ENERGIA: Estados Unidos reitera fe en la Venezuela petrolera

Estados Unidos confía en que Venezuela continuará como socio petrolero fiable luego de las elecciones presidenciales de diciembre, afirmó hoy el secretario de Energía estadounidense Bill Richardson.

En un foro sobre integración y energía en el hemisferio en Caracas, Richardson reiteró el credo aperturista que, según dijo, repetirá cuando viaje a México este miércoles: "Debemos remover los obstáculos al comercio y a la libre competencia, y no basarnos en políticas restrictivas".

México, por intermedio del presidente de su Comisión Reguladora de Energía, Héctor Olea, expuso en el foro los avances para que empresarios privados desarrollen los subsectores del gas y electricidad, pero sin aludir al monopolio petrolero estatal.

Como en otros foros de su tipo, en el de Caracas apareció el contraste entre las posiciones a favor de la privatización, la apertura y las facilidades al comercio (Estados Unidos), con las que defienden los sectores reservados al Estado (México).

Por eso, Richardson combinó en Caracas el enunciado general de su credo aperturista con llamados a Venezuela para que mantenga la "buena senda" de la apertura a las transnacionales y resista la tentación de dejarse guiar por "ideas atrasadas".

Richardson elogió los pasos cumplidos por Venezuela para el retorno al país de capitales internacionales, el último de los cuales, recordó, fue abrir a las empresas privadas el comercio al detalle de la gasolina y otros derivados.

"Abrir el sector petrolero a la inversión privada fue histórico", dijo Richardson. En el conjunto del hemisferio, recordó, 40.000 millones de dólares de inversiones nuevas en los últimos cinco años están asociadas a los procesos de apertura.

Venezuela, que es el segundo abastecedor petrolero de Estados Unidos, tras Arabia Saudita, pero por delante de Canadá y México, "va a aumentar sus ingresos para atender sus demandas sociales" si sostiene su apertura, dijo el funcionario responsable estadounidense.

"La continuidad es fundamental", subrayó Richardson, pues sin ella se podría además detener el proceso de integración. "Otros países que se han aferrado a viejos pensamientos e ideologías confrontan problemas", advirtió.

El señalamiento de Richardson llega cuando Venezuela se encuentra en la recta final de su campaña para las elecciones regionales y parlamentarias del 8 de noviembre y las presidenciales del 6 de diciembre.

Desde hace siete meses, el favorito de las encuestas para ganar la carrera presidencial es el ex comandante de paracaidistas Hugo Chávez, que encabezó una cruenta asonada en 1992 y promete un giro "nacionalista" en la política petrolera.

Chávez dijo este lunes que desacelerará el plan de inversión de la estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) de unos 70.000 millones de dólares para elevar en la próxima década el potencial de producción a 6,5 millones de barriles diarios, en vez de los 3,8 actuales.

Richardson dijo que sostener la apertura petrolera constituye "un signo de confianza, del mismo tipo de la que permite que los venezolanos posean y operen Citgo, la mayor cadena de estaciones de servicio en Estados Unidos".

Citgo, complejo de refinerías que distribuye gasolina mediante franquicias a unas 15.000 estaciones de servicio y tiene un valor en libros cercano a 3.000 millones de dólares, es propiedad de PDVSA, que también tiene empresas en Alemania, Suecia y el Caribe.

Pero en lo que pareció un contrapunto a distancia, Chávez señaló que Citgo prácticamente no deja ganancias, más allá de que garantice la colocación de 800.000 barriles diarios de crudo venezolano, y plantea la revisión del negocio.

Chávez ha dado a entender que se propone absorber recursos destinados a la expansión petrolera para invertirlos en otras áreas e incluso para atender "la deuda social" con la mayoría de los venezolanos, que viven en pobreza.

Richardson insistió en que "sólo mercados libres y abiertos pueden suministrar a los consumidores la energía que necesitan y a los productores recursos para desarrollar su potencial".

Sin embargo, agregó que, en el flanco político, debe leerse como un "claro respaldo de la administración del presidente (Bill) Clinton a la democracia en Venezuela, y a las autoridades que el pueblo venezolano elija" en los venideros comicios.

"Apoyaremos al nuevo gobierno. Y esperamos que continúe la política petrolera que hasta ahora se ha llevado", agregó Richardson. (FIN/IPS/jz/ff/if/98

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