/BOLETIN-DD HH/ ONU: Asesinato de voluntarios amenaza futuro de misiones de paz

La muerte en el cumplimiento de sus tareas de voluntarios de asistencia humanitaria de la ONU suma este año una cantidad de casos sin precedentes y amenaza el futuro de las operaciones en zonas de conflicto.

Diecisiete funcionarios civiles de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) fueron asesinados en lo que va de 1998, el número más alto registrado en un periodo de siete meses. Entre el personal militar, las víctimas son ocho.

"Por primera vez la cantidad de civiles asesinados supera la de militares", dijo Fred Eckhard, portavoz de la ONU. "Sus muertes son totalmente inaceptables".

Eckhard señaló que el secretario general de la ONU, Kofi Annan, está indignado y reconsidera todas las operaciones humanitarias de la organización.

El portavoz dijo que espera que esos casos no afecten el reclutamiento de personal para operaciones de campo, y que la alta motivación de los voluntarios del trabajo humanitario siga imponiénose sobre los riesgos de la tarea. "Aunque sólo estoy especulando", puntualizó.

Desde 1992 fueron muertos 140 funcionarios civiles de la ONU y 143 tomados de rehenes en operaciones en el mundo. Entre 1996 y 1997, la Cruz Roja perdió 23 voluntarios sólo en en la región de los Grandes Lagos de Africa, que comprende a Burundi, Ruanda, Uganda, Tanzania y la República Democrática del Congo (ex Zaire).

Renato Ricciardi, un italiano que trabajaba para el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de la ONU fue asesinado a balazos la semana pasada frente a su casa en Bujumbura, Burundi.

La directora ejecutiva del PMA, Catherine Bertini, describió a la víctima como un profesional sobresaliente que había trabajado para la ONU durante 27 años.

Ricciardi fue el sexto funcionarios del PMA muerto este año, y el tercero en este mes. Hace dos semanas, un representante de esa agencia fue muerto en Afganistán y otro en Uganda.

La ONU también lamentó la semana última el asesinato de cuatro miembros de su misión en Tajikistán: dos observadores militares, de Polonia y Uruguay, un funcionario de asuntos civiles japonés y un intérprete tajiko.

También hace una semana, dos voluntarios de ayuda humanitaria fueron ahorcados en Afganistán.

Annan condenó esos asesinatos y recordó que la responsabilidad de la seguridad de las misiones de la ONU recae en los países anfitriones y las partes en conflicto.

El presidente de la Asamblea General de la ONU, Hennadiy Udovenko, de Ucrania, advirtió que los ataques contra voluntarios de ayuda son casi habituales en estos días, y exhortó a la comunidad internacional a responder "a esos atroces crímenes".

Annan destacó la semana última, al presentar un informe sobre la asistencia humanitaria, que se hace cada vez más difícil para la ONU ofrecer seguridad efectiva a sus representantes en zonas en conflicto, debido a la escasez de fondos.

La contratación de personal de seguridad, indicó, se ha limitado a sólo 100 personas, para apoyar el despliegue de más de 30.000 voluntarios.

La presidenta del sindicato de empleados de la ONU, Rosemarie Waters, recomendó entrenar al personal de campo en cuestiones de seguridad.

"En este tema en particular, la prensa puede ser muy efectiva si continúa con la cobertura de situaciones donde el personal de la ONU está en peligro y destaca los riesgos de las misiones de paz en todo el mundo", expresó Waters.

También solicitó a los estados miembros la ratificación de la Convención sobre Seguridad de los Funcionarios y el Personal Asociado de la ONU. "Es preciso que 22 países se sumen a los 17 que ya han ratificado la convención", señaló.

La Alta Comisionada de la ONU para los Refugiados, Sadako Ogata, mamnifestó el martes al Consejo Económico y Social de la organización su honda preocupación por la suerte del representante de su división en el Cáucaso, Vincent Cochetel, que lleva ya seis meses secuestrado.

"Seguimos haciendo todos los esfuerzos en colaboración con las autoridades de Rusia para lograr su libertad", dijo. "Este no es un caso aislado", sino "parte de una alarmante tendencia registrada en los últimos años".

La seguridad del personal debe ser atendida con "determinación y energía", advirtió Ogata, y se mostró complacida porque la Conferencia sobre el Tribunal Penal Internacional, celebrada en Roma declaró crimen de guerra los actos violentos contra voluntarios de las organizaciones internacionales. (FIN/IPS/tra- en/td/di-ff/ip/98

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