Los analistas mostraron un optimismo cauteloso tras la primera reunión del Consejo Permanente Conjunto de la OTAN y Rusia, aunque poco se logró en la resolución de disputas de seguridad entre ambas partes.
La reunión entre los cancilleres de los 16 países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y el canciller de Rusia, Yevgeni Primakov, no aclaró importantes disputas sobre el alcance de la ampliación de la alianza o la política en Albania o la ex Yugoslavia.
La reunión inaugural del Consejo Conjunto también evitó los altercados entre la OTAN y Rusia, permitiendo a ambas partes albergar esperanzas sobre la naciente cooperación.
"No se enamoraron, pero tampoco se atacaron", dijo Ottfried Nassauer, director del Centro de Información de Seguridad Transatlántica (BITS), con sede en Berlín.
Según Nassauer, la principal victoria de la reunión fue evitar cualquiera de las numerosas polémicas, desde el despliegue de armas nucleares a la polítca en Bosnia-Herzegovina, que podrían haber afectado los nuevos lazos de cooperación.
"La reunión fue todo un éxito", sentenció el secretario general de la OTAN, Javier Solana, quien subrayó el "espíritu de amistad y cooperación" entre las partes.
Las discusiones iniciales de la reunión sobre temas políticos y estructurales involucrados en la relación OTAN-Rusia serán desarrolladas en otra ronda de diálogo entre cancilleres extranjeros, prevista para el 16 y el 17 de diciembre, anunció.
"Tuvimos un intercambio de puntos de vista más bien prácticos", dijo Primakov tras la reunión.
El futuro éxito del Consejo Conjunto dependerá, según el canciller ruso, de si ambas partes cumplen con el Acta Fundacional, firmada por los 17 gobiernos el 27 de mayo, para gobernar las relaciones OTAN-Rusia.
La discusión sobre la posibilidad de que el Consejo Conjunto asuma ese papel, o si tendrá recursos para hacerlo, fue postergada.
Aunque, como destacó el canciller de Bélgica, Erik Deroke, la reunión discutió futuras estructuras de trabajo para la relación OTAN-Rusia, el intercambio de dos horas entre cancilleres fue demasiado corto para permitir un trabajo de ese tipo.
En ese sentido, agregó Dan Plesch, director del Consejo Británico-Americano de Información de Seguridad (BASIC), la reunión fue una oportunidad perdida.
Varios fuertes debates aguardan a los 17 gobiernos, alega BITS en un informe reciente, destacando que estos requerirán más compromiso y discusión entre los países, en especial los temas nucleares y de armamento y el papel de la Organización de Seguridad y Cooperación de Europa (OSCE) en la coordinación de las relaciones Rusia-OTAN.
Otros desafíos se plantean en el futuro de la nueva relación Rusia-OTAN. En primer lugar, el Acta Fundacional, a pesar de las esperanzas de Rusia de que reconozca la igualdad de Moscú con la OTAN en varios temas de seguridad europea, "no es un tratado con Rusia, sino simplemente un acuerdo político, dijo Plesch.
No hay obstáculos legales para retirarse del proceso de cooperación previsto por el Acta Fundacional, agrega el informe de BITS, el cual hace del desarrollo del Consejo Permanente Conjunto la única garantía de que el proceso siga adelante.
Los miembros de la OTAN y Rusia incluso difieren sobre el orden en que deberán tratarse con temas más sensibles, agregeó Nassauer.
Rusia favorece el enfoque "de arriba-abajo", en el cual los temás más delicados se tratan en primer lugar. La OTAN prefiere el método opuesto de fijar acuerdos sobre temas no provocativos antes de pasar a la seguridad nuclear o los Balcanes.
De cualquiera de las dos formas, dijo Nassauer, lo importante será encarar los temas polémicos dentro del contexto de un Consejo Conjunto más fuerte con una estructura de trabajo en pleno funcionamiento.
De lo contrario, advirtió, un Consejo Conjunto poco dispuesto "podría ser en sí mismo un medio de recrear el conflicto en Europa", al perder la autoridad para aliviar las tensiones a medida que se producen. (FIN/IPS/tra-en/fah/jl/lp/ip/97
