CHINA: El consumo de libre mercado sigue valores nacionalistas

Los consumidores de China están bombardeados por anuncios publicitarios de empresas extranjeras, pero las encuestas revelan que los valores tradicionales y el bolsillo de la población prefieren las marcas nacionales.

La presencia en China de 200 de las 500 mayores empresas mundiales llegadas a este país hace dos décadas presiona a la población, atrapada en la tormenta de la promoción del consumo y los bajos ingresos.

Pero los únicos grandes nombres de multinacionales que muchos chinos pueden pagar son las cadenas de comidas rápidas.

Mientras la cocina china toma al resto del mundo por asalto, McDonald's, Kentuchy Fried Chicken, Pizza Hut y Dunkin Donuts son el furor en China. Las franquicias de estas cadenas en esta capital trabajan al máximo al mediodía y los fines de semana.

Las tiendas que venden aparatos de televisión importados y máquinas lavadoras en las grandes tiendas tienen menos visitantes, en general consumidores con alto poder adquisitivo.

Según una encuesta de la Oficina Estatal de Estadísticas, las 10 marcas más vendidas de refrigeradores son fabricadas en China. Además, el estudio reveló que marcas "Made in China" como Changhong y Conka dominan más de 65 por ciento del mercado interno.

Analistas económicos atribuyen el fenómeno a la estrategia china de impulsar nuevas marcas para rejuvenecer la industria nacional.

El gobierno fijó una meta para que en el 2010 las grandes industrias tengan un grupo de productos de marca que compitan con los grandes nombres del mercado mundial, dijo a la agencia de noticias Xinhua Jiang Xiaojuan, economista de la Academia de Ciencias Sociales.

Los anuncios publicitarios atractivos y las técnicas de venta en el mercado se convirtieron en la tónica, mientras las empresas intentan tocar la cuerda de los sentimientos nacionalistas, haciendo su emblema de la imagen de la Gran Muralla o los guerreros de Qingshi Huangdi.

Chi Lijung, quien trabaja en una compañía francesa insiste en que el licor chino "Hogar de Confucio" es mucho mejor que el "Remy Martin". "Sabe mejor, y es hecho en Qiufu", lugar de nacimiento del pensador chino, destaca.

Para ser exactos, no siempre es un caso de patriotismo. Zhang Lei, profesor de 45 años con un salario de 72 dólares, la opción entre Confucio y Remy la determina su bolsillo.

Zhang y su esposa, contadora de 42 años en una empresa estatal, viven en un piso de 50 metros cuadrados entregado por su unidad de trabajo, y esperan ahorrar dinero para hacer la gran compra de un televisor a color.

Será una marca china, simplemente porque no pueden pagar un Sony o Sanyo. Pero Zhang se apresura a decir que su familia está en mejores condiciones que en los años '80, y está satisfecho de que su hija vaya a McDonlad's "todos los fines de semana".

Zhang tiene su propia teoría sobre el origen de esas curiosas tortas que los occidentales llaman "pizza". Cuando fue por primera vez a Pizza Hut con su hija, Zhang descubrió que los occidentales simplemente robaron la idea de los chinos, quienes durante siglos hicieron tortas con carne y sésamo.

"Creo que fue Marco Polo quien las probó por primera vez y llevó la idea más allá del océano", sostiene con convicción. Pero ni los italianos ni los estadounidenses que inauguraron restarurantes de pizza en Beijing pueden hacer las tortas chinas con propiedad.

"Todavía ponen el relleno encima, y no dentro", afirma con ironía Zheng, para quien la pizza se parece más a un pastel de cumpleaños.

Zheng está conforme con que su hija que va a McDonalds y Pizza Hut los fines de semana no esté fascinada con la comida, y simplemente le interese seguir la moda con sus amigos.

"Comen la cultura de Occidente, no su alimento", concluye Zhang, quien espera tener suficiente dinero para enviar a la joven a la universidad. (FIN/IPS/tra-en/ab/ap/ral/lp/if-cr/97

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe