La oposición democrática de Turkmenistán busca reformas en el país de Asia central, mientras la Unión Europea prometió tomar "medidas apropiadas" si la situación de derechos humanos empeora en el estado ex soviético.
"La oposición propone métodos pacíficos en nuestra campaña por la democracia en Turkmenistán", dijo a IPS el ex canciller y líder de la oposicón Avdy Kuliev, quien sin embargo reconoció que "en este momento la gente no tiene la capacidad de cambiar su gobierno pacíficamente".
La Unión Europea (UE) y Turkmenistán firmaron un Acuerdo de Asociación y Cooperación el mes pasado para situar al estado de Asia central y sus cuatro millones de habitantes en la misma situación que el resto de las repúblicas ex soviéticas que integran la Comunidad de Estados Independientes (CEI).
Según el pacto, la UE aplicará sanciones sin consulta previa en casos urgentes si Turkmenistán viola los derechos humanos o los principios del libre mercado.
Activistas de los derechos humanos han condenado a Turkmenistán, un estado con un gobierno de partido único dominado por el presidente Saparmurat Niyazov, quien gusta ser llamado "turkmenbashi", que significa "líder de los turkmenos".
La situación de derechos humanos "es extremadamente preocupante en Turkmenistán", dijo en Moscú a IPS Alexander Petrov, de la organización internacional Human Rights Watch/Helsinki.
Presidente del Partido Comunista Turkmeno desde 1985 y de la república desde su independencia en octubre de 1990, Niyazov no avanzó en la transición del estilo autoritario de la era soviética a un sistema de gobierno democrático.
Niyazov estimuló un culto a la personalidad no visto desde los días más oscuros del estalinismo. Ashgabat, la capital, está llena de enormes estatuas del presidente, y su retrato aparece en edificios y calles en toda la ciudad.
Kuliev planifica fortalecer sus relaciones con otros activistas de la oposicón turkmena basados en Suecia, Noruega, Suiza y Turquía, y regresar a Ashgabat, mientras urge a la comunidad internacional a presionar más a Niyazov.
Las autoridades turkmenas acusan a Kuliev de planificar una rebelión armada, por lo cual lo detuvieron en abril un día antes de que Niyazov partiera en un viaje a hacia Washington, para liberarloon después que el presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, interviniera personalmente.
El Partido Comunista, rebautizado Partido Democrático Turkmeno, retuvo el monopolio en el poder después de la ruptura de la Unión Soviética en 1991. El gobierno no permite la formación de otros partidos y continúa reprimiendo actividades de la oposición política.
Según el Departamento de Estado de Estados Unidos, las autoridades restringen la libertad de expresión y no permiten la libertad de prensa.
Fuerzas de seguridad continúan golpeando y maltratando a sospechosos y prisioneros, y las condiciones en las cárceles siguen siendo malas e inseguras, agrega el Departamento de Estado. También se registran detenciones arbitrarias, juicios injustos e interferencia con la privacidad de los ciudadanos.
El opositor Durdymurad Khodzha-Mukhammed está retenido en un hospital psiquiátrico, el disidente Ata Aymamedov aún está en prisión por demandar el retiro de Niyzov de la presidencia, y otro disidente, Khoshali Garaev, fue secuestrado en Moscú por la policía secreta turkmena y sentenciado a 13 años de cárcel.
Valentin Gefter, del grupo de derechos humanos ruso Memorial, dijo que "estos casos no deben percibirse como incidentes separados, dado que reflejan la política consciente de la dirigencia turkmena".
Turkmenistán está en gran parte desertificado, y la mitad de la población se ocupa en la cría de ganado y la agricultura intensiva, en especial algodón. Pero también tiene enormes reservas de peróleo y la cuarta reserva de gas natural del mundo.
Toda esta riqueza aún está en manos estatales, aunque el gobierno prometió introducir una economía de mercado en algún momento. Mientras, la población aún espera que esta riqueza se vuelque a obras de infraestructura y servicios sociales.
El país de Asia central tiene un presupuesto anual de entre 400 y 600 millones de dólares, y la riqueza personal de Niyazov se estima en unos 3.000 millones de dólares.
Niyazov extendió su mandato presidencial hasta el 2003 en un referendo de 1994, y afirma que 99,9 por ciento de los votantes respaldaron la propuesta. (FIN/IPS/tra-en/sb/rj/lp/ip hd/98