NACIONES UNIDAS: Nuevo aniversario con igual crisis

Hace un año, los líderes del mundo se congregaron en la sede de la ONU para discutir sobre los siguientes 50 años del foro mundial, mientras el presidente estadounidense Bill Clinton brindaba por el secretario general Boutros Boutros-Ghali.

Ahora, en la víspera del 51 aniversario, la ONU (Organización de las Naciones Unidas) tiene un déficit de 2.500 millones de dólares y Washington amenaza con bloquear la reelección de Boutros- Ghali.

Los últimos 12 meses también fueron testigo de una reducción de la presencia de la ONU en varias partes del mundo: en Bosnia, donde la OTAN desplazó a los ineficaces cascos azules; en Ruanda, donde las tropas de la ONU se retiraron tras años de frustración, y en Haití, donde las fuerzas de paz están listas para retirarse, aun en medio de la creciente inseguridad.

Resulta claro -como bien lo saben muchos matrimonios- que el 51 aniversario es anticlimático en comparación con las bodas de oro.

En realidad, Boutros-Ghali se presenta a veces como un marido aburrido, como cuando regresó de unas vacaciones y dijo a sus colaboradores que prefería trabajar para poder desmoralizar a sus subordinados y disponer de helicópteros negros (en referencia a dos notorias acusaciones de algunos políticos estadounidenses).

La milicia Michigan, una de las propagadoras del rumor de que helicópteros de la ONU sin marcar realizan maniobras clandestinas en Estados Unidos, planea protestar ante el izamiento este jueves de la bandera de la ONU en la capital estadual, informó la portavoz Sylvana Foa.

De algún modo, el principal problema consiste en que la ONU perdió credibilidad ante la Casa Blanca, pese al temprano apoyo de Clinton al multilateralismo y al mantenimiento de la paz.

Estados Unidos, que debe contribuir con 25 por ciento del presupuesto regular de la ONU, es actualmente su mayor deudor, con contribuciones atrasadas por 1.500 millones de dólares.

Como resultado, la ONU "se ve obligada a tomar dinero prestado de los fondos de mantenimiento de la paz" para pagar sus gastos operativos, y deja esperando a los países que contribuyen con soldados, explicó el subsecretario general Joseph Conner.

El personal de la ONU fue reducido en 11 por ciento en los últimos dos años, y algunas oficinas importantes, como las de derechos humanos en Haití y Guatemala, aún carecen de fondos.

Aunque Clinton prometió ponerse al día con la deuda, su gobierno difícilmente podrá obtener la aprobación del Congreso, de mayoría republicana, para liberar fondos para la ONU, a menos que Boutros-Ghali deje la secretaría general.

"La decisión de no apoyar a Boutros Ghali es una firme determinación política, basada en la idea de que Clinton necesita mostrar al Congreso que la ONU realmente ha cambiado, y no se modificará hasta después de las elecciones estadounidenses", afirmó un funcionario de Washington, que solicitó reserva.

Sin embargo, varios funcionarios de la ONU sostienen que Boutros-Ghali, cuyo mandato de cinco años expira el próximo 31 de diciembre, podría negociar un acuerdo para permanecer en el cargo si Clinton es reelegido el 5 de noviembre.

En los últimos días, fueron mencionados varios posibles sustitutos del diplomático egipcio, entre ellos la primera ministra noruega Gro Harlem Brundtland, la presidenta irlandesa Mary Robinson, el subsecretario general Kofi Annan, de Ghana, y el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, la japonesa Sadako Ogata.

Pero aún es posible que Boutros-Ghali sobreviva a las críticas de Estados Unidos. Los líderes africanos rechazaron los reiterados pedidos del Secretario de Estado Warren Christopher para la no reelección del actual secretario general, durante su gira por Africa, la semana pasada.

Para algunos líderes, el dilema de la ONU no se limita a la lucha por su liderazgo o a su crisis financiera.

El canciller francés Hervé de Charette argumentó el mes pasado ante la Asamblea General que la globalización podría haber perjudicado al foro mundial concentrando demasiado poder en las naciones industrializadas.

"Si no somos cuidadosos, viviremos en un país sin criterios, sin valores, sin referencias, donde algunos -los más fuertes y ricos- podrán decidir por sí mismos el futuro del planeta", advirtió.

No obstante, De Charette defendió al foro mundial. "A pesar de lo que algunos puedan decir, la ONU es aún una de las mejores herramientas para la construcción de un mundo mejor. No la echemos a perder", exhortó. (FIN/IPS/tra-en/fah/ml/ip/96

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