Los habitantes de la ciudad ecuatoriana de Esmeraldas demandarán al Estado ante la justicia por su responsabilidad en el incendio causado por un derrame de petróleo y combustible, que devastó a esa localidad de la costa.
Representantes legales de los barrios La Propicia y El Paraíso, los más afectados por el incendio del 27 de febrero en Esmeraldas, afirmaron que la indemnización ofrecida por la petrolera estatal Petroecuador es insuficiente para cubrir los daños.
Petroecuador ofreció sumas "millonarias" a los familiares de los muertos en el siniestro, pero quienes perdieron su vivienda y otros bienes, que son cientos, no tienen perspectivas de reparación, explicó Javier Casquete, dirigente de El Paraíso.
"Demandamos del gobierno una actitud más solidaria y justa", pues "el incendio fue producto de la negligencia y de la incapacidad de Petroecuador para resolver situaciones de emergencia", dijo Casquete.
Agregó que "el daño al ambiente es irreparable y eso también debe contarse como perjuicio para la población" de Esmeraldas, situada 318 kilómetros al noroeste de Quito y capital de la provincia del mismo nombre.
La zona de Esmeraldas alberga importantes bosques tropicales y de manglar, como Cotacachi Cayapas, una de las más grandes reservas naturales del país. Esas áreas son refugio de cientos de especies en peligro de extinción, como el cangrejo azul.
El derrame de 8.700 barriles de petróleo y 3.500 de combustible refinado se debió a la ruptura en un lugar cercano a la refinería de Esmeraldas del oleoducto Transecuatoriano, el mayor del país.
El incendio estallado costó la vida a 15 personas, y 50 heridos graves son atendidos en hospitales de Quito y Estados Unidos. Así mismo, 500 habitantes de Esmeraldas perdieron su vivienda y pertenencias.
Setenta por ciento de los pobladores de la localidad son de raza negra y viven en pequeños barrios, en los que predominan las construcciones de madera, un hecho que facilitó la propagación del fuego.
La brecha en el oleoducto fue abierta por el deslizamiento de tierras de un cerro, cusado a su vez por las constantes lluvias que el fenómeno climático del Niño determinó en las provincias de la costa ecuatoriana, según el comunicado de Petroecuador.
Los informes periciales señalan que el petróleo vertido llegó por el río esmeraldas a las poblaciones afectadas, una hora y media después de la ruptura de la tubería principal del oleoducto y tras recorrer siete kilómetros.
"Antes del incendio, los trabajadores de Petroecuador ya sabían de la situación y tuvieron suficiente tiempo para alertar a la población, pero no lo hicieron", señaló Gonzalo Rodríguez, uno de los damnificados.
Funcionarios de Petroecuador, que pidieron reserva de identidad, han manifestado su extrañeza, pues existe un plan de contingencia para estos casos, que no fue aplicado.
El plan de contingencia comprende la inmediata intervención de la Armada, la Cruz Roja, la policía, personal de la refinería y de los bomberos.
Grupos ambientalistas observaron que la tragedia de Esmeraldas es un llamado de atención para las autoridades del área energética, ya que los derrames de petróleo son una constante.
Según Acción Ecológica, en los últimos dos años se produjeron 12 derrames de crudo, de distinta intensidad, que no fueron informados al público. (FIN/IPS/mg/ff/pr en/98