Las bolsas de América Latina subieron algunos puntos al cierre de esta semana, con una recuperación pero sin ilusiones, pues se trata de una tregua mientras cada país trata de cerrar las brechas de sus economías.
La Bolsa de Sao Paulo, que dicta la tendencia en América Latina y a veces con reflejos incluso en Nueva York, cerró el viernes con un alza de 4,3 por ciento, pero con un total negociado de 380 millones de dólares, un cuarto menos que el normal.
La Bolsa de Rio de Janeiro acompañó, con una suba de 2,94 por ciento.
La tendencia latinoamericana del viernes fue discordante con la del Norte industrial, que presentó fuertes caídas en Europa y estabilidad en Nueva York.
El resultado contrarió también el desempeño del miércoles y jueves, cuando la Bolsa de Sao Paulo cayó respectivamente 2,11 y 4,84 por ciento, después de una eufórica recuperación que acumuló 45 por ciento en los tres días anteriores.
La declaración del presidente de la Reserva Federal estadounidense, Alan Greenspan, negando un movimiento para bajar las tasas de interés en los países ricos, determinó la inversión de expectativas desde la tarde del miércoles, derrumbando las bolsas en todo el mundo.
El viernes se atribuyó la recuperación en Brasil al anuncio del Banco Interamericano de Desarrollo de la próxima liberación de 1.100 millones de dólares al país. Rumores sobre negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y declaraciones de apoyo de gobernantes extranjeros dieron su contribución.
Eso neutralizó el efecto negativo de la decisión del Congreso de Estados Unidos, que solo aprobó un aporte de 3.400 millones de dólares al FMI, en lugar de los 18.000 millones solicitados por el presidente Bill Clinton.
También contribuyeron para la relativa tranquilidad en las bolsas de Sao Paulo y Rio, y su reflejo en América Latina, las tres privatizaciones que logró concretar el gobierno brasileño esta semana, dos con compradores extranjeros que aportarán divisas a las reservas cambiarias del país, en baja desde agosto.
La belga Tractebel adquirió la firma Centrales Eléctricas del Sur por 801 millones de dólares y asumió una deuda de 1.200 millones de dólares y Electricidad de Portugal es parte del consorcio que compró la distribuidora de energía Bandeirante, de Sao Paulo, por 860 millones de dólares.
Los gobiernos y otros actores económicos y políticos de países latinoamericanos bajo amenaza tratan de aprovechar la tregua para definir medidas de emergencia que reduzcan la vulnerabilidad.
Chile elevó la tasa interbancaria de intereses de 8,5 a 14 por ciento y amplió la banda cambiaria de cinco a siete por ciento. Además, se preocupa en reducir su déficit comercial, un problema que preocupa fuertemente a Argentina, con 6.100 millones de dólares acumulados en doce meses hasta julio.
La tentación de adoptar trabas proteccionistas acecha muchos países de la región. Gremios empresariales presionan el gobierno de Colombia y Ecuador por medidas que contengan la invasión de productos asiáticos, según los diarios El Tiempo, de Bogotá, y Hoy, de Quito.
El secretario de Desarrollo de Colombia, Fernando Araujo, declaró que el explosivo aumento de las importaciones de vehículos coreanos, por ejemplo, exige "acciones inmediatas".
Ecuador devaluó su moneda, pero los exportadores nacionales siguen reclamando la fijación de precios mínimos para importación de bienes de capital y exención arancelaria para materias primas, insumos y equipos para dar mas competitividad a la industria nacional.
En Chile se habla de restricciones para neutralizar el "dumping cambiario" practicado por países asiáticos que devaluaron fuertemente sus monedas.
En Brasil, el ministro de Comunicaciones, Luiz Carlos Mendonça de Barros, reveló sus discrepancias de la política oficial, al proponer un cambio en el modelo económico basado en gran oferta de capitales en el exterior, que ya es pasado.
Para hacer frente a la nueva escasez de recursos, contener las importaciones sería una medida necesaria, según el ministro.
La Cámara de Comercio Exterior, compuesto de varios ministerios, decidió el jueves sólo endurecer las acciones contra el dumping y aplicar normas de calidad en las importaciones, descartando medidas que puedan crear problemas en la Organización Mundial de Comercio.
En la próxima semana, Argentina y Brasil discutirán la adopción de iniciativas comunes en el combate contra el comercio desleal.
En otro frente, el del déficit público, considerado el mayor problema brasileño, el presidente Fernando Henrique Cardoso definió la aprobación de reformas por el Congreso como la prioridad tras las elecciones del 4 de octubre, cuando se prevé su reelección en elecciones generales.
Concluir la aprobación de la enmienda constitucional que modifica el sistema de previsión social, mayor fuente del déficit, y una reforma tributaria de emergencia son las metas para este año, aprobadas en reunión entre Cardoso y los presidentes del Senado y la Cámara de Diputados. (FIN/IPS/mo/mj/if/98
