La Comunidad Andina (CA) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) no lograron avances sustanciales en materia de preferencias arancelarias luego de tres días de reuniones en Montevideo, lo que pone en duda que la negociación finalice el día 30.
Un acuerdo marco firmado en abril en Buenos Aires estableció como límite esa fecha, luego de la cual se deberá procurar un acuerdo para conformar de modo gradual una zona de libre comercio en el 2000.
Una eventual zona de libre comercio entre las nueve naciones, que reúnen casi 304 millones de habitantes, concentraría un producto interno bruto de alrededor de 1.300 billones de dólares.
Si antes de fines de septiembre no se logra un acuerdo en materia de preferencias, cada país de ambos bloques deberá extender a los restantes los acuerdos bilaterales inscriptos en la Asociación Latinoamericana de Integración (ALADI).
Este último aspecto, así como una posible prórroga, será analizado por el Grupo Mercado Común del Mercosur (integrado por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay) en una reunión que se citó el viernes, al terminos de las reuniones, para los días 14 y 15 en Porto Alegre, Brasil.
En la CA (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela) no se vislumbra la posibilidad de un pedido de prórroga. Pese a que no se puede hablar de acuerdo, "estamos en el camino previsto", dijo a IPS Gerardo Arellano, asesor del Ministro de Economía de Venezuela.
Esta etapa de negociación tiene como base listas de preferencias de ambos bloques que representan 2.400 productos en el caso de la CA y 1.000 en el Mercosur.
Los andinos consideran que "por primera vez" en varios años los nueve países están en una etapa "concreta", luego de varios años de frustraciones a diversas escalas.
El primer intento pasó por una zona de libre comercio muy ambiciosa que, entre otras cosas, incluyera servicios, propiedad intelectual, inversiones y compras gubernamentales.
Luego se pasó a una zona de libre comercio reducida en exclusiva a bienes, pero también se registraron dificultades en los aspectos normativos, por lo cual, finalmente, se decidió concentrar la negociación en el llamado patrimonio histórico.
Ese "patrimonio histórico" se refiere a los acuerdos bilaterales de alcance parcial que comprende a unos 1.000 productos firmados en el marco de la Aladi.
Desde abril, "ésta es la primera vez que confrontamos producto por producto y formulamos argumentos. No es sencillo, porque cada parte tiene sensibilidades de máximos y mínimos niveles de propuestas y contrapropuestas", dijo Arellano.
Por esa razón, dado lo complejo de la situación, no puede aún hablarse concretamente de trabas en productos concretos, dijo el funcionario venezolano.
En la CA existe la percepción de que la solución es compleja porque el Mercosur ha ido extendiendo progresivamente sus solicitudes iniciales a través del esquema de las reciprocidades.
"Entendemos que son sus aspiraciones máximas y que ahora deberá ir limitándolas, como también lo hace la CA", cuya evolución se verá en la reunión convocada para el día 25, en Lima, para reanudar las tratativas, dijo Arellano.
El funcionario dijo que la CA pretende conservar varias individualidades, contra la posición del Mercosur que aspira a que no haya ninguna y mientras los andinos quieren que no existan reciprocidades en su patrimonio histórico, de casi 10 años, los países del sur pretenden lo contrario.
El Mercosur, con la base de una negociación bloque a bloque, reclama que todos los países tengan el mismo nivel y tratamiento, a diferencia de los acuerdos bilaterales actuales, que otorgan ventajas a las naciones de menor desarrollo en función de las pautas de la Aladi.
Los andinos rechazan el concepto de un tratamiento recíproco igualitario, contrario al que surge del patrimonio histórico.
"No existen posiciones definitivas porque estamos en un ejercicio de negociación que deberíamos haber comenzado hace mucho tiempo. Por fin estamos negociando", dijo a IPS el embajador Renato Márquez, que encabeza el grupo negociacidor del Mercosur.
Brasil ejerce la presidencia rotativa del Mercosur en este semestre.
Márquez destacó como hecho trascendente que en Montevideo se terminó la "discusión vacía" que se extendió durante casi tres años y ahora el debate "aterrizó" con "un sentido claro y concreto".
Sin embargo, aclaró que de la reunión "de ninguna manera" puede inferirse la proximidad de un acuerdo, porque por el momento "solo hay posiciones encima de la mesa".
A juicio de Márquez, el Mercosur realizó en Montevideo una "mejora sensible y extensible de su oferta" para los productos de la lista prioritaria.
Márquez señaló que para el Mercosur "no existió el mismo movimiento por parte de la CA, ya que no se registró una mejora sensible", aunque "todo es posible de solucionar".
Con respecto a las diferencias entre los bloques dijo que el patrimonio histórico "es delicado y sensible para multilateralizar y nunca ha generado comercio", añadió.
El embajador se negó a hablar de diferencias en productos concretos, porque la negociación tiene "altibajos" y se mostró optimista en que se alcance el acuerdo antes de fin de mes. (FIN/IPS/rr/mj/if/98