Los trabajadores bolivianos iniciarán este lunes la "guerra dura" anunciada para este año contra el gobierno de Hugo Banzer, con un paro nacional de actividades laborales, bloqueo de carreteras y movilizaciones de protesta en las ciudades.
Con esas medidas, la Central Obrera Boliviana (COB), organización que agrupa a casi todos los sindicatos de este país, protestará contra los efectos del aumento del precio de los combustibles de diciembre pasado, el anunciado incremento de los impuestos y en demanda de mejores salarios.
El paro de este lunes será apenas el comienzo de una cadena de movilizaciones que anunció la COB para el nuevo año, al que prevén "duro" para los trabajadores por la política del gobierno de Banzer, considerado por dirigentes sindicales neoliberal y pro- empresarial.
"El gobierno nos dice que quiere dialogar, pero en los hechos está imponiendo verticalmente todas sus medidas que benefician solo a los empresarios y a las transnacionales", manifestó el secretario general de la COB, Marcelino Portillo,.
El dirigente calificó al gobierno de Banzer de "mentiroso y dictatorial" por su actitud frente al "gasolinazo" de diciembre, previo a la Navidad, que devaluó la capacidad adquisitiva de los salarios de los trabajadores.
Los sindicalistas cuestionan también la anunciada expansión de la base tributaria del país, que afectará en especial a comerciantes minoristas y trabajadores informales, y el incremento general de impuestos, que según los dirigentes cargará más obligaciones sobre las espaldas de los más pobres.
La COB concentrará la mayor fuerza de sus movilizaciones para reclamar al gobierno una respuesta positiva a los reclamos que presentó en diciembre, entre ellos un incremento del salario a un promedio de 4.596 bolivianos (855 dólares).
El salario mínimo de Bolivia equivale hoy a 60 dólares y el promedial a unos 180 dólares.
El gobierno ha descartado cualquier posibilidad de incrementar los salarios al monto que prentenden los trabajadores, a los que considera "irreales y desproporcionados".
El ministro de Trabajo, Leopoldo López, anunció que el gobierno prevé un incremento salarial para 1998, pero precisó que sería muy inferior al reclamado por la COB.
"La expectativa de inflación de este año será de siete por ciento, entonces (el aumento salarial) tendría que estar cercano a ese margen. Según mi tesis podría ser un punto por encima de ese índice", adelantó el ministro.
Al paro del lunes se sumarán los choferes del país, por lo que se prevé que ese día no habrá servicio de transporte público en ciudades y rutas interdepartamentales.
Los choferes se oponen al próximo incremento de impuestos a los propietarios de vehículos que anunció el presidente Banzer como parte de sus medidas de ajuste para mejorar la recaudación del tesoro nacional.
En tanto, los campesinos anunciaron que se sumarán al paro nacional y participarán activamente durante esa jornada de movilizaciones con bloqueos de las principales carreteras del país que conectan las ciudades bolivianas.
El máximo dirigente de la Confederación Sindical Unica de Campesinos de Bolivia, Román Loayza, advirtió que no aceptarán posibles medidas represivas de las fuerzas armadas o de la policía para habilitar las carreteras este lunes.
"Los campesinos saldremos a las carreteras para reclamar por causas justas y no vaya a ser que las fuerzas represivas quieran coartarnos un derecho inalienable como es el de la protesta frente a las medidas antipopulares que pone en práctica el gobierno", dijo Loayza.
El dirigente campesino dijo que le tomaba la palabra al presidente Banzer, quien el martes recomendó a las Fuerzas Armadas en un acto militar no echar mano a las armas contra el pueblo boliviano.
Otros sectores que confirmaron su adhesión al paro de este lunes son las juntas vecinales, mineros, gremiales, fabriles, trabajadores en salud, maestros, petroleros, trabajadores de caminos, ferroviarios y algunos comités cívicos departamentales. (FIN/IPS/jcr/mj/lb ip if/98
