CHILE: Informe del PNUD muestra las paradojas de la modernización

El Informe de Desarrollo Humano en Chile 1998, presentado hoy por el PNUD, muestra, entre las paradojas de la modernización, un país en que el notable desarrollo económico convive con la infelicidad y el deterioro de las relaciones sociales.

El PNUD (Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo) entregó al presidente Eduardo Frei el informe, donde se indica que 53,6 por ciento de los chilenos perciben que la economía está mejor, pero 82,8 por ciento no se consideran más felices.

"Las paradojas de la modernización" es el tema de este estudio, el segundo de su tipo que realiza el PNUD en Chile, luego de que en 1996 analizara el índice de desarrollo humano de las diversas regiones del país.

El uruguayo Carlos del Castillo, representante residente del organismo de Naciones Unidas, señaló que con este nuevo estudio se compara la imagen exitosa del modelo económico del país con la visión que de ese hecho tienen los propios chilenos.

El informe sigue la metodología que el PNUD adoptó en 1990 para medir el Indice de Desarrollo Humano (IDH), que se calcula en todos los países y es difundido año a año desde entonces.

El IDH, recordó Del Castillo, va más allá de la mera medición del producto interno bruto y pone a la persona como centro del proceso de desarrollo, de tal forma que la economía debe estar al servicio de los seres humanos y no al revés.

Eugenio Ortega, encargado de este último estudio en Chile, dijo que las percepciones y efectos de la modernización fueron constatadas por investigaciones empíricas, incluyendo encuestas de opinión y grupos de debate y reflexión (focus group).

El concepto de seguridad humana, reivindicado en el IDH, fue el eje de la investigación, determinando, como primera paradoja, que junto a un notable avance de la modernización se aprecia en los chilenos "sensibles expresiones de malestar social".

Este malestar parece ser "la expresión larvada de situaciones de incertidumbre e inseguridad presentes en la cotidianidad de los chilenos", indica el PNUD, que busca explicar las causas de este fenómeno y sus posibles consecuencias.

En términos de los factores objetivos que mide el IDH, Chile exhibe 56 por ciento de cumplimiento, pero en lo subjetivo, es decir de la percepción de sus habitantes sobre la seguridad humana, el índice disminuye a 33 por ciento, indicó Ortega.

Entre los factores de seguridad humana se incluyen el acceso a la previsión social y la salud, la seguridad pública, la participación política y comunitaria, y la información y la comunicación social, entre otros.

En términos objetivos, en el medio urbano de Chile hay más seguridad humana, pero en la dimensión subjetiva, es el habitante del medio rural quien considera que vive en una sociedad más segura.

Los factores de la inseguridad en Chile son planteados en el informe en tres aspectos centrales: la falta de "seguridad pública" en que predomina "el miedo al otro", en segundo término el "miedo a la exclusión" y, por último, un "miedo al sin sentido".

En este tercer aspecto, predominaria en los chilenos una impresión de que "las cosas están fuera de control" y en la cual manifestaciones puntuales de desorden urbano o problemas como el consumo de drogas crean la sensación de "caos".

Otra situación detectada en el estudio es lo que el PNUD denomina "notable debilidad de la sociabilidad cotidiana de los chilenos", expresada sobre todo en la inseguridad pública.

Ocho de cada diez habitantes de este país temen ser víctimas de asaltos y otros delitos en la calle y seis de cada diez en su hogar, pese a que los índices reales de ocurrencia de estos hechos fluctúan entre seis y 17 por ciento.

El deterioro de la sociabilidad despierta desconfianza y resiente la participación de los chilenos, lo cual contradice la tradición histórica del país, de una gran capacidad organizativa en el trabajo y su comunidad, indicó Ortega.

Existe igualmente en el deterioro de la seguridad una visión crítica de los medios de comunicación y en especial de la televisión, ya que más de 64 por ciento de ls población se considera mal informada o desinformada sobre los hechos que afectan su vida.

Ortega subrayó que el PNUD no pretende cuestionar la modernización, sino la forma en que la gente se incorpora a este proceso, y agregó que el estudio es un llamado a las autoridades y a la población a dialogar sobre las paradojas detectadas.

Si se persiste en una modernización en que la gente no participe, es muy probable que este proceso no se haga sustentable en el tiempo, advirtió el experto de Naciones Unidas. (FIN/IPS/ggr/ff/hd dv/98)

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