Con recelos y suspicacias en materia de soberanía y derechos humanos, México y la Unión Europea (UE) abrieron el lunes 8 el último trecho hacia el establecimiento de un pacto político y comercial, que según previsiones oficiales estaría operando plenamente después del 2000.
Tras 2,5 años de negociaciones, autoridades de México y la UE suscribieron en Bruselas el Acuerdo sobre Cooperación Económica y Diálogo Político, que pauta los parámetros para negociar la liberalización comercial y establece lineamientos de la relación diplomática.
Para efectivizarse, el acuerdo debe recibir el "aviso de conformidad" del Parlamento Europeo y ser ratificado por los Congresos de los 15 países miembros de la UE y por el Senado mexicano, instancias donde podría sufrir algunos tropiezos.
Varios senadores mexicanos sostienen que el gobierno del presidente Ernesto Zedillo cedió parte de su soberanía al aceptar presiones de la UE para suscribir cláusulas sobre democracia y derechos humanos.
En tanto algunos diputados europeos amenazan con no ratiticar el acuerdo, que abriría el comercio y permitiría ampliar la cooperación bilateral, bajo el argumento que el gobierno de México viola los derechos humanos.
"Si de derechos humanos se trata, no creo que Europa esté en ninguna posición de darle lecciones a México", advirtió el director de Asuntos Multilaterales de la cancillería, Marco Provencio.
Las autoridades reconocen que habrá dificultades para ratificar el acuerdo, pero afirman que no lo bloquearán.
"La aprobación de los parlamentos tardará todo el primer semestre del próximo año y las negociaciones de lo que será la apertura comercial iniciaría la segunda mitad de 1998", expresó el subsecretario de Negociaciones Internacionales de México, Jaime Zabludovsky.
El objetivo de las autoridades de México y la UE, país y zona que según estimaciones registraron este año un intercambio de mercancias por 13.330 millones de dólares, 2.055 más que en 1996, es que máximo en el 2001 este operando el acuerdo bilateral de libre comercio.
La negociación de aranceles, salvaguardas, productos y normas de origen, entre otros rubros, será larga y difícil, indica el gobierno mexicano.
Los países de la UE representan para México alrededor de seis por ciento de su comercio global y 18 por ciento de las inversiones foráneas.
Con el acuerdo comercial se espera que el intercambio y las inversiones aumenten más de 100 por ciento.
La UE es uno de los mercados más grandes del mundo y maneja alrededor de 20 por ciento del comercio planetario. La Unión participa con el 20 por ciento de las exportaciones mundiales y con alrededor de 18,5 por ciento de las importaciones.
Grupos humanitarios de México y el extranjero mantuvieron los últimos meses acercamientos con parlamentarios europeos para perdirle que presionen al gobierno del presidente Ernesto Zedillo en materia de derechos humanos.
Zedillo probó parte de esas presiones en su última gira por varios países europeos, realizada en octubre, cuando en reuniones privadas y públicas parlamentarios y líderes de organizaciones no gubernamentales lo criticaron duramente.
Amnistía Internacional, Human Rights Wacht, la Federación Internacional de Derechos Humanos, el Departamento de Estado de Estados Unidos y numerosas agrupaciones humanitarias mexicanas, entre ellas la estatal Comisión de Derechos Humanos, sostienen que en México se vive una situación crítica en esa materia.
Las negociaciones para definir el acuerdo que este lunes se suscribió en Bruselas demoraron más de dos años debido a los desacuerdos presentados al momento de definir cláusulas sobre democracia y derechos humanos. (FIN/IPS/dc/dg/ip-if/97)
