La cosecha de granos de Argentina, uno de los principales productores del mundo, caerá por primera vez en siete años como consecuencia de la baja de precios que ocasionó la crisis financiera internacional, pronosticó una consultora privada.
Esos factores provocarán una caída de 12 por ciento en la cosecha de 1999 respecto de la de 1998, así como un recorte de 17 por ciento de los ingresos del país, según la firma Agri-Pac en su primera proyección de la cosecha para el año próximo.
La información oficial relativa a los próximos rendimientos se conocerá solo en enero de 1999, pero la Agri-Pac ya prevé que Argentina perderá 1.400 millones de dólares por ventas no concretadas de cereales.
Argentina es miembro del Grupo de Cairns, integrado por países que no subsidian su producción agrícola ni las exportaciones derivadas del sector. Sesenta por ciento de las exportaciones de este país proceden del campo y una retracción en la demanda o una caída de precios pueden alterar la marcha de la economía.
El gobierno ya había estimado a principios de mes las pérdidas de los productores por caída de precios en el primer semestre de este año en 1.000 millones de dólares.
Asia, que absorbe 60 por ciento de la producción mundial de maíz, restringió las compras desde que comenzó la ola de devaluaciones.
Argentina envía 10 por ciento de las 40 millones de toneladas de maíz que consume Asia. Del mismo modo, los productores argentinos de harina de soja están preocupados por la retracción de las compras de esa región, donde se utiliza ese producto para alimentar ganado.
En los últimos años, la inversión, los precios, el uso de fertilizantes y nuevas tecnologías, la concentración del suelo y la producción a escala fueron los factores que incidieron en un aumento sostenido de las cosechas de Argentina, que cada año superaron en volumen las del año anterior.
En 1998, Argentina tuvo una cosecha sin precedentes, de 65,8 millones de toneladas. Pero la próxima apenas superará los 58 millones, según anticipo Agri-Pac, debido a la baja de precios que se produjo este año como consecuencia de la caída de la demanda de Asia y Rusia, gran comprador de aceites refinados.
El analista agropecuario Daniel Miro vaticinó que, en efecto, en 1999 se producirá menos que este año, pero advirtió que esa disminución provocará una mejora de los precios debido a que el problema del mercado no surge de un exceso de oferta, sino de una retracción de la demanda en Asia.
Desde que se desató la crisis en 1997, la cotización del trigo cayó 30 por ciento, la soja 38 por ciento y el maíz 22 por ciento. Por el momento, los grandes productores soportaron la caída, pero para 1999 se prevé ya una cosecha menor.
La Cámara de Exportadores de Argentina anticipó a su vez que las exportaciones crecerán este año solo cinco por ciento, y no 16 por ciento como había previsto el gobierno. Esa declinación, que surge principalmente de la merma en la salida de productos primarios, es fruto de la crisis financiera del mercado mundial.
Del total producido en la próxima cosecha, 37 millones de toneladas se colocarán en el exterior y generarán divisas por 6.758 millones de dólares, una cifra menor a los 8.144 millones que ingresarán este año, según Agri-Pac.
Los expertos de la consultora ya advierten que habrá una superficie sembrada que será tres por ciento menor a la de este año (poco más de 24 millones de hectáreas), un hecho que, junto con un clima que se prevé más seco, disminuirá el rendimiento.
Así, la cosecha de trigo se ubicará en alrededor de 10 millones de toneladas, el maíz en 14 millones (23 por ciento menos que este año) y la soja caerá tres por ciento respecto de este año, al aportar un poco más de 17 millones de toneladas a la cosecha total.
La única producción que crecerá respecto de este año es el girasol, que pasará de cinco a siete millones de toneladas. Los productores agotaron las existencias de semillas al advertir que el precio de esta oleaginosa se presenta más atractivo que el de la soja. (FIN/IPS/mv/mj/if dv/98
