CUERNO DE AFRICA: Alianza islámica contra Eritrea y Etiopía

Una alianza fundamentalista islámica surgida en Somalia, que intenta acabar por las armas con la "hegemonía judeo-cristiana" en Etiopía y Eritrea, amenaza emcemder un nuevo conflicto en la región del cuerno de Africa.

La Alianza de Liberación Oromo-Somali-Afar (Osala), creada el 31 de agosto en Mogadiscio, intenta imponer el orden islámico en Etiopía y Eritrea, los países de mayor población cristiana en una región que engloba también a Djibouti, Somalia y Sudán.

Eritrea, un pequeño estado junto al mar Rojo que se independizó de Etiopía en 1993, luego de 30 años de guerra civil, es una provincia rebelde que debe reintegrarse al país de origen, según entiende Osala, una coalición de seis organizaciones armadas eritreas, etíopes y somalíes.

"Queremos reemplazar el actual dominio de la minoría por el gobierno de las mayorías, poniendo fin a siglos de poder cristiano y hegemonía ideológica judeo-cristiana" en Eritrea y Etiopía, explicó Bushra Hussein, presidente de Osala.

Los musulmanes conforman cerca de 48 por ciento de los 56 millones de habitantes de Etiopía, mientras 40 por ciento son seguidores de la Iglesia Ortodoxa Etíope y el restante 12 por ciento profesa cultos africanas tradicionales.

La población de Eritrea está dividida en partes iguales entre islámicos y cristianos.

En cuanto a Somalia, de amplia mayoría musulmana, es un país fragmentado y hundido en la anarquía, donde el poder está repartido entre clanes y señores de la guerra.

"Como la mayoría de los habitantes de esta región son musulmanes, la futura constitución (común) deberá acoger en gran medida el dogma islámico", sostuvo Hussein.

El cristiano primer ministro de Etiopía, Meles Zenawi, envió el año último tropas a Somalia para "destruir" las bases del grupo radical islámico Al Itihad al Islam.

Mientras, el presidente de Eritrea, Isaiah Afewerki, también cristiano, amenazó con invadir áreas limítrofes de Sudán para atacar el campamento de rebeldes islámicos eritreos.

Hassan Abdalla al Turabi, líder espiritual y presidente del parlamento de Sudán, advirtió que su gobierno no dudará, en caso de invasión etíope o eritrea, en repatriar a esos dos países a "millones" de refugiados, para desestabilizar sus territorios de origen.

Etiopía, Eritrea y Uganda rompieron relaciones diplomáticas con Sudán, tras acusarlo de ayudar a insurgentes que luchan por imponer la ley islámica en esos tres estados.

Estados Unidos, alarmado por la creciente actividad en Africa nororiental y oriental de rebeldes fundamentalistas supuestamente apoyados por Sudán, entregó el año último a Etiopía, Eritrea y Uganda equipo militar por cerca de 20 millones de dólares.

Washington tomó su decisión cuatro años después de incorporar a Sudán a su lista de estados "renegados", en la que también figuran Corea del Norte, Cuba, Iraq, Irán y Libia.

El surguimiento de Osala preocupa también a Kenia, República Centroafricana y a la República Democrática del Congo (ex Zaire), tres estados laicos, como Uganda, vecinos de Sudán.

"La estrategia de Osala consiste en desarrollar de modo simultáneo, tres tácticas de lucha: guerra de guerrillas, levantamientos populares y ataques convencionales, para derrotar al enemigo en el menor tiempo posible y limitar daños y sufrimientos", dijo Hussein.

Osala acusa a los "dos hermanos semitas" de Etiopía, los amharas y los tigres, dos grupos étnicos de fe cristiana, de imponer su "hegemonía judeo-cristiana" en el país.

"Los tigres siempre fueron intolerantes y brutales ante los musulmanes y otros pueblos no cristianos", y pretenden "poner fin de una vez por todas a la amenaza musulmana y galla", sostuvo la Alianza.

Los gallas, también conocidos como oromos, son el mayor grupo étnico de Etiopía y entre sus integrantes prevalecen las religiones cristiana y la musulmana.

Los oromos musulmanes lucharon contra la hegemonía amhara y tigre. En 1993, dos años después de la caída del coronel amhara Mengistu Haile Mariam, que había impuesto un régimen socialista prosoviético, retomaron la lucha armada contra el régimen de Zenawi, dominado por los tigres.

Pero el principal grupo rebelde, el Frente de Liberación de Oromo (OLF), renunció al proyecto de creación de un estado islámico en Etiopía.

"No somos un grupo sectario, sino un movimiento de liberación laico y democrático, que trasciende el ámbito religioso y étnico", aseguró a IPS el representante de OLF en Londres, Ali Taha Abdi. (FIN/IPS/tra-en/mn/pm/aq-ff/ip/97

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