La mayoría de los dirigentes políticos de Perú respaldaron el fallo internacional que puso fin al conflicto limítrofe con Ecuador, causa de tres guerras desde 1941, la última en 1995.
La solución que determinaron Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos que reconoce la soberanía peruana sobre el territorio en disputa, pero otorga al gobierno de Ecuador la propiedad de un kilómetro cuadrado en Tiwinza, escenario principal de la guerra de 1995.
El dictamen, que tiene carácter vinculante (obligatorio), se basa en los límites establecidos entre Perú y Ecuador por un tratado de 1942, el Protocolo de Río de Janeiro, firmado por también por Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos en calidad de garantes.
El fallo se basa también en un arbitraje emitido en 1945 por el geógrafo brasileño Dias de Aguiar, impugnado desde 1950 por los sucesivos gobiernos ecuatorianos.
Pero establece algunas condiciones nuevas, con el propósito de restañar las heridas emocionales producidas en ambos países por la guerra de 1995, conflicto detenido por la acción diplomática de los garantes, que consiguieron sentar en la mesa de negociaciones a los gobiernos beligerantes.
Perú deberá garantizar el acceso libre y sin armas de los ecuatorianos a Tiwinza, zona que adquirió valor emblemático para el gobierno y las Fuerzas Armadas de Ecuador.
El presidente ecuatoriano, Jamil Mahuad, había instado a los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos a tomar en cuenta los aspectos históricos y emocionales del tema.
El selvático escenario ubicado en el flanco sur de la cordillera del Condor, donde aún falta demarcar 54 kilómetros de una frontera de más de 1.500 kilómetros de extensión, deberá ser convertido en un santuario ecológico y un monumento a la paz.
Según el fallo, Ecuador y Perú deberán constituir en esa zona sus respectivas zonas ecológicas, colindantes y coincidentes, en las que no se podrán acantonar tropas ni efectuar construcciones militares.
El acuerdo pondrá fin a la "paz armada" de 57 años surgida del conflicto bélico de 1941, interrumpida por las guerras de 1981 y 1995 y por numerosos enfrentamientos de patrullas militares en la selvática cordillera del Condor.
El dictamen de los gobiernos de Argentina, Brasil, Chile y Estados Unidos fue conocido simultaneamente en Lima y en Quito y fue objeto de generalizadas expresiones de entusiasmo, pero también algunos reparos.
"No se trata de una cesión de territorio sino la transferencia de un terreno. Espero que la demagogia de los opositores apasionados no digan ahora de que se está entregando un enclave", comentó el ex canciller Javier Valle Riestra, quien se considera opositor pero apoyó de antemano el arbitraje.
Emitieron expresiones de similar respaldo el parlamentario opositor Harold Forsyth y el independiente Rafel Rey, así como el analista Pablo Secada, de Santander Investment, quien ponderó las posibilidades de comercio y proyectos conjuntos de desarrollo que se abren para ambos países.
Pero no todas las reacciones fueron positivas, según las inmediatas encuestas efectuadas por las radioemisoras. Algunos pocos transeúntes se pronunciaron en contra de ceder "ni un milímetro al país que nos invadió varias veces".
"Los garantes no tenían derecho alguno a obligarnos a donar ni un metro de nuestro territorio, y menos para que el país que nos invadió construya allí un monumento que conmemorará su agresión", dijo el socialdemócrata ex canciller Luis González Posada, del opositor Partido Aprista.
"En Tiwinza no solo murieron soldados ecuatorianos, sino también soldados peruanos, y no veo por qué se les va a dar un premio", agregó González Posada.
"Dios sea loado por la paz, pero la solución no me deja muy contento, pues podríamos estar sembrando la mecha de problemas futuros sobre el manejo de esa propiedad enclavada en nuestro territorio", comentó el historiador y ex diplomático Félix Denegri Luna.
El experto recordó que la posesión del gobierno peruano de un terreno en Arica, puerto que integra el territorio de Perú anexado por Chile como consecuencia de la guerra de 1879, "provoca molestias" a los dos gobiernos.
El presidente Alberto Fujimori comentó el dictamen de los garantes, comunicó la aceptación de su gobierno y anticipó que asistirá este lunes a Brasilia a la firma del Tratado de Paz y Amistad emanado del fallo.
"No se trata de una cesión de territorio, porque seguirá bajo la soberanía de Perú, sino de la transferencia de la propiedad privada de un terreno, que se concretará cuando se haya colocado el último hito que falta en el tramo de la frontera que aún no ha sido demarcada", dijo Fujimori.
El mandatario añadió que los dos gobiernos se comprometen a instalar en los escenarios de la guerra de 1995 una zona ecológica y desmilitarizada, mediante dos parques colindantes y coincidentes a ambos lados de la frontera y bajo sus respectivas soberanías.
"Ecuador y Perú ingresarán al siglo 21 sin el problemón de un conflicto fronterizo que distraía los recursos financieros y energías políticas de ambos países y que entorpecía sus posibilidades de desarrollo", dijo Fujimori.
El presidente peruano anunció que la firma del Tratado de Paz surgido del fallo de los garantes se suscribirá este lunes en Brasilia.
El canciller Fernando de Trazegnies precisó que luego de la firma del tratado en Brasilia se iniciará el trabajo conjunto para colocar los hitos que faltan en la cordillera del Condor, proceso que, en su opinión, demorará algunas semanas.
De Trazegnies comentó que el acuerdo reactivará los tratados gestados por los garantes para garantizar el derecho de navegación de Ecuador por el río Amazonas, aspiración geopolítica de Quito para tener una salida por esa vía al océano Atlántico.
También se pondrá en vigencia el Tratado de Cooperación fronteriza, que será financiado con un aporte de 200 millones de dólares de varios países industrializados. (FIN/IPS/al/mj/ip/98
