ALEMANIA: Identifican al abominable hombre de las nieves

Los chistes sobre el abominable hombre de las nieves abundaron en la Feria del Libro de esta ciudad después que el montañista Reinhold Messner presentó "Yeti", un libro donde revela sus descubrimientos sobre este mitológico ser.

Uno de ellos hablaba de un yeti que se encuentra con otro en la punta del Everest. "Oye, acabo de ver a Reinhold Messner", dice uno, ante lo cual el otro responde: "¡Así que de verdad existe!".

Messner sonríe cuando escucha estos chistes, y recuerda que él es un montañista serio y también un naturalista, interesado en separar las leyendas de los hechos reales.

El proceso de elaboración del libro lo realizó en secreto y su contenido fue presentado por primera vez en septiembre ante la prestigiosa Sociedad Alpina. Messner dijo que la bestia conocida como yeti debía ser objeto de estudios científicos y de protección.

Messner escaló hasta la punta del Everest sin llevar oxígeno en 1978, e hizo lo mismo con otras cumbres de más de 8.000 metros de altura. Pero fue recién en 1986, durante una caminata por el este del Tíbet, cuando descubrió a una criatura "indefinible, grande, hedionda y exótica" que caminaba en dos patas.

"¡Qué hedor!, era como de ajo congelado mezclado con manteca rancia y excrementos de yak. Su cabeza era tan grande como la de un yak, pero sin los cuernos", escribió Messner. Sin embargo es una criatura muy tímida. "Me quedé quieto y se fue…".

El gobierno chino ofreció en 1995 una recompensa de 45.000 dólares para quien entregara un yeti vivo, 4.500 por uno muerto y 3.250 dólares por fotos o videos.

Messner no está interesado en ningún premio, pues considera que su yeti no tiene nada que ver con el mito, pero sin duda espera lograr buenas ganancias con su libro, presentado en la Feria celebrada en Frankfurt este mes. La obra ya fue editada en alemán y aparecerá en inglés el próximo año.

El famoso montañista aseguró que el yeti, conocido también como abominable hombre de las nieves, no es una especie de inmenso humanoide peludo. Y añadió que no es tan escaso como se cree, pues habría de 1.000 a 2.000 en Tibet.

En Nepal quedan sólo unos pocos yetis, quizás tres, y es posible que haya otros en Mongolia, en la región montañosa de Pakistán y en Bhután, generalmente a una altura de 5.000 metros, agregó Messner.

En realidad, el yeti es una especie de inmenso oso tibetano que puede medir 3,5 metros y tiene pisadas similares a las humanas. En Tibet se los conoce como chemo.

"El yeti es un oso pardo, no hay ninguna duda al respecto", afirmó Messner.

El yeti puede trepar montañas a 6.000 metros de altura sin ningún problema y soporta temperaturas de hasta 40 grados bajo cero. Sus pisadas indican que pueden pesar 300 kilos, y los restos de sus comidas indican que pueden romper el cuello de un yak de 500 kilos.

Lleva sus crías en la espalda y todo parece indicar que "tiene una dieta similar a la nuestra", compuesta por carnes, fresas silvestres, vegetales y raíces. "Siguen a los humanos para robarles la comida, porque les resulta fácil".

Messner realizó una larga y sufrida investigación de 12 años en los Himalayas, y afirmó que tuvo cinco encuentros con estos "abominables hombres de las nieves'.

China ha enviado equipos científicos dotados de los más modernos sistemas de rastreo y análisis biológico con el fin de precisar la existencia del yeti, pero nunca obtuvo resultados.

Messner asegura que él tuvo la suerte de ver al yeti simplemente porque estuvo "en los Himalayas durante mucho más tiempo que los demás"

Los tibetanos se mostraron interesados por la historia de Messner, quien habló de su hallazgo con el Dalaí Lama. "El zoológico de Lhasa tenía chemos en el pasado", dijo el Lama a una revista alemana.

"¿Está seguro que el yeti y el chemo son lo mismo?", preguntó el Dalaí Lama al montañista, ante lo cual Messner respondió que sin ninguna duda es así, aunque no pudo explicar por qué los tibetanos no se ponen de acuerdo sobre el tema.

"Imaginen la escena: visto de cerca es un simple oso, pero desde la distancia, en la noche, o con dificultades de visión, uno pensaría que es el yeti".

Sin embargo, es poco probable que sus descubrimientos terminen con el mito. "Aún sabemos muy poco sobre esta especie de oso de Asia Central, pero es indudable que las características del yeti coinciden con las del chemo tibetano".

Messner admitió que criaturas similares al yeti podrían vivir en otros lugares del mundo. Entretanto, hay muchos que al verlo con el pelo largo, la barba y corpulento, opinan que él mismo tiene la apariencia de un yeti a pequeña escala.

Pero el montañista borra de un plumazo las bromas relacionadas con su descubrimiento: "No hay nada que pueda hacer si la gente esperaba un King Kong y yo no lo encontré". (FIN/IPS/tra-en/ys/mk/lc-ml/cr/98

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