Perú logró la incorporación de su país al foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), pero en un contexto mundial diferente al que reinaba cuando Alberto Fujimori se planteó esa meta al llegar a la presidencia en 1990.
Uno de los escenarios más importantes de APEC, Asia, es el epicentro de una grave crisis económica que tiene en vilo al mundo desde junio de 1997 y amenaza con contagiar a los países de mayor fragilidad económica, lo cual constituye un panorama diferente al de hace pocos meses.
Los presidentes de los países latinoamericanos de APEC, Fujimori, Eduardo Frei, de Chile, y Ernesto Zedillo, de México, reclamaron en un comunicado conjunto un cambio en el concepto de liberalización arancelaria hasta ahora vigente, de modo que abarque a todos los sectores y no solo algunos de ellos.
"Liberalizar no es solamente bajar aranceles sino también eliminar trabas. Nos gustaría que se incluyan los productos que nosotros exportamos, no únicamente aquellos que importamos", dijo Fujimori entrevistado por telefóno por un medio de prensa peruano.
APEC es el espacio económico más expansivo de esta década. Sus 21 países representan 52 por ciento de la producción mundial y controlan 50 por ciento del comercio internacional.
En consecuencia, el ingreso a APEC era un privilegio disputado por los países en desarrollo dispuestos a asumir retos en los mercados más competitivos del mundo, entre los que figuran los "tigres" (economías de rápido crecimiento) del sudeste asiático.
Solo tres naciones latinoamericanas han sido admitidas hasta ahora, México en 1993, Chile en 1994 y ahora Perú, cuyo ingreso fue aceptado junto con los de Rusia y Vietnam en la reunión que concluyó el miércoles en Kuala Lumpur.
Otros países latinoamericanos tocan la puerta, como Colombia, Panamá y Ecuador, cuyos ingresos, al igual que el de India, serán considerados en el 2008.
"Pero el compás cardíaco de APEC ha sido afectado por la arritmia de la crisis asiática, que nos obliga a revaluar los niveles de vulnerabilidad y de capacidad de respuesta de los países que encarnaban con mayor nitidez su presunto modelo de crecimiento", comentó el economista Juan Velit.
"Como consecuencia de la crisis, la globalización y la aceleración de la liberalización, las banderas doctrinarias más importantes de APEC, han perdido el primer 'round' en la Cumbre de APEC y parece estar surgiendo un realineamiento de sus miembros en dos posiciones", expresó Jorge Morelli.
En un comentario publicado por el matutino Expreso, de Lima, Morelli afirmó que Japón, al negarse a la reducción de aranceles en dos rubros económicos claves, pesca y forestales, postergó definitivamente el avance del "esquema voluntario de liberalización", promovido por Estados Unidos.
"La crisis asiática se desata por el descontrol del crédito interno y las sobreinversiones inmobiliarias, se agrava por la inestabilidad del flujo de capital de corto plazo, siempre presto a huir", dijo, por su parte, Hugo Aquino, analista de la revista Avance Económico.
"Su impacto amenaza estructuras financieras, comerciales y monetarias de otros países. En consecuencia, quienes comercien con los países mas afectados por la crisis asiática tienen que afinar los engranajes de protección para sus productos, pero al mismo tiempo defender las perspectivas comerciales que le ofrece el bloque", añadió Aquino.
Tanto Aquino como Velit consideran que los países de menor desarrollo, como Perú, tienen que aprovechar y defender las diferencias de sus rubros de exportación.
"La mayor parte de las exportaciones asiáticas no compite directamente con las latinoamericanas. Los países asiáticos exportan bienes manufacturados de consumo y de capital, en tanto que América Latina exporta en mayor proporción materias primas y semimanufacturados", acotó Velit.
"Es innegable que conviene que la liberalización voluntaria que planteaba Estados Unidos se congele por un tiempo prudencial, hasta un momento más propicio", concluyó Morelli. (FIN/IPS/al/mj/if/98
