El Congreso de Ecuador comienza su tarea legislativa este martes tras la elección como su presidente del demócratacristiano Juan José Pons, quien intentará obtener apoyo para el gobierno que encabezará su correligionario Jamil Mahuad.
El legislativo unicameral eligió a Pons el fin de semana, de acuerdo con disposiciones de la Constitución reformada que entrará en vigor el 10 de agosto, junto con la asunción del presidente electo Mahuad.
Según la nueva Constitución, el Congreso ecuatoriano es presidido por un legislador del partido más votado, en este caso la Democracia Cristiana de Mahuad, con 33 diputados.
Pero la elección no satisfizo a todos. La socialdemócrata Izquierda Democrática acusó a la alianza de demócratacristianos y socialcristianos de "violar la constitución" y los procedimientos parlamentarios.
El diputado socialdemócrata y general Paco Moncayo se quejó de la exclusión de su partido y otros como el Roldosista Ecuatoriano de la llamada "comisión de mesa", que define las políticas administrativas del parlamento y sus contratos.
Moncayo dijo que la Democracia Cristiana y el Partido Socialcristiano actuaron como "aplanadora" para imponer con sus votos las designaciones de autoridades del Congreso, y lamentó que la elección del presidente se haya hecho de acuerdo con reformas aprobadas a último minuto y "con dedicatoria".
Pons anunció que sus tres prioridades serán la adecuación de más de 100 leyes a la nueva Constitución, la modernización del estado y el entendimiento con el poder ejecutivo para viabilizar esa modernización.
Pons, ministro de Industria y Comercio del gobierno de Osvaldo Hurtado (1981-1984), mencionó entre esas reformas la del Código de Comercio, que en Ecuador se remonta a principios de siglo.
El Congreso tendrá que dar soporte a las reformas del Estado estructurales que proyecta Mahuad para reducir y dar eficiencia al sector público, dejando en manos privadas sectores como las telecomunicaciones, la energía eléctrica y el petróleo, así como para encarar la reforma del sistema de pensiones.
La correlación de fuerzas en el Congreso hace prever que estos asuntos serán motivo de arduos debates y negociaciones, ya que ningún partido tiene la mayoría de votos, ni siquiera la alianza entre la democracia popular y el socialcristianismo.
Estas dos fuerzas no llegan a 70 votos, y se requieren 81 para aprobar las reformas estructurales que el gobierno aspira a implantar, sobre todo las que afectan la economía.
En la oposición se ubican Izquierda Democrática, liderada en el Congreso por el general Moncayo, con tesis opuestas al modelo ortodoxo de crecimiento económico, privatizaciones y ajustes, y el populista Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE).
El candidato presidencial del PRE, el millonario Alvaro Noboa, perdió las eleciones frente a Mahuad y declaró su oposición a cualquier medida de ajuste económico que tome el nuevo gobierno.
Entre las fuerzas de derecha, la oposición socialdemócrata y el populismo, se encuentra movimiento de centroizquierda Pachakutik, cuya dirigente Nina Pacari fue electa segunda vicepresidenta del Congreso con el apoyo de la alianza entre democristianos y socialcristianos.
Pacari, una indígena que lidera la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador, representa a más de dos millones de indios que reclaman mayor participación política, respeto a su cultura y respaldo para su desarrollo autónomo y sustentable.
Una de las primeras acciones del Congreso ecuatoriano será la aprobación de un Código de Etica que, entre otros aspectos, apunta a evitar que los diputados abandonen los partidos por los cuales fueron electos en procura de privilegios burocráticos o económicos.
El último Congreso ecuatoriano, que concluyó la semana pasada, perdió un tercio de sus legisladores, acusados de corrupción, por haber recibido dinero de redes allegadas al gobierno del depuesto ex presidente Abdalá Bucaram. (FIN/IPS/amr/mj/ip/98
