El debate en Venezuela sobre si los comicios regionales y municipales deberán celebrarse antes o después de los presidenciales y legislativos de diciembre amenaza con incendiar la incipiente campaña electoral.
Acción Democrática (AD) y Copei, los dos principales partidos del país, unieron fuerzas para apoyar la separación de los comicios pero sobre la base de que la elección de las nuevas autoridades regionales y municipales se realice en noviembre.
La alianza bipartidista enfrenta la oposición de los cuatro candidatos a la presidencia con mayor opción de triunfo, las asociaciones de electores y las demás fuerzas políticas, unidas en que los comicios regionales y municipales sean en 1999 para concentrar este año la atención en la contienda nacional.
El nuevo Consejo Nacional Electoral (CNE), que en febrero sustituyó a la anterior autoridad comicial y debe lidiar con una ley de sufragio aprobada apuradamente y plena de lagunas, también propicia la separación, pero está dividido en cómo hacerlo.
En lo que sí hay concidencia absoluta es en que la elección conjunta de casi 3.600 cargos el 6 de diciembre colocaría al país ante el peligro de una situación poscomicial caótica, por las deficiencias técnicas y las presiones políticas sobre el proceso.
Candidatos presidenciales independientes y diferentes fuerzas calificaron este martes la propuesta de AD y Copei de "maniobra criminal", "fraude anticipado", "golpe del bipartidismo contra la democracia" y "conspiración contra el cambio".
La democracia de Venezuela vive una larga y confusa transición hacia un cambio de su modelo partidista de los últimos 40 años y esa situación se plasma en que los cuatro principales candidatos se presentan como independientes y ajenos a AD o Copei.
AD y Copei pueden forzar la aprobación de su posición en el Congreso con el apoyo de algunos parlamentarios independientes, y pueden bloquear cualquier iniciativa contraria a sus intereses.
El débil y fragmentado CNE no tiene autoridad para decidir el adelanto o atraso de los comicios y aunque sus miembros admiten que la anticipación crea problemas técnicos importantes, parte de ellos aparecen plegados a la tesis del renacido bipartidismo.
Aristóbulo Istúriz, dirigente del izquierdista Patria Para Todos que respalda al ex líder golpista Hugo Chávez, dijo que AD y Copei intentan "un vulgar golpe que no permitiremos y responde a su desesperación" por su falta de candidato con opción.
Istúriz aseguró que detrás de la maniobra bipartidista está el interés en que se genere una situación que favorezca la postergación de los comicios presidenciales y legislativos.
AD no ha seleccionado aún su aspirante presidencial, pero este martes el secretario general de esa fuerza socialdemócrata, Luis Alfaro, no escondió ante corresponsales extranjeros que él será su más probable aspirante y que espera ganar por el peso de la maquinaria interna, la más organizada del país.
Copei avanza hacia el respaldo en mayo de la ex Miss Universo y alcaldesa Irene Sáez, pero la situación no es aún clara porque la candidata se niega a cualquier apoyo que no sea incondicional y hay fuertes reservas internas a esta nominación.
Sáez, que ha sido destronada del primer lugar en algunas encuestas por Chávez y declina en todas ellas, consideró que la rechazada partidocracia busca contaminar las elecciones presidenciales con unos comicios propiciadores de incertidumbre.
En las elecciones regionales y municipales se han vuelto una tradición los reclamos entre aspirantes a conducir los 22 estados y las 330 alcaldías a causa del anacrónico sistema electoral, los mínimos márgenes de votos y las maniobras en el conteo.
La izquierdista Causa Radical, que apoya a Sáez, planteó que los cuatro principales aspirantes a la presidencia "deben unir fuerzas para impedir un fraude anticipado" mediante la creación de "un bochinche (desorden) electoral desde un mes antes".
Los aspirantes que dominan las encuestas centran su estrategia en la conquista de la presidencia, se apoyan en pequeños grupos y en general proyectan listas independientes para las alcaldías y las gobernaciones respecto a las fuerzas que se les suman.
El candidato Henrique Salas, un empresario y ex gobernador del estado de Carabobo que aparece como tercero o cuarto en los sondeos, acusó a AD y Copei de maniobrar para impulsar la abstención en los comicios presidenciales.
Claudio Fermín, quien abandonó AD para lanzarse como candidato independiente y fue el primero en demandar la separación de los comicios, dijo que ahora toda la población está pendiente sólo de los elecciones presidenciales.
Por ello, según el aspirante que ocupa el tercer o cuarto lugar en las preferencias, ésos deben ser los primeros comicios y después se debe dar un margen prudencial de tiempo para que la ciudadanía reflexione sobre la elección de sus representantes municipales y regionales.
La postergación de los comicios municipales y regionales es defendida con ardor por la agrupación "Queremos Elegir" y otros grupos que nacieron para apoyar la descentralización política y propiciar la modernización del sistema de sufragio local.
Aducen que tanto el adelanto de sólo un mes como la elección simultánea con las autoridades nacionales será una agresión contra el fortalecimiento del poder regional y municipal, soporte de la "democratización de la democracia" venezolana.
Para Fermín, AD y Copei quieren imponer las elecciones regionales y municipales anticipadas porque asumen su falta de candidato atractivo para el electorado y buscan fortalecerse mediante victorias regionales facilitadas por sus maquinarias.
Dirigentes de AD reconocieron que una de las razones para rechazar la postergación de las elecciones regionales es que en ese caso los comicios presidenciales se convertirían en un "portaviones" que impulsaría a los aspirantes de quienes mejores resultados obtengan en diciembre.
Los dos partidos que respaldan al gobierno de Rafael Caldera, el Movimiento al Socialismo y Convergencia, respaldan la postergación de los comicios regionales, pero el segundo de ellos considera que lo fundamental es la separación. (FIN/IPS/eg-ml/ip/98
