GOLFO: Guerra a los inmigrantes ilegales

Arabia Saudita y sus aliados del Golfo, que en conjunto poseen el mayor ingreso por habitante del mundo, adoptarán duras medidas contra los inmigrantes ilegales en un intento por evitar trastornos en su mercado local de trabajo.

Arabia Saudita también advirtió que tomará medidas contra turistas que llegan en peregrinaje a los dos principales santuarios del Islam, La Meca y Medina, e intentan permanecer en el país.

A medida que su gente se vuelve más dogmática, la rica región petrolera aumenta el control sobre sus fronteras e intenta reducir su dependencia de los extranjeros, gran parte de los cuales proceden de Asia meridional y ayudaron al transformar el desierto en modernas ciudades.

Arabia Saudita, el país más grande y poderoso del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), se encuentra en un proceso de masiva "nacionalización" de su fuerza de trabajo.

A fines del año pasado, el gobierno emitió una lista de países a cuyos profesionales no se daría permiso para trabajar en 14 áreas, y alegó que la medida tenía por finalidad incrementar el nivel de empleo doméstico.

Como consecuencia, decenas de miles de inmigrantes podrían perder su trabajo, provocándose así un éxodo de proporciones similares al registrado en los Emiratos Arabes Unidos el año último.

"Impondremos severos castigos a quienes se quedan más tiempo de lo que la licencia permite, así como a quienes les ofrecen protección", advirtió el general Asad Abdul Karim, director general del Departamento de Pasaportes.

Las autoridades saudíes deportaron el mes pasado a 76 niñas indias que habían sido abandonadas o vendidas por sus padres y estaban mendigando en La Meca y Medina durante Ramadán, el mes de ayuno para los musulmanes devotos.

La mayoría de las niñas, algunas de tan sólo seis años, tenían alguna deformidad, lo cual las convertía en mendigas más exitosas en las calles del rico reino petrolero.

Las autoridades de inmigración y trabajo de los países miembros del CCG (Arabia Saudita, Kuwait, Oman, Bahrain, Qatar y Emiratos) detienen casi diariamente a inmigrantes ilegales que son ayudados a permanecer por ciudadanos locales a cambio de dinero.

Generalmente las redadas tienen por objeto a asiáticos, que constituyen la mayoría de los trabajadores extranjeros con baja remuneración.

La mayor parte de los inmigrantes asiáticos trabajan en el sector de la construcción, pero también en tiendas, garages, restaurantes y otras pequeñas empresas, y proceden principalmente de India, Sri Lanka, Pakistán, Afganistán, Irán, Bangladesh y Filipinas.

Mientras, en Emiratos Arabes Unidos, la aplicación de severas medidas a los inmigrantes ilegales el año pasado resultó en una notoria caída de la tasa de delincuencia, según la policía.

"Estamos intensificando nuestros esfuerzos para controlar y aprehender a todos aquellos que violan la ley de residencia", declaró a la prensa el general Humaid Ali, inspector general del Ministerio del Interior.

De acuerdo con la ley, cualquier ciudadano natural o legal o administrador de una compañía de Emiratos que contrate a un extranjero garantido por otro individuo o empresa estará sujeto a una pena de tres años de prisión o a una multa de 2.500 a 8.000 dólares por cada extranjero contratado.

Cada inmigrante del Golfo tiene un garante, que puede ser un individuo o una compañía local registrada.

En referencia a algunos ciudadanos que venden visas, el general Ali dijo que cualquier empresa o individuo que actúe como garante de un extranjero para que viaje a Emiratos y luego no le de trabajo o le permita trabajar para otros estará sujeto a las mismas sanciones.

En 1996, se permitió a unos 200.000 extranjeros que permanecieron en Emiratos más tiempo del permitido o ingresaron ilegalmente dejar el país sin castigo, durante una amnistía de cuatro meses declarada por el gobierno.

Sin embargo, más de 150.000 trabajadores lograron legalizar su permanencia en el país luego del vencimiento del plazo, el 31 de diciembre.

Saif al-Jarwan, ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, anunció que se realizarán redadas sorpresivas, tanto de día como de noche, para detener las violaciones.

"Las redadas también se realizarán en lugares de trabajo que contratan ilegalmente niños y mujeres y no respetan las normas de seguridad", agregó.

Los registros policiales demuestran que más de 25.000 asiáticos fueron detenidos en el país entre 1970 y 1995, y la mayoría de ellos llegaron por mar desde el vecino Irán.

Los asiáticos del sur representan más de la mitad de la población de Emiratos Arabes Unidos, de 2,3 millones, y dos tercios de su fuerza de trabajo.

Los asiáticos fueron atraídos por la anterior laxitud de las leyes de inmigración, la escasa vigilancia de las costas, la prensencia de una gran comunidad asiática que les ayudaría a encontrar empleo y el alto ingreso por habitante.

En los últimos años ha crecido el temor de que la gran población de extranjeros termine por debilitar las tradiciones nacionales, y los musulmanes ortodoxos demandaron la exclusión de los asiáticos no islámicos de la fuerza de trabajo del Golfo.

Pero las autoridades señalan que esa posibilidad es utópica y que la mayoría de los inmigrantes son musulmanes, y en algunos países proceden principalmente del mundo árabe. (FIN/IPS/tra-en/am/an/ml/pr/97

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