El maltrato infantil se está extendiendo en Perú y sus principales víctimas son las niñas, según estudios que atribuyen esta situación a la ruptura familiar, el consumo de alcohol y drogas, la marginación social y el desempleo.
"La violencia cotidiana obedece a un proceso iniciado en el ámbito doméstico, el cual lanza precozmente a las calles (…) a niñas y niños, los cuales más adelante se convierten a su vez en infractores", dice el informe de la Comisión Legislativa de Investigación de causas y consecuencias de la violencia en Perú.
La Comisión constató que los niños de hasta 12 años son las principales víctimas de las diversas formas de violencia cotidiana, en un país de 23 millones de habitantes que vive a un incremento de las pandillas juveniles, integradas por hombres y mujeres entre 12 y 18 años.
"Hay mucho de frustración en las pandillas juveniles", opina el psicoanalista Fernando Maestre, en tanto el economista Javier Iguíñiz ha demostrado la relación que existe entre aumento de la violencia y deterioro de las condiciones de vida de la población.
En los períodos en que la economía mejoró, por ejemplo entre 1993 y 1995, los delitos contra el patrimonio disminuyeron, mientras que desde este último año hasta hoy, los índices de violencia a nivel general aumentaron en 12,5 por ciento, señala Iguíñiz.
Pero una consecuencia que pasa desapercibida cuando se analiza el aumento de la violencia contra niñas y adolescentes es el incremento en los últimos cinco años de los embarazos precoces, lo que ha obligado a implementar programas de ayuda para madres adolescentes en muchos centros hospitalarios.
"El 1,2 por ciento de las niñas entre 12 y 14 años son madres y el 11 por ciento de adolescentes entre 15 y 19 años tiene un hijo o está gestando", reveló la parlamentaria Luz Salgado, quien mostró también preocupación por la alta mortalidad materna.
"Por cada 100.000 gestantes fallecen 261 mujeres, de las cuales el 15 por ciento son menores de edad, el 20 por ciento de las cuales se ha sometido a un aborto", dice Salgado basándose en cifras oficiales.
"Un gran porcentaje de esos embarazos no son deseados, y no solamente porque en una gran mayoría son fruto de violaciones o seducciones, sino porque la adolescente sólo estaba buscando un poco del cariño que nunca nadie le dio", afirma la socióloga Beatriz Martínez.
Martínez, una funcionaria municipal responsable de proyectos de desarrollo en poblaciones marginales de Lima, afirma que no sólo deben estudiarse los casos de violencia extrema.
"Existe un maltrato psicológico permanente contra las niñas y adolescentes pobres, que se da en el hogar, en el colegio, en todos los ámbitos donde desarrolla su existencia y la impulsa a evadirse, conseguir una pareja es una forma de evasión", señala.
"Pero lamentablemente al no estar debidamente informadas, se embarazan y complican terriblemente sus vidas", comprometiendo sus posibilidades de desarrollo, añade.
Según la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), por cada 10 o más años de estudios, la probabilidad de no caer en la pobreza aumenta en 80 por ciento.
El primer gran escollo que enfrenta una adolescente embarazada es la imposibilidad de seguir estudiando, ya que en muchos colegios se impide la permanencia de alumnas embarazadas para que no sean un "mal ejemplo" para sus otras compañeras.
"No existe ningún dispositivo legal que impida a una adolescente embarazada continuar asistiendo al colegio. No es bueno que se embarace, pero ante la realidad no podemos impedir su desarrollo", dice Patricia Crosby, gerenta de Promoción de la Niñez y la Adolescencia del Ministerio de la Mujer.
Para respaldar su argumento, señala que en las zonas del país donde existe muchas madres precoces, como en la Amazonia o algunas regiones andinas, el índice de estudios de las mujeres alcanza sólo a tres grados.
"Detrás de un gran porcentaje de madres adolescentes se esconde un verdadero drama que nos remite a maltratos, violaciones, incestos, pobreza y marginación, si encima les negamos la única posibilidad que tienen de superar esa situación, entonces sí que les estaremos dando la espalda", dice Crosby. (FIN/IPS/zp/ag/hd-dv/98
