El creciente gasto militar en Colombia, que pasó de 0,8 a 2,7 del PIB entre 1985 y 1995, no arroja resultados debido a la falta de objetivos claros por parte del ejército en la lucha contra la guerrilla, según expertos en el tema.
De los 2.670 millones de dólares de gasto militar, cerca de 1.500 millones se destinan al pago de sueldos de oficiales, suboficiales y personal civil. Además, la Contraloría detectó irregularidades en el uso de determinadas partidas.
El ejército mantiene siete operativos grandes de combate en todo el país y 57 medianos, que han dejado 652 guerrilleros muertos en este año, según un parte de guerra entregado a fines de septiembre por el jefe de las Fuerzas Armadas, general Manuel Bonett.
Bonett, quien el día 2 resultó ileso en un atentado reivindicado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), dijo que los operativos no buscan acabar con la guerrilla sino producir las condiciones militares para eliminar su voluntad de lucha" y llevarla a una negociación.
En una declaración en la que ratificaron que no negociarán con el gobierno, las FARC dijeron que los altos mandos militares "mienten al presidente y al país" sobre los éxitos de sus operativos, que son "un teatro para pedir más dinero del presupuesto público, de los empresarios y de Estados Unidos".
Sobre "Destructor II", una de las mayores operaciones realizadas contra las FARC, la mayor y más antigua organización guerrillera de Colombia, indicaron que los militares sólo pueden mostrar un guerrillero capturado y las casas de los campesinos bombardeadas.
"Destructor II" se realiza desde hace cerca de dos meses con 4.000 hombres en la selvática región del Yarí, en el sudeste del país, donde presuntamente estarían miembros de la cúpula de las FARC.
La dinámica de la guerra muestra que el ejército va a la zaga de la guerrilla en táctica militar, pese a su superioridad numérica y estratégica, comentó el politólogo Eduardo Pizarro, del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional.
El experto atribuyó la ventaja de la guerrilla frente al ejército a que éste sólo puede movilizar un escaso 30 por ciento de sus fuerzas para mantener "presencia territorial".
El 70 por ciento restante estaría "apuntalado a tierra protegiendo decenas de miles de edificios" y la infrestructura eléctrica y petrolera que también son amenazadas por la guerrilla, añadió.
El ejército no dispone de una red de inteligencia capaz de detectar los movimientos de la guerrilla y así evitar ataques como el cometido el año pasado por las FARC contra el puesto militar de Las Delicias, en el sur de Colombia, en el que murieron más de 20 soldados y otros 60 fueron capturados.
Ante estos hechos, en el sector empresarial se han levantado voces señalado que aseguran que es hora de frenar el gasto militar y reclaman un uso más eficiente de los recursos.
El gasto militar debe ser congelado "hasta que el ejército y el país sepan para dónde va", dijo el economista Gabriel Rosas, presidente de la Comisión del Gasto, instancia consultiva del gobierno en la que participan representantes del empresariado y la sociedad civil.
La Comisión del Gasto propone congelar durante dos años el gasto militar y su administración eficiente.
Las organizaciones no gubernamentales sostienen, por su parte, que la guerra existe porque hay miseria y marginalidad, y aseguran que estos recursos deberían orientarse a eliminar estos factores.
Colombia destina menos del nueve por ciento del producto interno bruto (PIB) a la inversión social, que incluye educación (3,1), salud (2,6) y seguridad social (2,7).
Más de 12 millones, de los 36 millones de colombianos, no logran acceder plenamente a los beneficios de crecimiento y políticas sociales por ser demasiado pobres, estar demasiado alejados de la acción del gobierno y por factores estructurales, según el Consejo Nacional de Política Económica y Social. (FIN/IPS/yf/ag/ip/97