Gran repercusión está logrando la campaña de The Foundation on Economic Trends, organización con sede en Washington, contra la soja genéticamente modificada de Monsanto, poderosa empresa estadounidense de la rama alimentaria.
De acuerdo con a la revista «Consumidor S.A.«, del Instituto Brasileño de Defensa del Consumidor (IDEC), más de 300 organizaciones de defensa de los consumidores, incluyendo a IDEC y otras ligadas a temas de salud y medio ambiente de 48 países, apoyan la iniciativa de esa Fundación.
Con ese respaldo, ésta podrá iniciar en Estados Unidos un boicot contra los productos elaborados con soja genéticamente modificada, promoviendo eventos que tengan amplia repercusión en los medios de comunicación, dice «Consumidor S.A.«.
Distribuidores de granos americanos y europeos están exigiendo, en sus pedidos de soja estadounidense, una certificación de que esos granos que van a recibir no han sido modificados por la ingeniería genética.
La fuerte oposición de los consumidores europeos hizo caer 10 por ciento la receta de los exportadores estadounidenses de soja para Europa, dice Consumidor S.A.
La controversia surgió cuando Monsanto modificó genéticamente semillas de soja para hacer resistentes las plantaciones a un herbicida químico, y acabó generando una confrontación comercial entre Estados Unidos y sus socios en Europa, a causa de puntos de vista divergentes respecto a ese producto de la biotecnología.
Las organizaciones de consumidores de ambos lados exigen que los productos hechos a base de ese tipo de soja señalen en su etiquetado que son fabricados con granos genéticamente modificados. (FIN/Consumers International-IPS/97)
