/BOLETIN-AMBIENTE/

La empresa transnacional sueco-canadiense Boliden será llevada ante la justicia en España, por una catástrofe ecológica que afectó el parque de Doñana, una de las principales reservas naturales de Europa.

Pero mientras Boliden y el gobierno regional de Andalucía, región donde se produjo el vertido de al menos cinco millones de metros cúbicos de residuos tóxicos, asumen que habrá un juicio civil, los ecologistas exigen responsabilidades penales.

El derrame comenzó el 25 de abril al romperse un dique de contención en la mina de Aznalcóllar, en provincia de Sevilla. El agua contaminada con lodos mezclados con metales pesados inundó los límites del Parque de Doñana y fue desviada con diques improvisados hacia el río Guadalquivir.

A una semana de iniciado el derrame ya se cuentan por millares los peces que aparecen muertos y vecinos voluntarios y empleados públicos se turnaron durante esta semana recogiendo peces, para evitar que sean comidos por aves y otros animales y a su vez se contaminen.

Con la misma intención se efectúan disparos al aire para espantar a las aves e impedir que se acerquen a los peces o beban en esas aguas.

La ministra de Medio Ambiente, Isabel Tocino, restó gravedad a los hechos y aseguró que Doñana se ha salvado, pero el director de la Estación Biológica de ese parque, Miguel Ferrer, afirmó lo contrario.

"La Doñana de los próximos 30 años será radicalmente diferente de la que teníamos hace cuatro días", dijo Ferrer, quien informó que ya se sabe que han quedado arrasadas algunas de las áreas de mayor interés para mantener las poblaciones de aves de esa reserva de la naturaleza.

Además, señaló que el vertido afectó a las mejores zonas de cultivo de Aznalcázar, con dudosas posibilidades de recuperación de los suelos, y a las zonas pesqueras del bajo Guadalquivir.

La indignación de organizaciones como la Asociación Ecologista de Defensa de la Naturaleza (Aedenat) y Greenpeace, se basa en que no se tuvieron en cuenta las denuncias sobre las actividades mineras de Boliden.

Pedro Arrojo Agudo, del comité español del proyecto Hombre y Biosfera de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), recordó que la Coordinadora Ecopacifista de Andalucía denunció en 1996 la fuga de residuos de alta toxicidad en la mina explotada por Boliden.

Pese a que el gobierno de Andalucía, el español y la Unión Europea recibieron información documentada sobre el estado peligroso de las instalaciones, no tomaron medidas, añadió. Incluso mantuvieron una financiación a la empresa por unos 25 millones de dólares en los últimos años.

Aedenat también criticó que no se hubieran atendido las deficiencias en las instalaciones de la mina reveladas por un ex empleado, por lo que reclama que se procese a Boliden y se investigue si existieron irregularidades del gobierno regional.

El diario madrileño El Mundo recordó el miércoles que Boliden es responsable de otro desastre ecológico en Chile, donde se produjo un envenenamiento masivo que afectó a medio millar de niños de una zona pobre de la norteña ciudad de Arica, seis de los cuales están en peligro de muerte.

Los residuos tóxicos vertidos en Chile procedían de las plantas suecas de Boliden para el tratamiento de plomo, arsénico y mercurio. El Mundo precisa que ante las exigencias de autoridades, médicos y ecologistas chilenos, "los suecos responden con evasivas, sonrisas de bondad y promesas vagas".

Por este motivo, insisten en la necesidad del juicio penal, para que se castigue el delito y se obligue al pago de indemnización y de los gastos de recuperación, pero, sobre todo, para que las penas se conviertan en un aviso para otros eventuales infractores de las normas medioambientales.

El nuevo código penal español prevé penas de hasta seis años de cárcel y multas, que podrán aplicarse a los ejecutivos de las empresas contaminantes y a las autoridades responsables, por acción u omisión.

Mientras se suceden estas demandas, las autoridades municipales donde se encuentra la mina aconsejaron a los habitantes que se abstengan de beber agua de los pozos y vertientes afectados por el derrame, así como consumir peces, aves o productos vegetales de esa zona.

El derrame de lodo de pirita en Aznalcóllar, de 20 millones de toneladas, es el mayor en el mundo, superior incluso al de petróleo ocurrido en 1990 en Génova, Italia.

Pero el experto ambientalista Gustavo Catalán Deus dijo que ambos casos no son comparables, porque la pirita es mucho más tóxica y peligrosa que el petróleo para el ambiente. (FIN/IPS/af/ag/en/98

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