INDIA: Madres de Cachemira buscan a sus desaparecidos

Parveen Ahangar era, cuando estaba sola, una más entre esas madres pobres, analfabetas y desesperadas que buscan a hijos, hermanos y maridos desaparecidos en el conflictivo estado de Cachemira, en India.

Pero ahora, unidas, esas madres se han convertido en una fuerza poderosa. "Cuando actuamos juntas podemos lograr cualquier cosa", advirtió Ahangar, quien lidera la Asociación de Madres de Desaparecidos (AMM), fundada hace dos años.

De acuerdo con la organización, hay 300 casos plenamente documentados de desaparecidos en Cachemira, estado de mayoría musulmana en la frontera con Pakistán donde se desarrolla una fuerte actividad secesionista. Pero la AMM denuncia que se perdió el rastro de unos 2.000 hombres después de ser detenidos.

La AMM fue creada por las mujeres descubrieron que se encontraban con frecuencia en comisarías y tribunales, donde obtenían pocas respuestas. "Los policías nos consideraban unas pobres mujeres y nos ignoraban", recordó Ahangar.

El poder de la AMM fue puesto a prueba el mes pasado, cuando organizaron una protesta en las puertas del principal tribunal de la capital de Cachemira, Srinagar. La organización ya nuclea a casi 300 mujeres, algunas de las cuales proceden de distritos lejanos.

Ellas mismas han financiado hasta ahora sus actividades. Mientras, comenzaron a recibir cartas de apoyo procedentes de organizaciones similares en otras partes del mundo, como el Frente de Madres de Filipinas.

Ahangar es analfabeta, pero está enterada de otras actividades similares en el mundo, como las de las Madres de Plaza de Mayo en Argentina.

Después de descubrir que la unión hace la fuerza, las madres se organizan para actuar siempre en grupo, incluso cuando necesitan ir a Nueva Delhi, la capital de India, donde están ubicadas la sede de la Corte Suprema y residen los políticos más influyentes.

Pero en el tenebroso escenario del separatismo y las operaciones represivas en Cachemira, ni siquiera las madres de la AMM están a salvo. Una de ellas, Haleema Begun, fue asesinada hace poco tiempo por "un pistolero no identificado".

El crimen se produjo después de una conferencia de prensa de la AMM, en la cual clamaron por los casos de unos 2.000 detenidos por las fuerzas de seguridad y luego desaparecidos en el marco de la violenta lucha separatista que sacude esta región desde 1989.

Parveen Ahangar está segura que existe un nexo entre el asesinato de Haleema y su insistente búsqueda de jóvenes desaparecidos entre los cuales esta su hijo mayor, Bilal Ahmed Bhatt, detenido en 1992 por los paramilitares de las Fuerzas de Seguridad Fronterizas (BSF).

Según testigos, Haleema había sido advertida de que debía abandonar la búsqueda de su hijo. Pero esa búsqueda sólo terminó cuando fue víctima de un ataque en su propia casa, durante el cual murió también otro de sus hijos.

Las dos hijas de Haleema, que resultaron heridas, contaron como dos pistoleros enmascarados entraron en la casa y ordenaron a su madre y hermano entrar a un cuarto, donde los balearon.

Después de ese incidente, Ahangar pasó dos días sin dormir en su propia casa. Pero en ningún momento pensó en abandonar la lucha. "Cada mañana cuando me levanto pienso cuán vulnerable soy… pero mi vida no tendría valor si me rindo", dijo.

Sentada cerca de ella estaba Gulshan Ahmed Dar, madre de Manjoor Ahmed Dar, desaparecido desde que su detención en 1997. "Ninguna se va a rendir", advirtió.

Este tipo de frases no se escuchaban en Cachemira el año pasado. Los pobladores del estado se refugian en el silencio para escapar a las represalias de fuerzas de seguridad, militantes o "ex militantes".

Estas mujeres luchan por la justicia para ellas y para otros que tienen seres queridos desaparecidos tras ser arrestados, en una región donde los padres ya no se atreven a reclamar por la muerte de un hijo en custodia, y donde los hermanos prefieren callar si su hermana fue violada por una pandilla.

Ahora, esas mujeres son blancos de los "pistoleros no identificados", eufemismo para referirse a los miembros de los numerosos grupos armados que pululan en este valle: fuerzas de seguridad, grupos de contrainsurgencia y militantes que lograron destruir el tejido social de esta región.

La lucha de Ahangar, que al principio fue solitaria, comenzó en 1990 cuando su hijo Javed, estudiante de secundaria, desapareció tras ser arrestado cuando el BSF, con respaldo militar, lanzó una redada en la localidad de Batmallo.

"Estaban buscando a otro Javed, pero el capitán Dharar Gupta decidió arrestar a mi hijo y desde entonces no volvió a casa", dijo Ahangar. En Batmallo hay 17 casos de desaparecidos.

Ahangar, una mujer sin educación casada con un comerciante que rara vez iba más allá de la plaza de la ciudad, dedicó cada día de los últimos ocho años a recorrer campos del ejército y los paramilitares, o a seguir el rumbo de rumores según los cuales su hijo habría sido visto en Delhi o Agra.

"Cuando fuimos al tribunal trajeron un oficial de Assam con el respaldo de todo el ejército, y yo estaba sola pero no me asusté", dijo Ahangar.

"Si mi hijo se hubiera unido a los militantes, habría aceptado que fue un error. Pero no ocurrió así, y por eso demando justicia, aunque los tribunales no nos han dado respuestas", agregó.

Las madres no tienen un cuerpo ni una tumba para llorar a sus familiares. La búsqueda es constante. Pero la situación puede ser aun peor para viudas como Sara, que tras la desaparición de su marido fue expulsada de la casa por sus parientes políticos.

Ahangar y las otras madres ya no confían en la capacidad de los tribunales de Cachemira para impartir justicia, y ahora dirigen sus recursos directamente hacia la Corte Suprema, en Nueva Delhi.

También están desilusionada de grupos políticos como el Hurriyat, un conglomerado de dirigentes separatistas, que no se comprometieron con su causa. La AMM está comprometido a mantenerse al margen de las manipulaciones de estos sectores, y por ese motivo se resiste incluso a abrir una oficina.

Ahangar compensa su falta de educación con un espíritu indomable. Y esa es la fuerza con la cual impulsa la AMM con el objetivo de desafiar la injusticia y la opresión en Cachemira. (FIN/IPS/tra-en/rm/rdr/lc mj/hd/98

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