Paramilitares de derecha a los que se atribuye 84 por ciento de las masacres de civiles en el último año en Colombia pidieron participar del diálogo de paz que representantes de la sociedad civil comenzarán hoy con el insurgente ELN.
Un portavoz de los llamados "grupos de autodefensa" explicó que esas organizaciones paramilitares se consideran "parte del conflicto armado" y solicitan entonces un lugar en la reunión que el ELN (Ejército de Liberación Nacional) y grupos sociales iniciarán este domingo en la ciudad alemana de Mainz.
Desde un lugar de las montañas, el portavoz dijo el miércoles al Canal 1 de televisión que los grupos de autodefensa están dispuestos a negociar la paz siempre y cuando los guerrilleros izquierdistas procedan a desarmarse.
El delegado de los paramilitares, que apareció en televisión con el rostro semicubierto, dijo que los grupos de autodefensa no pueden "dejar desprotegidas y a merced de la guerrilla" las zonas que ahora controlan.
Así mismo, comunicó la disposición de los paramilitares a negociar un acuerdo de paz con el presidente electo, Andrés Pastrana. A cambio, pidió el reconocimiento político de los grupos de autodefensa, que actúan fuera de la ley.
El ex canciller Augusto Ramírez, de la Comisión Nacional de Conciliación (CNC), que promueve la solución política del conflicto armado, señaló que la disposición de los paramilitares a negociar es un paso importante para la confirmación de las posibilidades de paz abiertas al acordarse la reunión de Mainz.
Pablo Beltrán, portavoz del ELN en Mainz, anunció que este domingo ofrecerá "un alto al fuego", a cambio de "una profunda investigación sobre los escuadrones de la muerte representados por los grupos paramilitares".
La reunión de Mainz, patrocinada por la Iglesia Católica alemana, tiene de objetivo la determinación de los asuntos que serían debatidos por la Convención Nacional propuesta por el ELN como ámbito del diálogo de paz.
Ramírez dijo a IPS que, aunque la actividad de los paramilitares aumentó de modo alarmante, la disposición de éstos a negociar la paz constituye "un cambio de actitud" que debe ser tenido en cuenta.
El no gubernamental Centro de Investigaciones y Cultura Popular (CINEP) responsabiliza a los paramilitares 84 por ciento de las 80 matanzas de civiles perpetradas este año en Colombia. Catorce por ciento de los casos habrían sido obra de la guerrilla y el resto, del ejército.
Un radioaficionado de Puerto Trujillo, en el suroriental departamento de Meta, aseguró el miércoles a la emisora Radionet que al menos 12 habitantes de esa localidad fueron asesinados, presuntamente por una banda paramilitar.
El departamento de Meta, de fuerte presencia guerrillera, ha sido escenario de enfrentamientos entre insurgentes y paramilitares que intentan controlar la zona.
La población civil es la más afectada por esa guerra, ya que sufre represalias de los dos bandos, que la acusan de favorecer al contrario.
El CINEP indicó que los grupos paramilitares justifican sus matanzas con el argumento de que les resulta "muy difícil" establecer "quién es guerrillero y quién no lo es". El asesinato de sospechosos es entonces "una notificación eficaz" a la población para que suspenda todo apoyo a la guerrilla.
Los analistas coinciden en que el accionar de los grupos paramilitares, que se ha extendido a casi todo el territorio nacional, aumenta la complejidad de la violencia colombiana.
Las masacres, entendidas como el asesinato de más de cuatro personas en un mismo lugar, causaron en los últimos cinco años la huida de más de un millón de personas (300.000 desde enero último) de las áreas de conflicto. Colombia tiene 35 millones de habitantes.
Jaime Zuluaga, de la estatal Universidad Nacional, atribuye el crecimiento del paramilitarismo a la crisis del Estado, a la impunidad de los crímenes que cometen y a la pasividad de las Fuerzas Armadas. (FIN/IPS/yf/ff/ip hd/98