El hallazgo de decenas de cráneos y osamentas humanas en una cueva de la capital de México, donde al parecer se realizaban ritos satánicos, es considerada otra evidencia de la proliferación de grupos que rinden culto al Diablo.
Colocados en forma de círculo y media luna alrededor de una piedra coronada con un cráneo donde se leía "Salud 14 Sabadur", los restos fueron localizados el martes cuando la policía perseguía a dos supuestos criminales en una zona boscosa y agreste de la capital.
La policía indicó que es posible que en la cueva, donde además había botellas de licor, páginas de revistas pornográficas y ropa interior femenina, se realizara algún tipo de ceremonias de culto al Diablo, similares a otras constatadas en varias zonas del país.
La Iglesia Católica considera que la presencia de grupos que dicen venerar al Diablo va en aumento en México, lo que causa alarma, pues actúan en la clandestinidad, tienen vínculos con el narcotráfico y se asocian con actos criminales.
Remitidas a las páginas policiales de los diarios, las noticias sobre el hallazgo de cuerpos con huellas de haber sido sacrificados, acompañados de cintas rojas o paquetes con pelos, uñas y animales muertos, se presentan en forma periódica.
Ramón Godínez, uno de los portavoces del Episcopado Mexicano, dijo que los grupos satánicos proliferan sobre todo en la frontera con Estados Unidos, país donde muchas de esas sectas actúan en templos públicos.
"En sus misas negras sacrifican a seres humanos y cometen otros graves actos inmorales", y en ocasiones usan hostias, cruces sagradas y matan gallos y gatos negros, indicó Godínez.
En algunos de los más de 50 cráneos y restos humanos encontrados esta semana en la capital se leen leyendas como "monja Feliciano 14" y palabras como amor, salud y sabiduría.
La policía indicó que las osamentas, algunas de las cuales presentaban orificios provocados al parecer por disparos, pudieron haber sido robadas de un cementerio ubicado en las cercanías al lugar del hallazgo o ser parte de una antigua fosa común.
Pilar Salamullana, autora de un libro titulado "Sectas satánicas", sostiene que en México se identificaron los últimos años a dos grupos que rinden culto al Diablo, "Los Hijos del Fuego" y "Santería Cristiana".
El primero, que opera también en Estados Unidos y Francia, adora a Lucifer mediante la invocación a los difuntos, las prácticas sexuales y los tatuajes en el pecho marcados con el número 666, indicó Salamullana.
La "Santería Cristiana", sin aparente vínculo con otras agrupaciones foráneas, fue descubierta a inicios de la década por la policía. Sus dirigentes, que mantenían templos en la capital y en la ciudad de Matamoros, en la frontera con Estados Unidos, fueron detenidos bajo cargos de homicidio.
En los templos de este grupo se encontró carne humana cortada en rodajas, recipientes con cerebros humanos, cabezas de cabra y plumas de gallina.
El gobierno no tiene idea de la magnitud del problema que representan las sectas, que, por lo tanto, se mantienen fuera de control, afirma Jorge Erdely, miembro del Centro de Investigación del Instituto Cristiano de México.
Asesinatos y múltiples abusos sexuales han sido vinculados con las sectas satánicas, pero las autoridades no se animan a crear ningún cuerpo especial de investigaciones como existe en otros países, dijo Erdely.
Un documento difundido el año pasado por la Iglesia Bautista de Attleboro, en Masachusetts, Estados Unidos, afirma que sólo en ese país se cometen cada años unos 50.000 crímenes relacionados con el culto al Diablo.
Se sabe que en Estados Unidos operan sectas como La Iglesia Satánica de Cincinatti, Los Angeles del Infierno, Los Esclavos de Satán y Los Hijos de Afrodita.
En México, donde la Iglesia Católica asegura que "el Diablo sí anda suelto" y mantiene un grupo de sacerdotes expertos en exorcismo, las sectas de tipo satánico tienen mayor presencia en zonas costeras de los estados de Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Tabasco y Veracruz, asegura Erdely. (FIN/IPS/dc/mj/ip cr/98
