/REPETICION/ CUBA: ¿Hacia una alianza con el Vaticano?

La visita esta semana del "canciller" del Vaticano Jean Louis Tauran a Cuba desembocaría en una alianza informal entre el gobierno del país caribeño y la Santa Sede.

El acercamiento, sin precedentes en los 37 años de gobierno socialista en la isla, pasaría por un mayor espacio para la Iglesia Católica cubana y, a cambio, por un apoyo del Vaticano a La Habana en el plano internacional para romper el bloqueo impuesto por Estados Unidos.

Tauran, que estuvo en Cuba desde el día 25 hasta la noche de este martes y se reunió con las más altas autoridades locales, negoció la visita a La Habana del Papa Juan Pablo II en 1997.

Según el arzobispo de La Habana Jaime Ortega, con la presencia del Papa la isla dejaría de ser "una excepción" en América Latina, al constituir hasta ahora la única nación de la región que el prelado no ha pisado.

El secretario del Vaticano para las relaciones con los estados solicitó en dos ocasiones a sus interlocutores cubanos "más espacio de libertad para que la Iglesia pueda desarrollar su misión en Cuba".

Tauran es el primer ministro de relaciones exteriores del Vaticano que visita la isla en los últimos 22 años. Su gestión culminó con la ratificación por el presidente Fidel Castro de una invitación oficial cursada al Papa en 1989.

"La tan esperada visita del Papa Juan Pablo II a Cuba representaría una culminación y un nuevo punto de partida en el camino hacia la normalización de las relaciones entre la Iglesia y el Estado en Cuba", dijo a la prensa antes de su regreso a Roma.

El enviapo paal dceclinó revelar si durante su encuentro con Castro se discutieron detalles de una entrevista entre el Papa y el presidente cubano cuando éste llegue a Roma a mediados de noviembre para participar en la Cumbre Mundial de la Alimentación organizada por Naciones Unidas.

Fuentes cercanas al Arzobispado de La Habana dijeron a IPS que para el éxito de las conversaciones oficiales tuvo gran peso la capacidad de Tauran para comprender "los pasos falsos" del pasado en las relaciones bilaterales como resultado de un "mal entendimiento" y no de "una mala voluntad".

"No creo que estemos ante un cambio de 180 grados, pero sí en una fase de entendimiento, reafirmada por gestos visibles que demuestran la existencia de coincidencias y del intento oficial de limar asperezas", dijo la fuente.

Entre los "gestos" citó la invitación, según observadores "inusual", cursada por el canciller Roberto Robaina al cardenal Ortega para que asistiera a la recepción ofrecida a Tauran con el cuerpo diplomático y la asistencia a la misma del presidente del parlamento cubano Ricardo Alarcón.

"Las relaciones entre la Iglesia y el Estado no pueden reducirse a garantizar un marco jurídico estable para lo que conocemos como práctica del culto", dijo Tauran durante una homilía pronunciada en La Habana.

Una masa formada por cientos de feligreses, pero también de curiosos, llenó la Iglesia de Santa Rita y toda el áerea del parque lateral el domingo último, y las autoridades eclesiásticas colocaron amplificadores en la salida del templo para que el mensaje llegara a la mayor cantidad de personas.

Tauran habló de "una nueva primavera eclesial en Cuba" y, al mismo tiempo, recordó que "reducir la práctica religiosa, o mejor la vida cristiana, a las expresiones culturales únicamente, es mutilar la vida de la fe".

Los expertos asocian el aumento significativo de los cubanos que acuden con regularidad a los templos católicos, registrado en los años 90, a un reflejo de la tolerancia gubernamental hacia la práctica de la religión y a la necesidad de "creer en algo" en momentos de crisis.

El desborde de la religiosidad, que no se limita sólo a la Iglesia Católica, incluye personas que ocultaron sus creencias para no ser consideradas opositoras, los que nunca creyeron y ahora encuentran el consuelo necesario en los templos y os que se acercan porque "creer en algo está de moda".

"No he dejado de tratar las cuestiones más concretas de la vida de la Iglesia en Cuba", declaró Tauran.

La visita del enviado del Papa se traducirá a corto plazo en la entrada a la isla de un mayor número de sacerdotes, religiosas y laicos que puedan satisfacer la creciente solicitud de servicios por parte de los fieles y que la iglesia no cubre por falta de personal.

Otras necesidades quedarán en el saco de los asuntos que, según Tauran, "requieren aún de una evaluación adecuada" pero deberían solucionarse a través de un diálogo profundo entre los responsables políticos, la Conferencia de Obispos Católicos y la Nunciatura Apostólica en Cuba.

Los reclamos de la Iglesia contemplan la solicitud de un mayor espacio para la ayuda a los necesitados y para realizar otros proyectos de promoción humana y desarrollo social, construir nuevos templos y acceso a los medios de comunicación masiva.

Esa última reivindicación, en particular la autorización de medios propios de la Iglesia, constituye, según observadores, el punto más controvertido de las demandas de la jerarquía católica.

"La comunidad política y la Iglesia son independientea y autónomas", aseguró Tauran en La Habana, pero las autoridades de la isla recuerdan con recelo el papel determinante que jugó la Iglesia Católica en el derrumbe del socialismo en países de Europa, a fines de los años 80.

"El diálogo con la Iglesia es de mutua conveniencia, pero eso no quiere decir que de pronto exista una confianza absoluta en Cuba", dijo a IPS una católica, estudiosa de las relaciones Iglesia-Estado. (FIN/IPS/da/dg/ip-cr/96

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