de Montevideo, en la que además del sector automotor se levantaron otras trabas.
En esa ocasión, los nueve países acordaron desbloquear el camino, limitando la extensión a todos los miembros de los dos bloques de las preferencias bilaterales existentes entre ellos.
El ministro venezolano de Industria y Comercio, Héctor Maldonado, dijo que el acuerdo incluye preservar los avances registrados hasta ahora.
Al mismo tiempo, apunta a flexibilizar y acercar un acuerdo para los rubros en los que se ha progresado hacia un consenso y no condicionar la reciprocidad, sobre todo en productos que no son sensibles a ninguna de las partes.
Ante la imposibilidad de cumplir con las fechas acordadas para llegar un acuerdo antes de fin de año, ahora las nueve naciones se proponen llegar al 31 de marzo de 1999 con una definición sobre la multilateralización del patrimonio histórico.
El patrimonio histórico incluye las preferencias arancelarias mutuas concedidas entre los miembros de ambos bloques, que fueron determinantes para impulsar las corrientes de comercio en el área. Ahora deberán extenderse a todos los países, eliminarse o habilitar que sigan bilateralmente por un lapso excepcional.
Luego que los nueve países acuerden la extensión del partrimonio histórico debe comenzar la negociación sobre el resto del universo arancelario.
La dependencia respecto de Estados Unidos en materia de insumos industriales es la mayor dificultad que enfrenta la CA para acordar el libre comercio con el Mercosur, dijo Juan José Taconi, director del Instituto para la Integración de América Latina y el Caribe (Intal), de Buenos Aires.
La industria andina produce entre 70 y 80 por ciento de componentes importados de Estados Unidos, por lo que sería un golpe mortal exigirle un índice de nacionalización de 60 por ciento establecido en el Mercosur, señaló Taconi. (FIN/IPS/rr/ag/
