Tras un 1996 negro, el gobierno de Colombia pronostica para el año próximo una recuperación del país en materia económica, gracias en particular a un plan de ajuste que si embargo restringiría el poder de compra de la población.
Según la Federación Nacional de Comerciantes, desde comienzos de este año las ventas al por menor se mantienen estancadas y sectores claves como el café y la construcción de vivienda presentan caídas cercanas al 12 por ciento.
La crisis se complementa con un desempleo de 12 por ciento, el peor índice en 10 años.
La Asociación Nacional de Instituciones Financieras pronosticó para este año un crecimiento del producto de apenas 2,5 por ciento, mientras la Fundación para el Desarrollo situó su predicción en tres por ciento. En 1995 la economóa nacional había progresado 5,2 por ciento.
Para Jorge Ramírez, presidente de la Asociación Nacional de Exportadores, la revaluación del peso (la moneda nacional), el creciente gasto público y la alta inflación explican, entre otros factores, los malos resultados de las ventas externas este año.
Por otra parte, en 1997 Estados Unidos podría disponer sanciones económicas y financieras contra Colombia en caso de que el país sudamericano sea nuevamente "descertificado" por sus insuficientes esfuerzos en materia de lucha antidrogas.
Pese a este panorama, el ministro de Hacienda, José Ocampo, predijo que la economía experimentará el año próximo una notable mejoría.
El incremento de la producción de petróleo a 717.000 barriles diarios y la caída de las tasas de interés hacen pensar en una reactivacón segura para el año venidero, dijo.
Por otra parte, se prevé una recuperación de la inversión privada extranjera, en especial en sectores como el financiero y el alimenticio.
La inflación crecería a su vez 19 por ciento, un punto menos que este año.
Pero ante todo las perspectivas de recuperación reposan en el plan de ajuste fiscal que está discutiendo el Congreso, en el marco del cual se restringirá el gasto público y se acrecenbterá el ritmo de las privatizaciones, que podrían dejar unos 1.800 millones de dólares.
Sin embargo, si lass cuentas macroeconómicas comienzan a salir del rojo ello no se verá en los bolsillos de los colombianos.
Los empleados estatales recibirán en 1997 un incremento salarial de sólo 13 por ciento, seis puntos menos que la inflación prevista.
Mientras tanto, los empresarios deberán pagar lo que muchos analistas han calificado de impuesto disfrazado, los llamados Bonos de Seguridad, una tasa establecida para financiar a las Fuerzas Armadas. (FIN/IPS/ag/dg/if/96
