URUGUAY: Camino al turismo en una semana poco santa

Uruguay, donde penetran con fuerza cultos evangélicos, episcopales y afrobrasileños, festejará Semana Santa con poco espíritu religioso. La mayoría de sus habitantes se prepara para disfrutar el turismo.

Este país sudamericano de 3,1 millones de habitantes es uno de los pocos donde las funciones del Estado, a excepcion de servicios considerados esenciales, se detienen totalmente durante siete días. El comercio y la banca trabajan parcialmente.

Muchos comercios e industrias aprovechan esta semana para dar parte de la licencia anual a sus empleados "porque en Montevideo no queda nadie y las ventas bajan drásticamente", dijo a IPS un integrante de la Cámara de Industrias del Uruguay.

En Uruguay, la Iglesia y el Estado están separados desde 1917 y existe una larga tradición laica. La participación de los uruguayos en actividades de la Iglesia Católica ha disminuído progresivamente.

La proyección de una encuesta a la que accedió IPS, realizada por los expertos Néstor Da Costa, Guillermo Kerber y Pablo Mieres permite deducir que casi 50 por ciento de la población de Montevideo tiene visiones negativas o neutras sobre Juan Pablo II y 60 por ciento tiene la misma visión sobre los curas.

En Montevideo vive 46 por ciento del total de los habitantes de Uruguay. En la última década emergieron en este país con intensidad los cultos afrobrasileños, pentecostales y evangélicos.

Mientras la Iglesia Católica dice padecer problemas económicos y financieros, los evangélicos y pentecostales han comprado grandes locales en el centro de la ciudad y abrieron otros en diversos barrios a los que diariamente asisten centenares de personas.

De la misma forma, los servicios de cultos afrobrasileños se celebran en templos en toda la ciudad y de ellos participan incluso los católicos.

Estas organizaciones también ocupan un total de 320 horas semanales de emisiones de radio. Los grupos evangélicos ocupan 88 por ciento, los "umbandistas" (rito afrobrasileño), ocho por ciento, y la Iglesia Católica, cuatro por ciento.

En función de su ubicación geográfica, con casi 500 kilómetros de frontera terrestre con Brasil, Uruguay tiene una gran permeabilidad a los cultos que se practican con fuerza en ese país.

Existe "una nueva religiosidad" en la cual "cada uno fabrica una religión a su gusto", advirtió el arzobispo de Montevideo José Gottardi en su última carta pastoral.

Gottardi sostuvo que las nuevas manifestaciones religiosas dejan de lado "la exigencia de un compromiso de vida y una fidelidad de fe" y consideró que esos hechos tienen su origen en "las políticas laicistas".

Un estudio de la Iglesia Católica había establecido que muchos católicos buscan en otras tiendas un soporte que les permita superar cuestiones afectivas, familiares y de falta de trabajo aun cuando permanecen fieles a su religión.

Sin embargo, fuentes de la Iglesia Católica dijeron a IPS que dos de las tres mayores participaciones de fieles durante todo el año se producen el domingo de Ramos y el domingo de Pascua de la semana próxima.

Este año, algunas organizaciones y parroquias de la Iglesia Católica decidieron enfrentar en los barrios los fenómenos religiosos que las afectan.

El 2 de febrero, fiesta oficial de Iemanja (diosa del culto umbandista), algunas parroquias católicas publicitaron la celebración del día de Nuestra Señora de la Candelaria, equivalente de la deidad afrobrasileña en el culto católico.

Ese día, los umbandistas concentran a miles de personas en las playas de Montevideo en un espectáculo en el que homenajean a su diosa cuya estatua luce próxima a la majestuosa sede administrtiva del Mercado Común del Sur (Mercosur).

La otra cara de la moneda se expresa en el sector del turismo.

Agentes de viaje dijeron a IPS que hace una semana hay lugar disponible en vuelos internacionales, un fenómeno generado por accesibles ofertas para excursiones de una semana a Miami y a las playas de Brasil, Venezuela o varios países del Caribe.

Paralelamente se han producido reservas en los hoteles y centros de campamentos del interior del país, ya que el turismo es la única actividad que se mantiene a pleno esta semana.

La pesca y la caza son dos de los principales atractivos de quienes disfrutan el turismo interno en este otoño uruguayo.

El jabalí, una plaga nacional, es el principal objetivo de los cazadores, pero el resto de las especies tiene protección para evitar su extinción.

Otra excepción es el ciervo axis, para cuya caza se requiere permiso y sólo se admite un ejemplar macho adulto por día y por cazador.

Tanto ciervos como jabalíes afectan la actividad ganadera, agrícola y forestal. (FIN/IPS/rr/mj/cr/98

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