/BOLETIN-CIUDADES DEL MERCOSUR/ BRASIL: Policías matan pero también se suicidan

El suicidio entre los policías militares alcanza niveles preocupantes en Brasil, sobre todo en Sao Paulo, donde una asistencia psicológica especial logró reducir el problema desde el año pasado.

La Policía Militar (PM) de Sao Paulo registró 74 suicidios entre sus efectivos desde 1995 a abril pasado, casi uno por cada mil miembros, que suman 82.000, índice siete veces mayor al promedio brasileño, de 3,9 casos anuales por cada 100.000 habitantes.

La mayor incidencia tuvo lugar en 1996, cuando se mataron 27 policías, llevando a sus jefes a adoptar medidas de prevención. En el año siguiente la cifra bajó a 17, pero amenaza crecer nuevamente este año, ya que en los cuatro primeros meses hubo ocho casos.

En Río Grande del Sur, estado del extremo sur brasileño, la Brigada Militar también se preocupa por el fenómeno, aunque su índice sea la mitad del paulista: 13 por cada 100.000.

En los 12 últimos años hubo 48 suicidios en un cuerpo de unos 26.000 miembros, según investigación para la universidad local realizada por el sociólogo Gilmar Correa, ex sargento de la misma Brigada. Casos no confirmados podrían elevar la cifra a 57.

Hay que tener en cuenta que Río Grande del Sur presenta el más alto índice general de suicidios en Brasil, alcanzando un promedio de ocho por cada 100.000.

De todas maneras, la incidencia de suicidios entre los policías supera en 60 por ciento el promedio del estado, generando debates sobre sus causas, entre las que se apunta como fundamentales a los bajos salarios, la presión laboral, el alcoholismo y la depresión.

Pero Correa señala también a la estructura militar, con jerarquía autoritaria, como otro factor que agrava el problema. En sus entrevistas, la casi totalidad de los soldados se quejaron de la "escasa atención" que reciben de la jefatura y de la rigidez de las normas disciplinarias.

En Sao Paulo, la PM, bajo orientacin opuesta a la vigente hasta 1994, trató de buscar soluciones tanto a la matanza de terceros por sus efectivos, como a los suicidios.

Hasta 1994 la PM paulista se destacó en el país por matar a gran cantidad de civiles en sus enfrentamientos -más de 1.500 al año-, alimentando sospechas de ejecución en la mayoría de los casos.

A partir de 1995, bajo el nuevo gobierno estadual, encabezado por el socialdemócrata Mario Covas, esas cifras se redujeron a pocos centenares.

La orden consistió en que se disparara el mínimo posible contra sospechosos, al contrario de lo ocurrido en Río de Janeiro, donde la jefatura concedió premios en dinero a los policías destacados por "valentía", en general medida por participacin en tiroteos con supuestos bandidos muertos.

Para contener los suicidios, se estimuló en Sao Paulo un mayor acercamiento de los oficiales a los rangos inferiores, incluso para conocer sus problemas, y se intensificó la asistencia psicológica.

Esos fueron los factores de la reducción de los sucidios, según Isaac Chazim, director del Departamento de Salud de la corporación. Además, se implantó un servicio psiquiátrico en los batallones para atender a los policías en su propio trabajo.

Entre los efectivos de la PM se comprobó un gran consumo de alcohol y drogas ilícitas, como cocaína. La depresión es también muy frecuente, una consecuencia natural del tipo de trabajo.

Además de combate al delito, los policías militares tienen un contacto muy directo con los problemas sociales de la población, indicó Chazim. En el año pasado, por ejemplo, llevaron 22.000 personas a los hospitales y atendieron a otros 25.000 casos de asistencia no policial.

Conflictos en la familia es otro factor importante. Muchos se suicidaron tras separaciones o crisis matrimoniales, mereciendo una atención de los jefes y psicólogos.

La presión del trabajo en áreas de extrema violencia es el trasfondo de todos estos problemas, incluyendo el alcoholismo y la drogadicción. Y se refleja en la alta mortalidad de los policías militares en el cumplimiento de su deber.

Los muertos en servicio vienen en aumento: 113 en 1995, 170 en 1996 y 182 en 1997. En los cuatro primeros meses de este año la cifra alcanzó 88, para un total de 264 al año si se mantiene el promedio mensual. (FIN/IPS/mo/ag/ip/98

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