El impulso que dio el ex primer ministro de Francia Edouard Balladur a la aprobación de leyes consideradas una legitimación del racismo chocó con un acontecimiento tan multiétnico como el campeonato mundial de fútbol.
Las organizaciones de derechos humanos de Francia lanzaron una campaña para oponerse a la propuesta de "preferencia nacional", cuyo objetivo es marginar a los inmigrantes del acceso a algunos tipos de empleos y servicios.
La propuesta es considerada por quienes la rechazan un intento de la derecha francesa por darle "justificación pública" a la discriminación racial.
"Legitiman la práctica del racismo, que ya es predominante aunque aún está encubierto", dijo el secretario general del Movimiento contra el Racismo y por la Amistad de los Pueblos (MRAP), Mouloud Aounit.
Balladur propuso la semana pasada, en un programa de televisión, la creación de una comisión para reflexionar sobre el concepto de "preferencia nacional".
Mientras el ex jefe de gobierno lanzaba la propuesta, 32 selecciones nacionales de todo el planeta y con las más variadas composiciones raciales jugaban los primeros partidos de la Copa del Mundo FIFA 98 en 10 ciudades de Francia.
El acontecimiento llenó las calles de esas ciudades de un torrente de visitantes del resto del planeta, e incluso fue escenario de algunas batallas callejeras de inusitada violencia en las que el común denominador fueron los insultos en base a la etnia y la nacionalidad.
El ex primer ministro dijo que la comisión cuya constitución propuso debería determinar "si reservar algunos servicios para los nacionales franceses y negarlos a los residentes extranjeros sería algo normal o anormal, favorable o contrario a los valores tradicionales de la nación".
El gobierno descartó que se pueda aplicar una medida de esta naturaleza. "Los extranjeros que están aquí legalmente tienen los mismos derechos de los ciudadanos franceses", sentenció el ministro del Interior, el socialista Jean Pierre Chevenement.
"Ellos pagan sus impuestos y contribuyen con los fondos de seguridad social", recordó.
Aounit dijo que, dada la investidura de Balladur, la sugerencia de legalizar el racismo a través de una "preferencia nacional" es "humillante e injuriosa" y "un atentado contra los valores de la República Francesa".
La propuesta es parte de una nueva estrategia de los divididos conservadores franceses, que de esa forma intentan atraer al gran número de votantes blancos que apoyan al partido de extrema derecha racista Frente Nacional (FN), que lidera Jean Marie Le Pen.
El FN obtuvo en las elecciones locales de 1995 muy buenos resultados, pues tomó el control de los concejos de cuatro ciudades importantes del sur de Francia. Luego logró 15 por ciento de los votos en los comicios regionales, lo cual le permitió asumir control de cuatro legislaturas.
El partido reaccionó encantado con la propuesta de Balladur, a la que calificó de "avance importante". El FN ya inició la campaña para introducir la "preferencia nacional" en las zonas bajo su control, lo cual le valió algunas escaramuzas judiciales.
La corte administrativa de Marsella anuló en abril la entrega de un bono en dinero a parejas francesas o europeas blancas que tuvieran un hijo. La medida se consideró discriminatoria para los no europeos, y el tribunal advirtió que los beneficios del estado deben ser iguales para todos.
El MRAP consideró que la decisión de la corte convierte en ilegal el programa de preferencias que impulsa el FN. Tanto Balladur como el FN citan encuestas según las cuales la tercera parte del electorado está a favor de un trato discriminatorio.
Balladur, un político conservador que se desempeñó como primer ministro entre 1993 y 1995 y que compitió por la presidencia en 1995, dijo que la comisión para estudiar la "preferencia nacional" debe ser integrada por "hombres y mujeres de todos los sectores", incluyendo al FN.
La restricción laboral y de servicios probablemente no afectará a los miles de franceses hijos de inmigrantes, aunque el racismo ya influye en sus vidas.
Varias empresas a las que un maestro solía pedir empleo para sus estudiantes le pidieron que no enviara a ninguno de origen árabe o con nombre árabe. El docente se negó a dar los nombres de esas compañías, y el MRPA lo demandó por "complicidad en la discriminación frente al empleo".
Este tipo de discriminación es endémica en Francia. La Comisión Nacional Asesora para los Derechos Humanos reveló que en ciudades industriales como Rubaix sólo uno de cada 10 desempleados tiene diploma del bachillerato, mientras nueve tienen nombres árabes o que suenan parecido.
El último informe anual de la Comisión abordó el problema de la discriminación laboral y destacó que el racismo sigue afectando a franceses hijos de inmigrantes, nacidos, crecidos y educados en este país, que enfrentan problemas por sus nombres o por el color de la piel.
La Comisión calculó que en Francia hay 1,6 millones de trabajadores extranjeros, equivalente a 6,1 por ciento de la fuerza laboral de 1997.
También destacó que mientras el desempleo nacional es de 11,6 por ciento, en el caso de los extranjeros procedentes de países que no pertenecen a la Unión Europea es de 31,2 por ciento, y de hasta 50 por ciento cuando se consideran los norafricanos por separado.
Existen leyes para prevenir la discriminación en el campo laboral, pero el racismo es difícil de probar. Muchas víctimas prefieren callar, pues consideran que sus reclamos les producirán pocos beneficios y muchos problemas.
Mientras tanto, actitudes como la de Balladur no son aisladas. El ex ministro de Defensa y presidente de la asamblea regional del sudeste en Lyon, Charles Millon, fundo un movimiento cuyo objetivo principal es estrechar lazos con el FN.
La comisión contra el racismo del Consejo de Europa criticó estas posiciones.
En una declaración difundida la semana pasada argumentó que en un momento en el que refugiados, asilados e inmigrantes son acusados de los problemas económicos y sociales "es importante que figuras públicas y políticas condenen cualquier demostración de racismo, antisemitismo e intolerancia".
También llamó a "resistir y combatir el respaldo a partidos de extrema derecha", que pueden generar el surgimiento de propuestas en sintonía con la ideología de este tipo de fuerzas políticas, lo cual quedó demostrado por el apoyo del FN al pronunciamiento de Balladur. (FIN/IPS/tra-en/ao/rj/lc/pr-hr/98