La decisión de Gran Bretaña de detener el vertido de desechos nucleares en el mar del Norte abre el camino para una prohibición total cuando los países de la región voten la moción el viernes, aunque la victoria no está garantizada.
"El resultado de la votación es difícil de pronosticar", dijo a IPS un miembro de la delegación irlandesa. "Hay enormes sumas de dinero involucradas en las decisiones que afectan las instalaciones de tratamiento de desechos nucleares", agregó.
La reunión de esta semana de la 15 convención Oslo-París (OSPAR) que agrupa a países con costas o ríos que desembocan en el Atlántico, se inauguró con el anuncio de Gran Bretaña de que cambiaría su política de vertir desechos químicos y nucleares en el mar.
"Veremos si la afirmación de los nuevos gobiernos de Francia y Gran Bretaña de que la protección ambiental es prioritaria en su agenda es verdadera o falsa", dijo la persona representante de Greenpeace en OSPAR, Remi Parmentier.
Esta es la primera reunión de OSPAR que encara el tema de la contaminación radiactiva desde que gobiernos de centroizquierda tomaron el poder en Francia y Gran Bretaña.
La contaminación radiactiva, trasladada por corrientes del norte, llega a áres costeras en Europa Occidental, los países nórdicos y el Artico.
La planta de procesamiento nuclear de La Haya en Francia, sobre la costa atlántica, y las plantas de Gran Bretaña en Stellafield, sobre el mar de Irlanda y en Dounereay, al norte de Escocia, han sido acusadas de crecientes niveles de radiactividad que afectan a animales en los mares del Norte y de Irlanda.
El procesamiento de desechos en La Haya es la mayor fuente de contaminación radiactiva al ambiente en el mundo, sostuvo Penelope Komites, de Greenpeace Francia.
La propuesta de Londres debe ser un revés para Sellafield, ya que "significa que es políticamente posible poner fin al reprocesamiento para siempre", dijo Sarah Burton, de Greenpeace Gran Bretaña.
Las langostas radiactivas con altos niveles del isótopo Technetium 99 alrededor de 32 veces superiores al límite seguro de la Unión Europea se han asociado específicamente a Sellafield.
"Es precisamente esta clase de problema que la política actual busca evitar. Queremos ponerle fin", dijo a la Radio BBC el ministro de Medio Ambiente británico, Michael Meacher.
Esta semana una resolución irlandesa-holandesa será presentada a OSPAR demandando el fin de las descargas nucleares tóxicas, y deberá votarse el viernes, último día de la reunión iniciada este martes.
El desecho de material radiactivo de alto nivel está sujeto a una prohibición mundial.
En las plantas procesadoras, el combustible irradiado o "agotado" de reactores nucleares es disuelto químicamente, y el plutonio y el uranio son separados de otros subproductos nucleares. Lo que queda es gama de desechos líquidos, gaseosos y sólidos de baja a alta radiactividad.
De acuerdo al conocimiento actual sobre los factores de riesgo de la radiación, la dosis de las descargas de La Haya en 1995 podría causar 170 muertes por cáncer, alertan los activistas.
Greenpeace anunció el lunes que presentó una queja formal a la ejecutiva Comisión Europea contra el gobierno de Francia, acusándolo de no exigir a COGEMA, el organismo estatal que controla la planta de La Haya, que cumpla estrictamente con la ley europea.
Este martes Gran Bretaña también aceptó una prohibición a la contaminación del mar con productos químicos peligrosos antes del 2020 y una reducción de sustancias como cadmio, mercurio y arsénico. (FIN/IPS/tra-en/ns/mom/rj/lp/en-ip/97