ENERGIA: El sol como refrigerante es elogiado por la OMS

El sol puede jugar un papel aun más importante en el suministro de electricidad a hospitales y clínicas, dijo Michel Zaffran, del Programa Ampliado de Inmunización de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La OMS se interesó en el uso de energía solar hace 15 años para aplicarla en refrigeradores de almacenamiento de vacunas en áreas remotas donde no se contaba con otras fuentes de electricidad, explicó Zaffran.

Las investigaciones en la materia fueron realizadas en conjunto por la OMS y la Administración Nacional Espacial y Aeronáutica de Estados Unidos (NASA), fundamentalmente en Africa.

"Los fabricantes se interesaron y desarrollaron equipos que cubrieron algunas de nuestras necesidades", recordó el experto.

La tecnología de las células fotovoltaicas como fuente de energía de refrigeradores ahora está generalizada. Los aparatos se comercializan en todo el mundo, y la mayoría de los 5.000 actualmente en uso se encuentran en Africa.

En 1993, los 54 centros de salud de Gambia habían reemplazado los refrigeradores a gas y querosén con unidades solares, y algunos apelaban a la misma fuente de energía para la iluminación y el calentamiento de agua.

En Zaire, 38 por ciento de los refrigeradores son solares, y en algunas regiones esa proporción asciende a 50 por ciento. Ese porcentaje cae a 17 por ciento en Uganda, mientras Kenia aumenta a buen ritmo el número de unidades solares en uso.

Zambia cuenta con 250 refrigeradores solares y Eritrea, con 200. Otras regiones apelan también a la energía solar para sus instalaciones sanitarias. En Perú funcionan 300 refrigeradores solares, en Indonesia, 400, y en Birmania, 200.

"A pesar de ese éxito, nos damos cuenta de que el mercado es relativamente chico, en gran medida debido a los altos costos" de esos aparatos, afirmó Zaffran.

"Las unidades solares son técnicamente mejores, pero también son más caras. El gasto no es efectivo cuando otras fuentes de energía, como el querosén o el gas en cilindros, son disponibles, aunque sean menos confiables", sostuvo.

En Gambia, por ejemplo, el costo anual promedio de los refrigeradores solares durante 10 años es de 940 dólares, cerca del doble que los aparatos a gas en el país africano. Pero podría bajarse mediante la aplicación de la energía solar a otros usos dentro de los centros de salud, y aun fuera de ellos.

"Ya es tiempo de aplicar la energía solar para más usos dentro de los centros de salud, y para iluminar no solo sus locales sino también los hogares de los funcionarios. También podría emplearse para la electricidad de los aparatos de televisión, vídeo y comunicación", agregó Zaffran.

Los costos de mantenimiento de los equipos solares no pueden ser pagados solo por los programas de inmunización. Para la OMS, esta fuente de energía puede aplicarse también en el cuidado primario de la salud, especialmente en instalaciones que requieren poca cantidad de electricidad para funcionar.

El suministro de energía eléctrica a los hogares de los trabajadores de la salud ofrece un incentivo para que permanezcan en áreas remotas.

"El personal entrenado, con frecuencia, se quedará en esas zonas uno o dos años y luego regresarán a la ciudad, donde los servicios son mejores", dijo Zaffran.

Las células fotovoltaicas consisten en dos capas de semiconductor de silicona. Cuando la luz del sol cae sobre ellas, se genera una corriente eléctrica.

Las células fotovoltaicas más eficientes convierten alrededor de 12 por ciento de los rayos solares que recibe en electricidad, tanto para uso inmediato como para su almacenamiento en baterías.

La electricidad solar también puede aplicarse en actividades productivas en áreas rurales, lo cual reduce los costos de la atención sanitaria, según Zaffran, quien calificó las experiencias desarrolladas en tal sentido en Colombia y Senegal como "totalmente positivas".

Además, el uso de energía solar en los centros de salud fortaleció la participación de la comunidad y alentó su uso por parte de empresas privadas. Pequeños comercios y hogares, a su vez, instalaron unidades de generación de electricidad solar.

En la actualidad, la mayor parte del equipamiento fotovoltaico del mundo se produce en países industrializados y es importado por países en desarrollo, aunque China e India cuentan con fábricas propias. Pero la producción sería demasiado cara en países pobres, sostuvo Zaffran.

Sin embargo, el uso de energía solar es alentado por algunos gobiernos mediante la exención de aranceles de importación, como fue el caso de Senagal, Kenia y Sudáfrica.

La OMS cree que el desarrollo continuo de la tecnología solar en refrigeración es vital para la introducción de nuevas vacunas y la expansión de campañas de inmunización. (FIN/IPS/tra- en/mom/rj/mj/he en/96

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