El Comité Ejecutivo del Consejo Episcopal Latinoamericano (Celam) reunido en la capital de Honduras responsabilizó hoy a los políticos de la profundización de la pobreza y de la falta de ética y solidaridad en la región.
La dirección del Celam suscribió, tras una reunión a puertas cerradas convocada para debatir sobre "El desarrollo humano sostenible, una agenda para el tercer milenio", una "carta moral de intenciones".
El organismo de la Iglesia Católica exhortó en el documento a "rescatar" el ejercicio de la política para no "empobrecer" aun más los pueblos de la región.
Los asistentes a la reunión, en la que participaron representantes estatales y del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), concluyeron que los esfuerzos en la materia aún son insustanciales.
El arzobispo de El Salvador, Gregorio Rosa Chávez, fue uno de los más críticos, pues afirmó que si bien el Celam propone destacar la educación como elemento clave para el desarrollo humano, ésta "no debe ser vista como la forma de aprender a leer y escribir para trabajar en las maquilas".
Las maquilas son zonas de procesamiento de exportaciones donde las industrias instaladas gozan de exención de impuestos, un mecanismo que ha permitido el ingreso de inversiones a países en desarrollo.
"En nuestros pueblos abunda la maquila, que opera con gente a la que se le prohíbe pensar y se le paga lo menos posible. Proponemos una educación integral que prepare gente que piense, critique y cuestione la realidad actual para poder cambiarla", dijo el arzobispo salvadoreño.
En su carta de intenciones, el Celam sostiene que la educación debe ser impulsada para cambiar el rostro de América Latina, al tiempo que exhorta al rescate de los valores éticos, la moral y solidaridad, perdida por los esquemas globales y las malas prácticas políticas.
Los obispos del Celam indicaron que la política es para ellos el arte del bien común, en especial para los pobres. Es la forma más exquisita de calidad, pero en el caso latinoamericano estos objetivos se perdieron y la política ha caído en una "dolorosa" prostitución.
Las afirmaciones de los miembros del Celam, cuyo presidente es el arzobispo hondureño Oscar Andrés Rodríguez, despertaron muestras de simpatía en el ámbito político hondureño, que sufre en estos tiempos acusaciones de demagogia y corrupción.
Nora Melgar, del opositor Partido Nacional, dijo a IPS que el llamado del Celam "no va gustar a muchos políticos hondureños y latinoamericanos, pero es cierto". "Hemos hecho un mal uso de la política", sostuvo.
En Honduras "los partidos nos hemos olvidado de nuestras bases que son el pueblo, y estamos enfrascados en una lucha de intereses donde los sectores corruptos y oscurantistas están obstaculizando la democracia", agregó.
Melgar consideró que los obispos católicos habían realizado una "sana reflexión" de los obispos católicos, que "ojalá ayude a pensar en el futuro de la política".
El dirigente del gobernante Partido Liberal Jorge Reina dijo que la iglesia ha tocado "fibras muy sensibles, y si bien su planteamiento no pasa de ser una exhortación y análisis del ejercicio político en los pueblos latinoamericanos, no cabe duda de que hay mucha verdad en sus palabras".
El Celam estableció en su carta moral de intenciones que la justicia impartida de forma independiente será el arma más eficaz contra la impunidad y la corrupción.
Además, los obispos resaltaron que en materia económica los países deben diseñar programas donde el hombre sea el centro del desarrollo y un instrumento para alcanzarlo, en una revisión de las política de ajuste esctructural.
Pero la ministra hondureña de Finanzas, Gabriela Núñez, sostuvo que "no todo lo que piden los obispos se puede cumplir".
"Hay situaciones muy complejas que merecen respuestas inmediatas y no puede exigirse más allá de lo presupuestado en un país", sostuvo.
Núñez afirmó este viernes que comparte la mayoría de las posturas del Celam, pero "la cuestión económica no es fácil de manejar".
"Los ajustes existirán siempre y cuando lo exija el saneamiento de las finanzas, y ello no significa que vamos a descuidar la salud o la educación", aclaró.
El arzobispo Rodríguez dijo que la carta de intenciones que "busca llamar la atención de los gobiernos para hacer ver que el desarrollo es el nuevo nombre de la paz en América".
De cara al nuevo milenio, la iglesia católica busca tener un documento de propuestas serias que permitan a la región latinoamericana, "encontrar su destino, arrojar esperanzas de luz y hacer de sus habitantes seres dignos de un mejor nivel de vida". (FIN/IPS/tm/mj/dv cr ip/98
