Con una calificación de 5,9 sobre 10, una recuperación macroeconómica desigual que contrasta con la persistente pobreza y un retroceso inédito en el poder político del partido en el poder, el presidente de México, Ernesto Zedillo, inició su tercer año de gobierno.
Se superó la crisis estallada a fines de 1994, pero "se necesitará un esfuerzo sostenido a lo largo de varios años, incluso uno generacional para ver el fruto", dijo Zedillo, tras celebrar lo que consideró sus logros y criticar a los "pesimistas", que vaticinan "desastres siempre fallidos".
Un encuesta realizada en 23 de los 32 estados del país por los diarios Reforma y El Norte con más de 1.500 entrevistas directas señala que Zedillo, quien asumió el cargo el primer día de diciembre de 1994, recibe una calificación de 5,9 sobre 10, siete décimas más que a fines de 1995.
Efectuado en diversos estratos sociales, el estudio indica que 49 por ciento de la población cree que la situación económica empeoró los últimos meses y 37 por ciento sostiene que en 1997 la situación será aún más difícil.
Inaugurando la nueva etapa, el gobierno puso en vigencia este lunes un incremento salarial de 17 por ciento, que los sindicatos y la oposición rechazaron por insuficiente, y decretó aumentos de hasta 35 por ciento en electricidad, transporte público y combustible.
Con más de la mitad de su población en la pobreza y un ingreso per cápita anual por persona de 3.491 dólares, nivel que representa apenas 12,7 por ciento del de Estados Unidos, México vive omentos de clara recuperación, por lo que no cabe el pesimismo, señalan las autoridades.
La economía creció 7,4 por ciento el tercer trimestre de 1996, el mayor repunte desde 1981 en ese período.
El gobierno lo consideró un gran logro, pero la oposición y los analistas advirtieron que se trata de un repunte anclado a las exportaciones, actividad que involucra a menos de seis por ciento de las empresas, y que los salarios se deterioraron 12 por ciento adicional y el consumo bajó 1,8 por ciento.
"La decisión y el esfuerzo de los millones de hombres y mujeres disipa el pesimismo de muy pocos, aunque irremediablemente protagónicos", expresó el mandatario.
Desde que inició su gestión, Zedillo, quien llegó a la presidencia luego de suceder como candidato del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI) a Luis Colosio, asesinado en arzo de 1994, la economía ha sido el rubro de mayor conflicto.
Al asumir el mando, el mandatario felicitó a su sucesor Carlos Salinas (1988-94) por dejar una economía sana y un país en marcha.
Menos de un mes después, Zedillo afirmó que las finanzas internas habían quebrado, mientras su antecesor, involucrado junto a su familia en escándalos de corrupción, caía en el descrédito.
México inició entonces un período de crisis económica, que, según las autoridades, fue el peor registrado desde los años 30.
Pero no sólo fue una de las etapas más difíciles para la economía sino también para el PRI, partido en poder desde 1929.
En los últimos dos años la oposición, donde dominan los partidos Acción Nacional y de la Revolución Democrática, obtuvo avances significativos en varias elecciones locales. Actualmente ambos partidos gobiernan a nivel estatal y municipal a 51 por ciento de la población del país.
El gobierno, el PRI y la oposición mantuvieron desde que asumió Zedillo intensas negociaciones para lograr una reforma electoral 0ue logre transparentar los comicios, periódicamente cuestionados.
Desconociendo 16 puntos de acuerdo previo, en noviembre el PRI impuso su mayoría en el Congreso y aprobó la reforma.
Los diputados de ese partido, que no han ocultado su temor de perder as próximas contiendas electorales debido al desgaste de la economía, limitaron en la nueva ley la posibilidad de coaliciones y admitieron un tope de gastos electorales considerado excesivo por la oposición.
Según la encuesta de Reforma y El Norte, 30 por ciento de la población opina que la situación política del país empeorará el próximo año. En 1997 se realizarán en México elecciones generales para renovar el Poder Legislativo y designar por primera vez a un gobernador en la capital.
En el frente político se esperan conflictos no sólo electorales. En Chiapas, la guerrilla zapatista afirma no estar satisfecha con los diálogos y aspira a que se aprueben reformas constitucionales a favor de los pueblos indígenas.
También se vaticinan problemas por el lento avance de las investigaciones del asesinato de Colosio, aún irresuelto. Los últimos días fue interrogado el ex presidente Salinas.
Por otra parte, destaca la presencia del Ejército Popular Revolucionario, un nuevo grupo guerrillero que se niega a dialogar con el gobierno y promete mantener acciones armadas por largo plazo, estrategia que generó una movilización militar sin precedentes en varios estados del país. (FIN/IPS/dc/dg/ip/96)
