Por cuarto año consecutivo, la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no adoptó ninguna decisión con respecto a la debatida ampliación del Consejo de Seguridad.
Sin embargo, las discusiones realizadas en la Asamblea la semana pasada demuestran que, a medida que pasa el tiempo, ganan apoyo más y más proyectos de renovación del órgano ejecutivo de la ONU.
Este año, las propuestas de reforma variaron entre el agregado al Consejo de cinco nuevos asientos permanentes y el de miembros rotativos. Todos los planes tienen en común la falta de respaldo mayoritario entre los 185 países integrantes de la ONU.
Mientras la situación permanezca incambiada, el Consejo continuará integrado por cinco miembros permanentes con poder de veto (China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia) y 10 miembros rotativos.
«Hoy, la solución permanece tan esquiva como siempre», señaló el embajador italiano ante la ONU Francesco Fulco, quien criticó diversos planes de reforma durante el debate de la semana pasada. «Las posiciones están muy distanciadas entre sí», añadió.
No obstante, casi todos los países coinciden en que la actual situación es inaceptable. «Es urgente modificar el Consejo de Seguridad», destacó Daudi Mwakawago, embajador de Tanzania y presidente del Grupo de los 77 países en desarrollo.
El plan que pareció obtener más apoyo este año, que propone el agregado de dos asientos permanentes para Japón y Alemania y de tres rotativos para Asia, Africa y América Latina, no logró destrabar la situación pese al anuncio de que Estados Unidos lo respaldaría.
La parálisis demuestra, al menos, falta de apoyo para una reforma destinada principalmente a incluir como miembros permanentes a Japón y Alemania, dos de los principales contribuyentes de la ONU, pero menos exigente en otros aspectos.
El embajador de Cuba, Bruno Rodríguez Parrilla, indicó que su gobierno rechazará cualquier fórmula «que pretenda establecer una solución rápida y superficial, cualquiera sea su manifestación».
Parte del problema se relaciona con la falta de acuerdo en el mundo en desarrollo sobre la elección de un candidato por cada región. India y Brasil, por ejemplo, aspiran a ocupar asientos permanentes pero enfrentan rivalidades con sus vecinos.
Además, muchos diplomáticos desconfían de que los propuestos asientos permanentes para países en desarrollo tengan los mismos poderes que los actuales cinco miembros permanentes.
En tal caso, el nuevo Consejo tendría «tres categorías de miembros permanentes: con poder de veto, sin poder de veto (Alemania y Japón) y miembros seudopermanentes de países en desarrollo», arguyó Fulci.
La Asamblea frustró la semana pasada las intenciones de grupos partidarios y detractores de la ampliación del Consejo de que se adoptara alguna resolución sobre la reforma.
No se prevé que se produzca una votación sobre el asunto antes de enero, según los pronósticos más optimistas, o antes del próximo otoño, más probablemente.
Aun los planes de algunos grupos, como el del Movimiento de No Alineados, para la ampliación simple del número de miembros rotativos, quedaron a un lado como consecuencia de la disputa por los asientos permanentes.
Mientras el tema de la reforma del Consejo se alarga por cuarto año, circulan nuevas propuestas que contribuyen a la confusión pero muestran escasas señales de aceptación.
Una de las nuevas iniciativas es la presentada por el embajador de Sudáfrica, Khiphusizi Jele, quien propuso que Africa tenga dos asientos permanentes.
Mientras, Alemania se manifestó a favor de «revisiones periódicas» de la actuación de los nuevos miembros, pero Rusia, que heredó el asiento permanente de la Unión Soviética sin revisión alguna, rechaza la idea. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/ml/ip/97
