La policía de México exhibió hoy como un símbolo de los nuevos tiempos y el fin de la corrupción entre sus agentes la detención de un secuestrador célebre por sus vínculos con autoridades y la costumbre de cortar las orejas a sus víctimas.
El procurador general, Jorge Madrazo, informó que, gracias a la acción conjunta de la policía de varios estados del país y a la depuración de las agencias de investigación criminal, se logró capturar este martes al secuestrador Daniel Arizmendi junto a 16 de sus colaboradores.
Arizmendi, que amasó una inmensa fortuna en los últimos cinco años, trabajó hace una década como policía judicial. Investigadores privados señalaron que se trata de un tipo de criminal que tiene cada vez más presencia en México.
El caso Arizmendi llegó a tener tal relevancia que al descubrirse que era apoyado por autoridades del estado de Morelos, vecino a la capital, el gobernador de ese distrito, Jorge Carrillo, debió dimitir.
Según las investigaciones de la policía y el relato de la víctimas, Arizmendi acostumbraba a cortar las orejas de los secuestrados para amenazar a los familiares y exigir rescate. Cuando no lograba su objetivo, asisinaba al cautivo.
Indignado por la brutalidad del delincuente, que se proclamaba devoto de la Virgen de Guadalupe, patrona de México, Luis Reynoso, obispo de la ciudad de Cuernavaca, capital del estado de Morelos, excomulgó a Arizmendi y a sus cómplices.
La busqueda del secuestrador se intensificó en mayo, luego de que la policía detuviera a varios de sus colaboradores, entre ellos su esposa y un hijo y varios agentes de la Procuraduría de Morelos.
La última acción de Arizmendi reportada por la policía fue el secuestro en este mes de un empresario por el que se pidieron 15 millones de dólares. La víctima fue asesinada y nunca se pagó el rescate.
El procurador Madrazo prometió que no descansará hasta limpiar de "malos elementos" a la policía y acabar con el secuestro, un delito en aumento.
México es, después de Colombia, líder mundial en secuestros, según Kroll Associates, una de las firmas de consultoría de seguridad más importantes de Estados Unidos.
En el primer trimestre de este año hubo 450 denuncias de secuestro, indicaron las autoridades. No sólo se trató de empresarios adinerados, sino también de profesionales, estudiantes o trabajadores de clase media o baja.
Estudios de la Procuraduría señalan que entre 1989 y 1996 se registraron en el país más de 2.200 secuestros y las cantidades exigidas como rescate sumaron 120 millones de dólares. (FIN/IPS/dc/ff/ip/98
